hasta que las circunstancias nos obligan a recapacitar y tomar una decisión al respecto.
¡No esperes más, todavía estás a tiempo de cambiar!
Nuestro objetivo como Iglesia es llevar a la gente a la fe en Jesús e integrarla en la familia de Dios. Y que nuestro carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena obra.
Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que yo le había visto hacer un rato antes. “Oh, ese es mi árbol de los problemas”, contestó. “Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo pero una cosa es segura: Los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos, así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego, por la mañana, los recojo otra vez. Lo divertido es, dijo sonriendo, “que cuando salgo por la mañana a recogerlos no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.”