Hay poder en la alabanza, y el enemigo, Satanás, sabe esto y quiere quitar de nuestra boca la alabanza a Dios.
Quiere que estemos en desesperación, en tristeza, con dudas, con temores, con queja y con preguntas, en vez de estar dando una alabanza a Dios. En vez de darle a Dios agradecimiento le pedimos explicaciones.
Pero debes tener muy claro que en medio de la alabanza Dios se mueve con poder. En medio de una alabanza sincera, genuina y verdadera el poder de Dios se manifiesta.
I. No importa tu circunstancia, solo alaba.
Independientemente de la situación en la que te encuentres, independientemente de lo que estés viviendo, sea dolor, angustia o desesperación, Dios es digno de tu alabanza.
Si estás en abundancia o escasez, Dios es digno de alabanza. Y tanto si estás enfermo como si tienes salud, en medio de lo que sea que estés viviendo tiene que haber una alabanza, una adoración, tienes que dar fruto de labios que glorifiquen su santo y poderoso nombre.
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Hechos 16: 25-26
Pablo y Silas estaban asustados, doloridos, encarcelados, con cadenas en sus pies. Estaban presos en lo más profundo de un calabozo, en una situación desesperante, en una situación de aflicción. Pero esto no acalló sus bocas, esto no hizo que les robara la alabanza que Dios se merecía. Ellos comenzaron a alabar, comenzaron a adorar con voz fuerte, voz que todos las podían oír. Oían sus cantos entonados para Dios, y Dios se manifestó con poder.
Él se mueve con poder en medio de la alabanza.
Cuando el pueblo de Dios alaba suceden cosas maravillosas. Cuando el pueblo de Dios adora y alaba de corazón, las puertas se abren y las cadenas se rompen. Dios todo lo mueve, Dios todo lo sacude, lo trastorna, lo cambia.
Donde hay tristeza llega la alegría, donde hay desesperación Dios trae Paz. Donde hay dolor Dios trae consuelo, donde hay muerte Dios trae vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Por eso tú no debes callar, por eso tú no debes dejar de adorar, dejar de alabar y reconocer que tienes un Dios grande. Servimos a Dios todopoderoso, y la presencia de Dios se mueve en medio de tu alabanza (Salmos 22:3).
2. Pero si alabas, alaba en espíritu y en verdad (Juan 4:21, 23 -24)
Jesús le dice a la mujer samaritana: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Y estamos en días donde no hay siquiera la oportunidad de ir a un templo, a una iglesia, de congregarse junto con hermanos para adorar a Dios.
Pero esto no es impedimento, esto no tiene por qué acallar nuestra alabanza. Esto no tiene por qué parar nuestra adoración, porque es necesario que el que lo adore, lo adore en espíritu y en verdad. No importa el lugar, no importa donde te encuentres, lo que Dios ve es un corazón que en verdad y sinceridad adora. Un corazón que está agradecido y reconoce su grandeza.