viernes, 26 de mayo de 2017

Un fuego pequeño

 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Santiago 3:5
Inline image 1Un domingo de septiembre, por la noche, mientras la mayoría de la gente dormía, se desencadenó un pequeño fuego en la panadería de Thomas Farriner, en Pudding Lane. En un instante, las llamas se extendieron de una casa a otra, y Londres se vio envuelta en el Gran Incendio de 1666. Más de 70.000 personas quedaron sin casa por el fuego que arrasó el 80% de la ciudad. ¡Tanta destrucción por un incendio tan pequeño!
La Biblia nos advierte sobre otro fuego pequeño, pero destructivo. A Santiago le interesaban las personas y la relación entre ellas, no los edificios; por eso, escribió: «la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!» (Santiago 3:5).
Pero nuestras palabras también pueden ser edificantes. Proverbios 16:24 nos recuerda: «Panal de miel son los dichos suaves; suavidad para el alma y medicina para los huesos». Y el apóstol Pablo dice: «Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno» (Colosenses 4:6). Como la sal sazona la comida, la gracia hace lo mismo con nuestras palabras para edificar a los demás.
Con la ayuda del Espíritu Santo, nuestras palabras pueden apagar incendios en vez de provocarlos.
Señor, ayúdame a transmitir esperanza y ánimo con mis palabras.

En qué Consiste el Verdadero Servicio a Dios

¿Qué nos pasa en las iglesias que, en ocasiones, nos criticamos unos a otros, creyendo que somos mejores que los demás? Esto sucede con la mayoría de servidores, y no digamos ya cuando hay varios pastores; la rivalidad es tan grande que se forma una contienda entre ellos porque todos creen ser el mejor. Algunos argumentan que son más pastores que los otros porque fueron ordenados en el seminario tal o cual, o yo sí que soy pastor porque tengo obra. Criticamos a nuestros consiervos sin pensar que Dios no nos ha mandado eso.
El ministerio pastoral se ha convertido en un show en donde se trata de demostrar quién es el mejor. Se nos ha olvidado que no es con sabiduría humana como se predica la Palabra de Dios. Además se ha perdido el objetivo del culto, que es alabar y adorar a Dios y exponer la Palabra para edificación de la Iglesia, para que el “llamado eficaz” se cumpla, porque nuestra tarea es predicar a Jesús para que los elegidos reciban la Palabra y se conviertan de sus malos caminos.

I. ¿Por qué hay tantas divisiones en la iglesia?

servicio a Dios, culto, jesus, sirviendo1 Corintios 1:10,17,26-29  “Os ruego,  pues,  hermanos,  por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer…Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo… Corintios 26-29 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
Hermanos, Dios no nos ha mandado predicar nuestra palabra o mejor dicho, nuestra sabiduría humana o personal, sino su Palabra. Así que no nos creamos sabios, ni mucho menos superiores a otros, porque Dios escogió a lo más vil del mundo y lo menospreciado. Dice Pablo:
y lo que no es, para deshacer lo que es”, para que nadie se jacte en su presencia.
Así que si alguien no es nada, Dios hará que sí lo sea; y al que cree que es, Dios lo rebajará para que nadie se jacte.
Dios no eligió filósofos, oradores, estadistas ni hombres ricos o poderosos para predicar el evangelio de gracia y paz. Él juzga mejor qué hombres y en qué medidas sirven a los propósitos de su gloria.
Nadie tiene derecho a gloriase a sí mismo, sino al Señor.
1 Corintios 1:31 “Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.

Cómo Salir de la Desgracia

Casi siempre nos estamos quejando de que estamos mal, que estamos sumidos en la pobreza, rompiéndonos la cabeza al pensar en cómo salir de las deudas, o en cómo podríamos ser sanados, en cómo pudiéramos ser felices...
Cuando pasó el tsunami en Japón, todo fue reducido a ruinas, la gente no tenía a donde ir, pero… había algo que les ayudaría, y era que Japón es un país muy próspero; tenían la esperanza de que el estado no los iba a dejar abandonados. Como la mayoría no son cristianos, tenían la fe depositada en un ser superior que era su gobierno, en los países amigos, etc.,  que los iban a rescatar.

Punto 1. Así que te encuentras en la calle, sin tener a donde ir,... ¿cómo nos viene la desgracia? y ¿por qué?

1 Pedro 5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione,  afirme,  fortalezca y establezca”.
desgracia, frase, cómo salirAlguna de estas razones pueden aplicarse:
a)    Para probarnos
b)    Por nuestras malas decisiones
c)    Para que Dios pueda ser glorificado
d)    Para que nos arrepintamos y busquemos a Dios
e)    Para ser más dóciles con el Señor
f)     Para ser mejores personas
g)    Para que podamos comprender al que sufre
h)    Para que salgamos fortalecidos de las pruebas 
Vamos a estudiar las primeras tres:
 a) El caso de Job (para probarnos)
Job 1:13-19  Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, y nos asaltaron los sabeos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia. Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia. Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.
b) Por nuestras malas decisiones
Lucas 15:15-17 “Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
 c) Para glorificar a Dios
Juan 11:3-4 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

Punto 2. ¿Es esta la voluntad de Dios?, ¿que suframos?

No, Dios quiere que seamos felices, Él no quiere que suframos, mas quiere que tengamos madurez.
Hebreos 5:12 “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”.
El problema está en nuestra toma de decisiones, en nuestros errores, o en el caso de Job y Lázaro, que son dos situaciones diferentes.
a)    En el caso de Job, Dios quería demostrar que Job era un verdadero hijo, que podía soportar la prueba y que no renunciaría a Dios.
b)    En el caso de Lázaro, está muy claro que simplemente sucedió para que Dios fuera glorificado.
c)    Pero en el caso del Hijo Pródigo es diferente, Dios se lo permitió para que cambiara.

¿Defender a Dios?

La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor (Proverbios 15:1).
Las pegatinas anti-Dios del coche llamaron la atención a un profesor universitario. Como había sido ateo, el profesor pensó que, quizá, el dueño quería enojar a los creyentes. «El enojo ayuda al ateo a justificar su ateísmo», explicó. Después, advirtió: «Demasiadas veces, el ateo obtiene exactamente lo que busca».
Al recordar su propia travesía de fe, este profesor contó que un amigo cristiano lo invitó una vez a considerar la verdad de Cristo. Le transmitió «una urgencia sin asomo de enojo», con un respeto y una gracia que jamás olvidó.
Los creyentes suelen ofenderse cuando alguien rechaza al Señor. Sin embargo, Jesús nunca tomó de forma personal las dudas sobre su deidad. Una vez, cuando un pueblo se negó a recibirlo, Jacobo y Juan reclamaron venganza instantánea. «Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?», preguntaron (Lucas 9:54). Jesús «los reprendió» (verso 55). Después de todo, «no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él» (Juan 3:17).
Quizá te sorprenda que Dios no nos pida ni necesite que lo defendamos. ¡Quiere que lo representemos!; lo cual implica tiempo, esfuerzo, autocontrol y amor.

Señor, ayúdanos a responder con misericordia a los que nos maltratan, 
«porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34).
La mejor manera de defender a Jesús es vivir como Él.