miércoles, 30 de diciembre de 2015

Gol en contra

La primera vez que chuté una pelota a portería, fue gol. ¡Exitazo! ¡Un crack del fútbol en ciernes! Fue durante mi primera hora de Educación Física en la escuela elemental. Pero hubo un pequeño detalle: que yo no tenía muy claro hacia qué portería debía chutar. Gol en contra.
Recuerdo que tomé el balón por mi cuenta desde el medio campo, y comencé a correr en medio del griterío de los demás niños. Unos festejando, otros, criticándome. Pero no me importaba. Era completamente ajeno al detalle, nada menor por cierto, de que los que festejaban no eran precisamente los que tenían que festejar … era una jugada negativa, diría yo. Lo blanco era en realidad negro, y lo negro, blanco.
A pesar de las desesperadas advertencias del portero “-¡Déjala!, ¡déjalaaaa!”, coloqué la pelota en el ángulo inferior izquierdo con precisión y maestría. ¡Y entre risas y llantos salí festejando! ¡Había hecho un golazo!
Hasta que pasado el momento de euforia inicial, vinieron las “suaves” explicaciones  de mis compañeritos: “-¡TIENES QUE CHUTAR PARA EL OTRO LADO!”... Esto es lo que se llama "una verdadera metedura de pata”. Aún recuerdo las carcajadas desaforadas, burlonas y sin disimulo alguno de la profesora de educación física.

Examínate… Y No te dejes Vencer

Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:
“Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en esta Empresa. Está invitado al velorio en el área de deportes”.
Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.
La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio.
Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba:
¿Quién será el que estaba impidiendo mi progreso?
¡Menos mal que el infeliz murió!
Uno a uno, los empleados, agitados, se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban saliva, y se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.

El tamborilero

Pues todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía. Lucas 21:4
El tamborilero es una canción popular de Navidad escrita en 1941. En un principio, se la conoció como Villancico del tambor, y se basa en una tradicional canción navideña checa. Aunque los relatos de Mateo 1–2 y Lucas 2 no hacen referencia a ningún niño que toque el tambor, la esencia de la letra señala directamente al significado de adorar. Habla de un mago que invita a un muchacho a la escena del nacimiento de Cristo; pero a diferencia de los otros magos, como el chico no lleva ningún regalo, le da lo que tiene. Entonces, el chico toca su tambor, mientras dice: "Interpreté para Él mejor que nunca".
Inline image 1Esto evoca la clase de adoración que describió Jesús al referirse a la viuda y sus dos monedas: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía (Lucas 21:3-4).
Lo único que tenía el chico del tambor era su instrumento, y la viuda sus dos monedas, pero el Dios a quien adoraban era digno de recibir todo lo que tenían. El Señor es digno de todo lo nuestro también, ya que Él lo dio todo por nosotros. 
Señor, aquí estoy a tus pies para consagrarte a ti todo lo que soy, lo que tengo y lo que espero ser: mi vida entera.

Éxito en la Vida Cristiana

“ABRE MIS OJOS, PARA QUE VEA LAS MARAVILLAS DE TU LEY” (Salmo 119:18 LBLA)
Si quieres tener éxito en la vida:
1) No te “duermas en los laureles”. Si tus logros pasados te siguen pareciendo impresionantes en la actualidad, posiblemente te hayas estancado. El apóstol Pablo reconocía sus éxitos, pero siempre se enfocaba en las tareas futuras encomendadas por Dios: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14).
2) No te quedes sentado esperando a que lleguen las oportunidades. Si no emprendemos hacer cosas grandes porque nos parecen fuera de nuestro alcance, y no hacemos las pequeñas por carecer de importancia, existe el peligro de que no hagamos nada. El mundo se beneficia de aquellos que hacen algo, no de los que se limitan a hablar de proyectos.
3) No dejes que tus comienzos dicten tu final. George Washington Carver pasó su infancia rodando por diferentes hogares de acogida; hasta que, según se cuenta, la lavandera María Watkings lo encontró dormido en su granero. Ésta no solo lo acogió en su casa sino que además, lo llevó a la iglesia donde el joven tuvo un encuentro con Jesús. Cuando años más tarde el joven se fue de la casa, se llevó la Biblia que la mujer le había regalado. María dejó una huella perenne en la vida de este hombre, y él a su vez dejó su huella en el mundo. Llegó a ser el padre de la agricultura moderna y amigo personal de tres presidentes de los EE.UU., de Henry Ford y de Gandhi. A Washington Carver se le atribuyen más de trescientos inventos. Pero lo más extraordinario es que a pesar de los impedimentos, nunca fue una persona recelosa ni trató de vengarse. Tenía la costumbre de acudir al laboratorio cada mañana y orar: “Abre mis ojos para que vea.” Con una actitud semejante, Dios no podía hacer otra cosa que bendecirlo.