lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Para qué vine al mundo?

A pesar de tus circunstancias y por encima de cualquier problema, tu vida fue planeada y diseñada por Dios desde el principio. En ocasiones, las personas creen que porque viven ciertas cosas difíciles o dolorosas, tienen difícil comprender el propósito de su vida y es porque los problemas empañan la visibilidad de todo lo demás.
Tú puedes preguntarte cuál es el propósito de tu vida, porque no entiendes todo lo que te ha tocado vivir, pero ante todo, debes saber que el propósito de Dios y sus planes para ti siempre son para bien, independientemente de lo que suceda.
Dios hizo un plan para tu vida desde el momento en que tus padres te planearon traer al mundo, antes que el plan de ellos de formar una familia se realizara. Dios ya tenía establecido que llegaras a ser quien eres, sabia tu nombre y en qué lugar del mundo nacerías, y te planeó con más amor del que imaginas.
A veces, nuestra situación es tan difícil que olvidamos que Dios sabe todas las cosas. Todo lo que nos preguntamos, aun sin decírselo a nadie, Él lo sabe; como cuando nos preguntamos cosas como ¿para qué vine al mundo? Sin querer, cuestionamos la obra de sus manos y ponemos en tela de juicio sus motivos, y es que las cosas que nos pasan a veces son tan grandes, que nos hacen sentir muy pequeñitos y sin un plan de vida, pero la realidad es que todos fuimos planeados con el amor más grande que puede existir

Tal vez tu situación actual te tiene pensando que tu vida no tiene un propósito, cuestionas el por qué estas aquí en la tierra; eso es porque los problemas te impiden darte cuenta que Dios sí tiene un plan maravilloso para tu vida, y que ese plan no depende de lo que pueda pasarte. Su plan siguen siendo el mismo con el que te creó.
Si tú piensas que tu vida no tiene un propósito y te preguntas para qué viniste al mundo, la respuesta es más sencilla de lo que crees: Dios te dio la oportunidad de disfrutar de su amor y hacer de ti algo tan bueno que tú mismo no alcanzas a imaginar. En la vida se nos pueden presentar muchas pruebas, pero son siempre la preparación para algo mejor.

¿Estás sirviendo ahí donde estás?

EFESIOS 2:10 “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. 
En una ocasión, una mujer le escribió a la madre Teresa, desde los Estados Unidos, expresándole su deseo de unirse al ministerio que ella tenía en la India. La madre Teresa le contestó simplemente: “Busca tu propia Calcuta”. ¿Acaso habría algo de romanticismo en el deseo de aquella mujer, de obviar todo su pasado y servir en una tierra exótica y distante? Cualesquiera que fueran sus motivaciones, el breve mensaje que recibió Teresa, encierra un consejo suyo, lleno de discernimiento espiritual al que todos deberíamos prestar atención.
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Esta es la esencia del mensaje del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto, vista en el texto anterior: “sirvan al Señor en cualquier situación en la que Él los haya colocado”. Muchas veces deseamos servir a DIOS, pero pensamos en algo lejano y quizás complicado, sin darnos cuenta que muy cerca hay grandes oportunidades de servirle. Los hambrientos, los necesitados, los que sufren, los que no han oído las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús, todos estos se encuentran en nuestro barrio o en los alrededores, y con toda seguridad, es más fácil satisfacer sus necesidades. 
La Biblia nos dice que cuando recibimos a Jesucristo como Salvador, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Es decir, tenemos dentro de nosotros ese poder prometido a los discípulos. El mismo Espíritu que impulsaba a Jesús a predicar, a sanar, a suplir las necesidades de tantos necesitados. Dice Mateo 9:36 que, al ver las multitudes, el Señor “tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”

La Voluntad de Ganar

Si queremos algo con las suficientes ganas como para salir a pelearlo, trabajar día y noche por alcanzarlo y sacrificar nuestro tiempo, paz y sueño por ello...
Si deseamos aquello nos empuja lo suficiente como para no cansarnos nunca y nos hace ver las demás cosas como pasajeras y de poco valor, cuando las comparamos con las que sí tienen pasión....
Si la vida nos parece vacía e inconsecuente, y todo lo que planeamos y soñamos tiene que ver con eso, si estaríamos contentos de sudar por alcanzar esos sueños, incomodarnos por no tenerlos, planear para obtenerlos y perder todo temor por ello....
Si simplemente vamos tras aquello que deseamos con toda nuestra capacidad, fortaleza, sagacidad, fe, esperanza, confianza y sobria persistencia....
Si ni la fría pobreza desnutrida y famélica, ni la enfermedad, ni el dolor del cuerpo o mente pueden hacernos desistir de aquello que tanto anhelamos, si con todas nuestras fuerzas y a pesar de todas las dificultades, nos enfrascamos en obtenerlo,... ¡lo obtendremos!

La oración eficaz del justo puede mucho

La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su voluntad también lo es. Si ora conforme a su voluntad, Él lo oye.

Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho". Santiago 5:16 Algunas veces los creyentes se retuercen las manos y se preocupan por si están o no orando de acuerdo con la voluntad de Dios. "Qué lástima, dicen, ciertamente no puedo esperar que Dios haga algo por mí que esté fuera de su voluntad". Y están absolutamente en lo correcto

Pero no deben perder el tiempo andando por ahí, perplejos. Necesitan tomar sus Biblias y entender cuál es la voluntad de Dios.
Dios ha hecho algunas promesas muy claras en su Palabra, y su voluntad es cumplir cada una de ellas en su vida. En efecto, esas promesas están divinamente garantizadas por un contrato que ha sido firmado con la sangre de Jesucristo.
Piénselo de esta forma. Su Biblia es la última voluntad y testamento de Jesucristo. Es un registro de la herencia que le pertenece a usted. Todo lo Suyo ha sido registrado en ese Libro, y si usted es inteligente, escudriñará lo que hay en él. No la deje sobre la mesa y de esta forma, no tendrá luego que clamar: "¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! ¡Estoy buscando la verdad"! ¿Dónde está?
Tome la Biblia y busque en ella lo que a usted le pertenece. Dese cuenta de lo que necesita hacer para estar en conformidad con la voluntad de Dios.
Algunas personas no hacen eso. Al contrario, tratan de cambiar a Dios. Siguen tratando de convencer a Dios de lo heridas que se sienten o de cuán pobres son. Rogarán, suplicarán y adularán a Dios, y actuarán siempre de modo como si debieran cambiar, de algún modo, el parecer de Dios acerca de la situación. Esas personas se van a quedar esperando por mucho tiempo.
Porque Dios nunca va a cambiar. La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos, y Su voluntad también lo es. Así que no pierda su tiempo preguntándose si está orando conforme a la voluntad de Dios. Tome el Libro y base sus oraciones en este. Entonces podrá estar seguro de que la respuesta está de camino.
Efesios 5:17 "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor".

La respuesta que buscaba


Perdida y sola me encontré antes de tu llegada.
Mi camino era obscuro, sin luz, sin esperanza,
necesitaba la mano de alguien que me levantara.
Nadie me pudo ayudar, mis amigos no comprendieron
lo sola que me sentía, el dolor que llevaba.

Me lastimaron, me hirieron
y perdí la felicidad que pensé tener.

Entonces me alejé de la realidad, me encerré en mi dolor,
perder la razón quería, dormir y solamente soñar,
pero buscar la verdad quería en medio de mi dolor.

Por mucho tiempo busqué respuestas sin encontrar
conformidad, y sedienta estaba por la cura de mi soledad.
Pero un día llegaste a mi vida y poco a poco cerraste las heridas.
Me arrullaste en tus brazos y me hiciste dormir,
y al despertar, empecé a sonreír.

Me habías consolado en el silencio de mi vida,
hablándome al oído de tu amor por mi.
Me comprendiste y escuchaste, no me juzgaste,
y amor me diste para rescatarme.

Si no te hubiera conocido, extraviada en un laberinto estaría
sin encontrar la salida; levantaste vallados que me resguardan
y millares de guardianes a mi alrededor, que me acompañan
día y noche para proteger tu gran amor. Soy tu amor y Tú el mío,
soy tuya y estoy en ti.

Te entregaste a mí sin reservas, sin reclamos. Eres paciente y
has esperado a que un día volviera a tu lado.

Eres amigo, eres Padre, eres mi Dios, todo lo que buscaba,
eres la respuesta que yo anhelaba.
Me levantaste, me limpiaste, lavaste y vestiste para
que me preparara y esperase por ti; así como Tú esperaste por mí.

Mas mi corazón desesperado está, anhela que vuelvas pronto
para no separarnos jamás.
Padre mío, grande y misericordioso que cuidas y guardas
a tus hijos con amor, gracias te doy por tu salvación.
Vuelve pronto Señor.