sábado, 1 de marzo de 2014

¡Desfibrilador!

Sé cómo te sientes, sé exactamente lo que está pasando por tu cabeza, sé lo que has pretendido hacer. No es fácil sentirse recorriendo un túnel en la más absoluta oscuridad, en la soledad más profunda y con el frío más abrumador que el alma pueda sentir, resistir... persistir. Créeme, yo sé lo que es estar ahí amig@ mío, sé lo que es estar en tu lugar, y hoy Dios quiere, a través de mí, decirte cómo cruzar al otro lado, cómo salir de donde estás.

Has querido levantarte, pero por más que lo has intentado das un paso y caes nuevamente a la lona con tristeza, desilusión y amargura. Sé que has intentado volver a subir y seguir allí arriba, pero tu mente se llena de pensamientos que van y vienen y que son una mezcla de angustia, dolor, lágrimas e impotencia. Sé que no es fácil, es bastante difícil, y cada día sientes que lo es aún más y que finalmente no podrás. Tu motivación se ha ido y tu sonrisa se ha desvanecido, aquellos pensamientos han persistido cada vez más fuertes sobre ti, y más aún cuando pretendes levantarte y seguir luchando, seguir adelante y persistir. Yo he estado ahí.

Con una profunda angustia en mi corazón miro aún más lejos de la pantalla, veo dónde estás tú y puedo ver tu corazón dañado, cortado en pedazos y lanzado al inerte suelo. Puedo ver tus lágrimas, tu dolor, tu impotencia; quisiera estar ahí para darte ese abrazo que te es tan necesario en estos momentos, escucharte y darte tantas palabras de aliento como pueda. 

Entiendo perfectamente lo que se siente, lo que se siente al tener una enfermedad agobiante con la que ya estás cansad@ de luchar, una desilusión de amor que ya estás cansad@ de llevar, una pérdida de alguien que ya no puedes soportar más, una soledad que ya estás cansad@ de ver y sentir, una adicción que ya no quieres tener más en tu vida, un dolor en todo tu ser tan profundo como el más recóndito mar,... y todo aquello que está ocasionando que todos tus días sean grises y que, por más fuerte que sea el sol del medio día, tu día simplemente no tiene sazón, es simple, sin ánimo, sin nada. Aunque quisiera estar allí no puedo; pero conozco a alguien que cuando yo estaba en la misma situación que tú estás hoy, vino a mí, que cuando pensé que todo estaba perdido, incluso todo aquello que estaba en ruinas hace mucho tiempo, me abrazó, me consoló y restauró hasta lo último de mi ser. Hoy es tiempo de que le conozcas, Él está ahí a tu lado, diciéndote estas palabras y esperando a que tomes una decisión, decisión de seguir en el túnel oscuro donde estás o ¡caminar, correr y llegar hasta su luz!

¿Cómo construyes tu vida? - Crecimiento personal-espiritual

“Hoy tienes la oportunidad entre elegir una buena actitud que te abrirá puertas o una mala actitud que te las cerrará. Tú eliges.”
A un viejo carpintero se le acercaba la edad de jubilación, y contó sus planes a su jefe de que quería dejar la construcción, y vivir una vida más relajada con su mujer y disfrutar de su familia.
Echaría de menos su salario pero necesitaba jubilarse. La familia sobreviviría. 
art-door24aEl contratista lamentaba ver irse a su buen trabajador y le preguntó si podría construir una última casa como un favor personal. El carpintero asintió, pero poco a poco era fácil ver que su corazón no estaba en su trabajo. Trabajaba mal y usaba materiales de calidad inferior. Desafortunada manera de acabar su carrera.
Cuando el carpintero acabó su trabajo, vino el contratista para inspeccionar la casa. El contratista dio la llave de la puerta principal al carpintero y le dijo: -Ésta es tu casa, mi regalo para ti.
¡Qué sorpresa! ¡Qué pena! ¡Ojalá hubiera sabido que construía su propia casa, la hubiera hecho muy diferente! Ahora tenía que vivir en el hogar que no había construido bien.

En manos del Padre

Los resultados de obedecer a nuestro llamado de proclamar las buenas nuevas no están en nuestras manos.
Jesús presentó otra parábola con un sentido muy similar al de la cizaña: Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces. Cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan y recogen lo bueno en cestas y echan fuera lo malo. Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 13:47-50
La iglesia es llamada a vivir en fidelidad y santidad, aunque siempre existirán algunos que no tienen mucho interés en las cosas de Dios.
En la primera parábola de este capítulo de Mateo, el enemigo vino y sembró cizaña durante la noche junto a la semilla del sembrador, indicando un acto deliberado de sabotaje. En esta parábola, sin embargo, la variedad de peces que caen en la red es el resultado del esfuerzo de los pescadores. Pero ellos no pueden controlar el resultado final de sus labores, pues es imposible limitar la pesca a una sola especie, aunque exista intención de ello por parte de los pescadores.

Vemos, por lo tanto, que aunque existan las mejores intenciones de nuestra parte, es imposible que nuestros esfuerzos arrojen resultados perfectos. Es decir, al compartir las buenas nuevas con los de nuestro alrededor, siempre obtendremos un fruto "mixto". Parafraseando, entre aquellos que responden positivamente y asumen un auténtico compromiso con Dios, también estarán los que "profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan" (Tito 1.16).

Confío en ti pero…

¿A que muchas veces has escuchado esta frase, seguida de una patética explicación de cómo lo externo o terceras personas, son el factor que genera desconfianza hacia una persona con la que estás involucrada sentimentalmente? También la dicen los padres hacia sus hijos, cuando no saben cómo explicarles la razón o motivo por el que no desean que hagan algo o vayan a algún sitio, o que se rodeen de ciertas amistades.
Si somos claros, esto de confiar se le da muy bien a muchos, lo cual es admirable, pero para otros se les dificulta en gran manera por varias razones. Ya sea porque han sido defraudados muchas veces por personas cercanas y queridas, o porque son incrédulos de la fidelidad o lealtad humana, piensan mal de la otra persona y esperan siempre lo peor de los demás.
¿Qué les queda a los que desconfían hasta de su propia sombra? Poca cosa salvo hacerse los locos, porque viven en constante tensión al ponerse a prueba constantemente su confianza en diferentes escenarios; por ejemplo, al subirse al autobús para ir al trabajo o a la universidad, estás confiando en que el conductor del autobús conduzca bien y no choque con nada, y así llegar a tu destino sano y salvo; o al subirte a un ascensor, estás confiando en que las cuerdas que lo sostienen están en buen estado y que la cuenta de electricidad ha sido pagada a tiempo para no quedarte encerrado. ¿A que sí?

¿De verdad hay esperanza para Mí? - Crecimiento personal-espiritual

“Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor” 1 Corintios 13:13 (NVI)
Un dicho popular dice: “La esperanza es lo último que se pierde”, sin embargo muchas personas lo primero que pierden es la esperanza. Hablar de esperanza es hablar del futuro, de lo que no podemos ver, es hablar de los sueños que nos gustaría ver realizados en nuestra vida.
En los tiempos que vivimos todos necesitamos que nos inyecten una dosis de esperanza. Sin ella la vida se nos hace cuesta arriba como también se nos puede ir cuesta abajo, sin ningún control. ¿Alguna vez se preguntó hay esperanza para mi? o ¿hay esperanza para mi matrimonio? ¿Cómo puedo obtener esperanza?
La respuesta es que sí hay esperanza para ti, la esperanza está dentro de ti y puedes obtenerla, en primer lugar, confiando en Dios y en cada una de sus promesas. Él es fiel y quiere lo mejor para tu vida. Tú no vives por casualidad, vives porque Él te creó con un propósito.
Muchas personas, al vivir sin propósito han perdido la esperanza y como consecuencia, pierden sus sueños. Al no tener un propósito claro y definido se engendra una falta de esperanza. Muy diferente es la problemática cuando conoces tu propósito, porque tienes un enfoque, disfrutas el presente y caminas hacia tu destino. Conocer tu propósito te da esperanza, produce fe y aumenta la confianza. Desconocerlo produce angustia, incertidumbre, falta de fe. ¿Sabes cuál es tu propósito?
Y lo otro que necesitas para obtener esperanza es cambiar de actitud. Puedes elegir con qué actitud quieres vivir, con una de quejas o con una actitud de acción de gracias. La actitud que tenemos en nuestra vida depende de cómo alimentamos nuestro espíritu y nuestra mente. Si constantemente estás escuchando o leyendo cosas negativas, lo más probable es que reacciones negativamente. En cambio, si lees o escuchas cosas positivas, tus reacciones serán positivas.
“La vida es un 10% de las cosas que me pasan y un 90% de cómo reacciono ante ellas” Chuck Swindoll
Una actitud positiva trae expectativas positivas y esto brinda esperanza. ¿Cuál es tu actitud ante la vida?