domingo, 21 de enero de 2018

Oración Para Un Día de Ansiedad

“echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
1 Pedro 5:7
Querido Señor:
Acudo a ti sintiéndome ansiosa y atemorizada. Mi lucha no es con nadie, pero hoy me toca enfrentarme cara a cara conmigo misma. Debo confrontar mis realidades, abrir la puerta a la sinceridad, para que pueda llegar la sanidad que tanto ansío y espero.
Resultado de imagen de Oración Para Un Día de AnsiedadSi como a Pedro me preguntaras si te amo, respondería: ¡Señor, solo Tú sabes cuánto te amo! Lucho con tantas imperfecciones a diario, y a mi alrededor hay tanta presión, que a veces siento que voy a explotar. Que no podré continuar por más esfuerzos que hago por avanzar y salir hacia adelante.
Y sé que mi ser sería como tierra árida y seca si Tú no estuvieras aquí conmigo. El enemigo ha intentado robar mis sueños y quebrantar mi fe, pero desde ese lugar profundo de mí ser, desde el rincón más íntimo y secreto de mi alma, mis células respiran un amor y una gracia que no permite que huya de tus brazos y de tu amor.
Es muy fuerte tu Espíritu sobre mí, aunque yo me sienta muy vulnerable y débil a veces. Tú conoces también lo decepcionada que me siento cada vez que pienso que te fallo. Me surge un sentimiento enorme de impotencia cuando creo que voy avanzando, porque doy dos o tres pasos hacia adelante y retrocedo como diez.
¿Qué voy a hacer Señor? ¿Qué es lo que hay más adelante? ¿Por qué no logro verlo, qué es lo que aún no he logrado entender o comprender? ¿Por qué tarda tanto eso que espero? ¿Por qué siento que no son suficientes mis esfuerzos? ¿Qué es lo que no supero? Deben ser mis miedos o tal vez las preocupaciones y tristezas que a nadie cuento; que duermen calladas y por la noche me acompañan. Quizá son esas ilusiones rotas que algunas personas se han encargado de quebrar y me han dejado tan marcada.

Una fe salvadora

Lo peor que puede sucederle a una persona es pensar que fue salva, para descubrir después de la muerte que no es así. A todos nos gustaría creer como ciertas las aseveraciones de quienes aseguran ser cristianos, pero Jesús hace una dura advertencia porque sabe que muchos están engañados. Se sientan en la iglesia semana tras semana asegurando que Jesús es el Hijo de Dios, pero nunca sin involucrarse en una relación personal con Él.
Resultado de imagen de Una fe salvadoraLa fe intelectual no es lo mismo que la fe salvadora. No es suficiente creer que Jesús murió y resucitó. Hasta los demonios creen eso (Santiago 2.19). La salvación implica más que reconocimiento: requiere confiar en que Jesús pagó el castigo por nuestros pecados, recibir su perdón, dejar el pecado y establecer una relación con Él. Lo que importa no es lo que digamos con la boca, sino lo que sintamos de verdad en nuestro corazón.
Aunque usted probablemente no entenderá lo que sucede en el momento de la salvación, cuando Cristo se convierte en su Salvador, se vuelve también su Señor. Como el Dueño de su vida, Él tiene el derecho de gobernar lo que usted haga. Su Espíritu Santo hace morada en usted cuando es salvo, lo que significa que tendrá un cambio. Éste trabaja en todo momento para eliminar las acciones y actitudes pecaminosas, sustituyéndolas por su fruto espiritual (Gálatas 5.22, 23).
Reconocemos que una persona es salva no por sus palabras, sino por su fruto. Si usted es verdaderamente salvo, su carácter será más semejante al de Cristo con el paso del tiempo. Esto no significa que nunca más pecará o fallará, sino que los pasos que dé serán pasos de obediencia.

Qué queda en el ojo

¡Cuán innumerables son tus obras, Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; ¡la tierra está llena de tus beneficios! Salmo 104.24
Al colibrí se le conoce también como picaflor, nombre que se le da porque, al verlo, parece estar picando las flores. En inglés se le llama «pájaro que zumba», y en portugués, «besa flor». Otro nombre que se le da es "biulu", «que queda en el ojo». En otras palabras, una vez que veas un picaflor, nunca lo olvidarás.
G. K. Chesterton escribió: «El mundo nunca perecerá por falta de maravillas, sino por faltar en maravillarse». El colibrí es una de esas maravillas. ¿Qué tienen de fascinantes estas pequeñas criaturas? Tal vez sea su tamaño (un promedio de 2,5 a 5 cm) o la velocidad de su aleteo, que puede oscilar entre 50 y 200 veces por segundo.
No sabemos con seguridad quién escribió el Salmo 104, pero el salmista estaba indudablemente cautivado por la belleza de la naturaleza. Después de describir muchas maravillas de la creación, declara: «Alégrese el Señor en sus obras» (verso 31). Y, luego, ora: «Dulce será mi meditación en él» (verso 34).

La naturaleza está inundada de cosas que quedan en la retina del ojo por su belleza y perfección. ¿Cómo podemos meditar en ellas y agradar a Dios? Podemos observar, regocijarnos y dar gracias a Dios mientras contemplamos sus obras y maravillas.
Dios, ayúdame a reflexionar en las maravillas de tu creación.
El asombro ante las maravillas de Dios lleva a la gratitud.

Ester, libre

En Sudáfrica se celebra cada año, en el mes de junio, un gran festival religioso a las orillas del río cercano a Durban. Durante muchos años, una hechicera llamada Ester Panjalai, fue una de las atracciones principales; era presentada “como la única mujer en toda Sudáfrica, capaz de caminar descalza sobre las brasas”. Desde los trece años se adentró en la adivinación y la hechicería, hasta involucrarse en las supersticiones hindúes. Había descubierto que entregarse a Satanás le significaba realizar cosas increíbles, como caminar sobre brasas encendidas sin lesiones, y ése era su estilo de vida. Ester se casó y tuvo dos hijos, continuando cada vez más comprometida con lo que hacía. Sus actos eran cada vez más peligrosos, llegando incluso a caminar con unos zapatos colmados de clavos, con la punta hacia arriba.
sobre brasasCierto día, uno de sus hijos pasó frente a un local donde se predicaba a Cristo, y le llamaron la atención las palabras de un himno, “¿qué me puede dar perdón?, sólo de Jesús la sangre”; tenía catorce años. El muchacho siguió asistiendo y pronto trajo a toda su familia, a sus padres, y a sus hermanos; todos abrieron el corazón al Señor, y fueron liberados, perdiendo el diablo toda autoridad sobre ellos. Ester continuó influyendo sobre la gente, pero ahora con otro mensaje donde el centro era el Señor Jesucristo. En varias ocasiones fue amenazada de muerte, pero no cesó en dar testimonio del Evangelio de salvación.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5: 1 
Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos. Salmos 119: 45.
La libertad que otorga Jesús es completa, total, absoluta. Opera de tal manera, que al oír la Palabra de Dios el oyente necesitado, hace que se rompan las cadenas que lo esclavizan, y ve por sí mismo el milagro del nuevo nacimiento. Le sucedió a Ester en sus actividades de antaño, y es porque el Evangelio lo cambia todo, revoluciona la vida del hombre y de la mujer a tal punto, que no quedan vestigios de la vida pasada; aflora otra actitud, otra vida, otro idioma, otra alegría, y también otra fiesta, y otro pensamiento. Aparece el positivismo en razón a las promesas de la Escritura, ya no hay temor, no hay miedo ni desconfianza; se muestra el amor, la paz, y la bondad, todo es fe. Es creer en Aquel que viene, es esperarlo, con la atención puesta en las señales; es decir, “sí, ven, Señor Jesús”.