sábado, 16 de agosto de 2014

¿Cuál es el significado de la vida?

¿Cuál es el significado de la vida? ¿Cómo puedo saber mi propósito, encontrar mi realización y satisfacción en la vida? ¿Tendré el potencial para lograr algo de verdadera importancia? Mucha gente nunca se ha parado a considerar cuál es el significado de su vida. Años más tarde, miran hacia atrás y se preguntan por qué sus relaciones se desmoronaron y por qué se sienten tan vacíos, aunque bien pudieron haber conseguido todo lo que emprendieron. 
A un ex-jugador de fútbol, famoso, se le preguntó, qué le hubiera gustado que le dijeran al principio, cuando empezó a jugar al fútbol. Respondió, “Deseaba que alguien me dijera que cuando alcanzara la cumbre, no encontraría nada allí”. Muchas metas revelan su vacío después de que se han desperdiciado años y años en su búsqueda.
En nuestra humana sociedad, la gente persigue muchos propósitos creyendo que en ellos van a encontrar un verdadero significado, como éxito en los negocios, riquezas, buenas relaciones, sexo, entretenimiento, hacer el bien a otros, etc. Pero la gente ve que mientras alcanzan sus metas propuestas de riquezas, relaciones y placer, pobres pecadores de hedonismo, todavía sienten un profundo vacío interior, un sentimiento de vacío que nada lo parece llenar.

El autor del libro bíblico de Eclesiastés expone este sentimiento cuando dice, “¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!”. Este autor tenía riquezas más allá de la medición, sabiduría más que cualquier hombre de su tiempo o del nuestro, mujeres por centenares, palacios y jardines que eran la envidia de los reinos, la mejor comida y el mejor vino, y poseía todas las formas de entretenimiento posible. Hasta cierto punto, dijo que cualquier cosa que deseaba su corazón, él la buscaba y tenía. Y aún resumía diciendo, “la vida debajo del sol ¡es vanidad!” (La vida vivida con todo lo que podemos ver con nuestros ojos y experimentar con nuestros sentidos). ¿Por qué hay tal vacío? Porque Dios nos creó para algo más allá de lo que podemos experimentar en el aquí y ahora. Salomón dijo de Dios, “Él también ha puesto la eternidad en los corazones de los hombres…”. Somos conscientes de que en nuestros corazones, este “aquí y ahora” no es todo lo que hay.
En Génesis, el primer libro de la Biblia, encontramos que Dios creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:26). Esto significa que somos más como Dios que como cualquier otro (que cualquier otra forma de vida). También encontramos que, antes de que la humanidad cayera en pecado y la maldición cayera sobre la tierra, las siguientes cosas fueron verdad: (1) Dios hizo al hombre una criatura social (Génesis 2:18-25); (2) Dios dio al hombre trabajo (Génesis 2:15); (3) Dios tuvo compañerismo con el hombre (Génesis 3:8): y (4) Dios dio al hombre dominio sobre la tierra (Génesis 1:26). ¿Cuál es la importancia de estos puntos? Para cada uno de ellos, Dios intentó añadir a nuestro cumplimiento,
 satisfacción en la vida; pero todo esto, especialmente el compañerismo del hombre con Dios, fue dañado por la caída del hombre en pecado y la maldición resultante sobre la tierra (Génesis 3).

En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, al final de muchos otros eventos del fin de los tiempos, Dios revela que va a destruir esta tierra y cielo presentes como los conocemos, y conducirnos al estado eterno, al crear un nuevo cielo y una nueva tierra. En ese tiempo, va a restaurar por completo el compañerismo con la humanidad redimida. Algunos serán juzgados indignos y arrojados en el Lago de Fuego (Apocalipsis 20:11-15). Y la maldición del pecado será disipada; no habrá más pecado, aflicción, enfermedad, muerte, dolor, etc. (Apocalipsis 21:4). Y los creyentes heredarán todas las cosas; Dios habitará con ellos, y ellos serán Sus hijos (Apocalipsis 21:7). De este modo, llegamos a un círculo completo en el que Dios nos creó para tener compañerismo con Él, pero el hombre pecó, rompiendo ese compañerismo; luego Dios restaura ese compañerismo completamente, y en el estado eterno, con aquellos considerados dignos por Él. Entonces, ir por la vida solamente para morir separados de Dios por la eternidad, sería peor que vano, totalmente inútil. Pero Dios ha hecho un camino no solamente para hacer posible la dicha eterna (Lucas 23:43), sino también para que esta vida sea satisfactoria y valiosa. Entonces, ¿cómo se obtienen esa dicha eterna y este “cielo sobre la tierra”?

¿Qué está pasando en la tierra? - Actualidad

En nuestro intento por hallarles sentido a las noticias mundiales y a los sucesos de actualidad, necesitamos evitar con todo cuidado dos extremos: El primero de ellos es el sensacionalismo o alarmismo.
A veces, en nuestra desesperación por comprender lo que está sucediendo en el mundo, nos podemos volver excesivamente crédulos, y las afirmaciones sensacionalistas nos pueden hacer desviar de nuestras creencias con facilidad. Entre los sensacionalistas más distinguidos se hallan los que le fijan fechas a la venida de Cristo; los que siempre están tratando de identificar al anticristo, y los que tratan de convertir cada terremoto, enfermedad, desastre o pelea entre naciones en una señal de los últimos tiempos. Para demasiados fanáticos de las profecías, prácticamente todo lo que sucede es señal de que está cerca la venida del Señor.
¿QUÉ SEÑALES?
¿Qué está pasando en la tierra?
El otro extremo que debemos evitar en tiempos como los que corren, es el de burlarnos de las señales de los tiempos. Si comparamos al sensacionalismo con la propaganda excesiva a favor de un producto, entonces la burla equivaldría a la falta de propaganda. Hoy en día, son muchos los que reaccionan de forma negativa ante toda conversación acerca de las señales de los últimos tiempos. Dicen que es fatuo, necio e injustificado buscar tendencias y señales que indiquen el próximo escenario de los últimos tiempos, descritos en las Escrituras, o incluso hablar de ellos.
¿Está justificada esta manera negativa de ver las cosas? Jesús reprendió seriamente a los líderes religiosos de sus tiempos por su ceguera ante las señales de su primera venida:
Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, mas las señales de los tiempos no podéis. (Mateo 16:1-3)
Él estaba cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento y realizando los milagros que, estaba profetizado que haría el Mesías ante sus propios ojos; sin embargo, ellos seguían ciegos ante las claras señales de su primera venida.
De igual forma, hoy hay muchos líderes religiosos que están siguiendo el mismo triste esquema de mantenerse ciegos a las cosas que están pasando en el mundo, y que se relacionan con el programa de Dios para la segunda venida de Cristo.
LA PREPARACIÓN DEL ESCENARIO
Otra forma de comprender y asumir las señales de los tiempos es imaginar que se está viendo un drama. Aún no se ha abierto el telón para que comience el primer acto, pero desde su asiento en medio del público, usted puede oír sonidos detrás del telón. Están preparando el escenario para que comience el drama. Están poniendo los accesorios en su lugar, y los actores están ocupando sus puestos. Estos sucesos no son el drama en sí mismos; son la preparación natural y necesaria para él. Cuando oímos que están preparando el escenario, aumenta nuestra expectación por la proximidad del momento en que se va a levantar el telón.
De igual forma, Dios ya tiene escrito el guión de los últimos tiempos, y está preparando la escena del mundo para este drama de los siglos. El telón sigue bajado, pero los sucesos mundiales se están produciendo, y los actores están asumiendo sus papeles para que comience el drama. Antes de que se levante el cortinón, la iglesia será levantada por los aires para reunirse con el Señor en el arrebatamiento. Algún tiempo después del arrebatamiento, el anticristo va a llegar al escenario mundial. En ese momento, todas las partes y todos los actores estarán en su lugar, y comenzará el drama final de los tiempos.
Un excelente resumen de este punto de vista sería:
«Las profecías bíblicas se relacionan con un tiempo posterior al arrebatamiento (el período de tribulación). Sin embargo, esto no significa que Dios no esté preparando el mundo para ese tiempo futuro durante la era presente de la iglesia; de hecho, lo está haciendo. Pero esto no es el cumplimiento de las profecías bíblicas. O sea, que aunque las profecías no se cumplan en nuestros días, eso no significa que no podamos seguir unas tendencias generales en la preparación actual para la tribulación que vendrá, sobre todo porque ésta sigue inmediatamente al arrebatamiento."

Como un dedo sin uña

Viendo mis manos detenidamente, 
al observar mis dedos me di cuenta de algo 
que quizá para muchos sea una tontería.
Me comparé con un animal y pensé: "yo también tengo garras", 
como las aves y cuadrúpedos, que tienen garras o pezuñas. 
Aparentemente se ven fuertes, pero todas esconden cierta fragilidad.
Luego me dije: si pudiera quitar mi uña,... quedaría al aire una piel frágil, débil, que sangraría y se lastimaría con cualquier cosa que tocase mi dedo.
Y a la vez dije: si mis dedos no tuvieran uñas no podría rascarme la cabeza, espalda o cualquier parte de mi, "hay muchas cosas que puedo hacer con ellas". Y pensé: "la verdad es que mi persona es como un dedo sin uña", que si me la quitan quedo frágil, delicado y sangraría con cualquier toque, rasguño, con cualquier maltrato, ofendida con la mínima palabra.
Pero a la vez sonreí, porque Tú Señor, 
eres como esas uñas que me protegen, 
que me cubren, y me cuidan de no ser lastimada. 
Tú Señor, eres mi protección, el que me defiende 
de cualquier daño que no pueda soportar.
Te doy las gracias por amarme, cuidarme en todos los aspectos.
Me proteges en cada mínimo detalle y a veces somos tan ciegos, 
que no lo podemos ver en nuestra propia persona.
Hiciste mi cuerpo frágil por dentro, 
pero formaste un escudo para protegerme y cuidarme 
de cualquier herida. Y esa protección, ese escudo, eres Tú Señor.
Tanto me amas, que me has dado tu Espíritu Santo 
para que día a día me cubra y proteja. Gracias, Señor Jesús.
"...Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío....  Salmos 19:14

Manifestad el amor de Cristo

Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Romanos 12:10.
No debemos permitir que nuestro yo y la humanidad nos absorban, mientras olvidamos las demandas de Dios. Él desea que seamos más bondadosos, más benignos y amables; menos criticadores y suspicaces. ¡Oh, si pudiéramos tener el espíritu de Cristo y saber cómo tratar a nuestros hermanos y vecinos! …
Debemos olvidarnos de nosotros mismos por el amoroso servicio hacia otros … No pretendamos recordar continuamente los actos de bondad que hayamos hecho; se borrarán de nuestra memoria, pero la eternidad recordará, en todo su esplendor, cada acto que se haya realizado por la salvación de las almas, cada palabra hablada para animar a los hijos de Dios. Y estas cosas realizadas con amor de Cristo, serán una parte de nuestro gozo a través de toda la eternidad.
Cuando tratamos a nuestros hermanos, si no lo hacemos con bondad y cortesía, seguimos un proceder anticristiano. Debemos manifestar cortesía en el hogar, en la iglesia y en nuestro trato con todos los hombres. Especialmente, debemos manifestar connivencia, compasión y respeto por aquellos que están ofertando sus vidas por la causa de Dios… Cuando Jesús reina en nuestro corazón, hay dulce amor y somos tiernos e íntegros el uno para el otro…