domingo, 3 de mayo de 2020

El poder de la alabanza

Hay poder en la alabanza, y el enemigo, Satanás, sabe esto y quiere quitar de nuestra boca la alabanza a Dios. 
Quiere que estemos en desesperación, en tristeza, con dudas, con temores, con queja y con preguntas, en vez de estar dando una alabanza a Dios. En vez de darle a Dios agradecimiento le pedimos explicaciones.
Pero debes tener muy claro que en medio de la alabanza Dios se mueve con poder. En medio de una alabanza sincera, genuina y verdadera el poder de Dios se manifiesta.

I. No importa tu circunstancia, solo alaba.

Independientemente de la situación en la que te encuentres, independientemente de lo que estés viviendo, sea dolor, angustia o desesperación, Dios es digno de tu alabanza.
EL PODER DE LA ALABANZA | En la Búsqueda de DIOSSi estás en abundancia o escasez, Dios es digno de alabanza. Y tanto si estás enfermo como si tienes salud, en medio de lo que sea que estés viviendo tiene que haber una alabanza, una adoración, tienes que dar fruto de labios que glorifiquen su santo y poderoso nombre.
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Hechos 16: 25-26
Pablo y Silas estaban asustados, doloridos, encarcelados, con cadenas en sus pies. Estaban presos en lo más profundo de un calabozo, en una situación desesperante, en una situación de aflicción. Pero esto no acalló sus bocas, esto no hizo que les robara la alabanza que Dios se merecía. Ellos comenzaron a alabar, comenzaron a adorar con voz fuerte, voz que todos las podían oír. Oían sus cantos entonados para Dios, y Dios se manifestó con poder.

Él se mueve con poder en medio de la alabanza.

Cuando el pueblo de Dios alaba suceden cosas maravillosas. Cuando el pueblo de Dios adora y alaba de corazón, las puertas se abren y las cadenas se rompen. Dios todo lo mueve, Dios todo lo sacude, lo trastorna, lo cambia.
Donde hay tristeza llega la alegría, donde hay desesperación Dios trae Paz. Donde hay dolor Dios trae consuelo, donde hay muerte Dios trae vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Por eso tú no debes callar, por eso tú no debes dejar de adorar, dejar de alabar y reconocer que tienes un Dios grande. Servimos a Dios todopoderoso, y la presencia de Dios se mueve en medio de tu alabanza (Salmos 22:3).

2. Pero si alabas, alaba en espíritu y en verdad (Juan 4:2123 -24)

Jesús le dice a la mujer samaritana: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Y estamos en días donde no hay siquiera la oportunidad de ir a un templo, a una iglesia, de congregarse junto con hermanos para adorar a Dios.
Pero esto no es impedimento, esto no tiene por qué acallar nuestra alabanza. Esto no tiene por qué parar nuestra adoración, porque es necesario que el que lo adore, lo adore en espíritu y en verdad. No importa el lugar, no importa donde te encuentres, lo que Dios ve es un corazón que en verdad y sinceridad adora. Un corazón que está agradecido y reconoce su grandeza.

Evangelio de Lucas

Resultado de imagen de Evangelio de LucasEl Evangelio de Lucas no identifica a su autor, aunque de Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3, se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al “excelentísimo Teófilo”, posiblemente un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la iglesia nos dice que Lucas, médico y compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con libros de las Escrituras.

Fecha de su Escritura: El Evangelio de Lucas fue escrito probablemente entre el 58 y el 65 d.C.

Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos-, el propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo lo que hizo “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba” (Hechos 1:1-2). El Evangelio de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lucas 1:3), consecuente con la mentalidad médica de Lucas, quien con frecuencia da detalles que otros narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio y compasión por gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y otros considerados como marginados en Israel.

Versículos Clave: 

Lucas 2:4-7, “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.

Lucas 3:16, “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.

Lucas 4:18-19, 21, “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.


Lucas 18:31-32, “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, afrentado, y escupido”.

Lucas 23:33-34, “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.


Lucas 24:1-3, “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús”.

Produce fe

“Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo”.
Romanos 10:17 (Nueva Versión Internacional)
Hay personas que aseguran que no tienen suficiente fe como para pensar en recibir lo que Dios tiene para ellas. Algunas de ellas incluso siendo parte del pueblo de Dios. Dado que la fe es algo que se recibe por la palabra de Dios, todo lo que necesita una persona para tener fe es leer la palabra de Dios. ¿Pero cómo oirá el mensaje de Cristo si no busca Sus palabras?
Santiago 1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce ...
Cuando leemos en la Biblia historias en las cuales Dios actuó poderosamente, esas historias se arraigan en nosotros. Es decir, cuando leemos que el Señor Jesús sanó muchos enfermos sin importar qué enfermedad tenían, se produce fe en nosotros. Al leer en la palabra de Dios testimonios de hombres normales como nosotros, que creyeron a Dios e hicieron grandes cosas, se produce fe en nuestro interior.
En la medida que hagamos de la palabra de Dios nuestro sustento y estemos atentos a todos los mensajes que hablan de Jesús, en esa medida tendremos vida sobrenatural. Y toda palabra que recibamos de Dios, la creeremos una realidad; pues ante los grandes retos, recordaremos cómo Dios entregó la tierra que fluye leche y miel, a un pueblo que no tenía avances militares y que había salido de su esclavitud de Egipto. Cuando tengamos que orar por alguien que es estéril, recordaremos cómo Dios hizo que Ana, la madre de Samuel, quedase embarazada por Su poder. O si llegáramos a pasar escaseces, nuestra fe se activará y recordará las veces que Jesús hizo milagros de multiplicación. Y así será para toda situación de nuestra vida.
Lo que escuches y veas eso producirás. Si escuchas malas noticias y ves solo lo malo, eso producirás. Pero si escuchas la palabra de Dios producirás fe. Oye las palabras que Cristo tiene para ti día a día y así vivirás lleno de fe. Escucha lo que es bueno y verdadero, las palabras de Dios en la Biblia y así solo producirás fe.

Pon atención solo a la palabra de Dios.

Más Grande Que Un Sentimiento

“Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo.”
1 Juan 3.20
Culpa. Un tema que para nosotros, surge y resurge una y otra vez. Siempre que hablamos con gente sobre permitir que Dios sane su pasado, de alguna u otra manera, terminamos insinuando la culpa con la que viven por las cosas que hicieron en el pasado. La culpa es una realidad en varios sentidos.
El amor es algo mas grande que un sentimiento, el amor tiene un ...Es real en el sentido de que todos la sentimos. No obstante, en un sentido poderoso, es real porque es el hecho de haber cometido algo malo. Todos la sentimos porque todos hemos cometido errores, hemos herido a alguien o hemos causado daño. Ese es el hecho. Y basado en los hechos, somos culpables.
¿El problema con todo esto? Es fácil que tu sentimiento de culpa nuble la manera en que te ves a ti mismo y al mundo que te rodea. Se convierte en la lente por medio de la cual nos vemos a nosotros mismos. Y cuando nos vemos de esta manera, llegamos a la conclusión de que los demás nos ven igual, o por lo menos que pueden sentir nuestra culpabilidad.
Por fuera puede que parezcamos ser seguros de nosotros mismos, dotados, exitosos, talentosos, etc., pero por dentro estamos colgando de un hilo. Puede que nos presentemos de manera que la gente no pueda ver nuestro sentimiento, pero el sentimiento sigue vivo dentro de nosotros.
Esto se extrapola fácilmente a nuestra relación con Dios. Él no puede ser engañado por nuestra fachada exterior. No se distrae con nuestros logros o bienes materiales. Él ve lo que hay en nuestro interior. Ve la culpa y la vergüenza. Veamos entonces el versículo mencionado, “Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos…”
El hecho es que todos somos culpables, pero no tenemos por qué ser dominados por ese sentimiento. Dios es más grande que nuestros sentimientos. Él es capaz de tratar con los sentimientos que pueden habernos tenido atrapados. Es capaz de sanar esos sentimientos, capaz de cambiar nuestra perspectiva y empujarnos a avanzar hacia una vida saludable y efectiva.
¿Con qué culpa has estado viviendo? ¿Cómo te has estado viendo a ti mismo?
Lleva tus sentimientos de culpa a Dios y pregúntale cómo te ve. La respuesta es perdonado. Siempre ha sido perdonado

No permitas que los sentimientos de culpa te condenen a vivir una vida sin amor. Dios es más grande que tus sentimientos y puede ayudarte a dar y recibir amor de nuevo.