lunes, 8 de diciembre de 2014

Dios puede hacer milagros

JUAN 11:38-44 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.” 
milagrosoHace unos años, un joven de dieciocho años y un amigo partieron del archipiélago de Nueva Caledonia, Oceanía, en un bote de motor con el fin de disfrutar de un paseo y pescar en las azules aguas del Pacífico Sur. Horas después, el paseo se convirtió en drama y en tragedia cuando se desató una tormenta; una enorme ola arremetió contra el bote, el cual zozobró y ambos cayeron al agua. El amigo desapareció casi inmediatamente en el inmenso océano infestado de tiburones, pero él sintió que un cuerpo frío y viscoso lo levantaba y lo llevaba cargado. Era una enorme raya marina que estaba debajo de él y que nadó una distancia de más de 700 kilómetros durante 13 días con él, hasta depositarlo, exhausto y casi moribundo en la playa de una isla, de donde más tarde fue rescatado.
¿Sería este un hecho extraordinario producto de una increíble casualidad? ¿O sería un milagro? ¿Por qué no un milagro? De vez en cuando ocurren en el mundo, sucesos que parecen no tener explicación alguna. Muchos de estos incidentes asombrosos, como los de personas que se salvan en naufragios, o escapan en medio de incendios impetuosos, o se recuperan de accidentes increíbles o de enfermedades supuestamente incurables, son obra de Dios, que responde a las oraciones de sus hijos.

Cambia tu Presente y Construye tu Futuro - Crecimiento personal-espiritual

Actualmente, hay mucha gente que está teniendo problemas porque no han podido olvidar su pasado, siempre lo están recordando, como si cada día sacaran el baúl de los recuerdos y buscaran el álbum de su pasado, para no olvidar lo bueno o malo que fue su vida hace años, inclusive ayer.
Cierto es, que para el ser humano es más fácil recordar el pasado que ponerse a pensar en el futuro. Nos cuesta mucho proyectarnos hacia el futuro porque en ese momento, comenzamos a ver nuestro pasado y presente, y no creemos que nuestra vida pueda cambiar,... o creemos que el cambio llegará cuando Dios quiera.
Cambiar FuturoPero hay buenas noticias, una es que eres una nueva creación, en 2 Corintios 5:17: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (NVI) y la  otra es que Dios es galardonador de aquellos que le buscan, Hebreos 11:6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (NVI), de aquellos que creen y ponen en práctica su Palabra. Así que, hoy tú puedes cambiar tu presente y construir tu futuro. Dios siempre quiere lo mejor para ti.
Nos perdemos gran parte de la vida porque no miramos a nuestro futuro. Y estamos tan ocupados con nuestros pensamientos del pasado que no disfrutamos el presente. Son los ojos del pasado los que están guiando tu presente, es su razonamiento o cuestionamiento lo que te impide muchas veces, alcanzar la tierra prometida. No dejes que el pasado robe tu futuro. Sé quien debes ser, sé tú mismo.
Hay un cuento que dice:
“Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. 
La Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.  
Y la Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una flor, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca. El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? La flor contestó: Quizá sea porque siempre supuse que cuando me plantaste querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda y heme aquí ,el más hermoso y bello clavel de tu jardín.”
Lo mismo a veces, llega a pasar en nuestras vidas. Podemos estar marchitándonos en nuestras propias insatisfacciones, en nuestras quejas, en las absurdas comparaciones con los demás, o en la búsqueda del culpable de todas nuestras desgracias…”Si yo fuera”, “si yo tuviera”, “si mi vida fuera”, “si mi esposo o esa persona cambiara”, “si hubiera hecho tal o cual cosa” o “si no hubiera hecho aquello…”, “si tal persona” …

He visto a Dios

Yuri Gagarin, astronauta ruso, después de salir al espacio exterior y dar una vuelta en la órbita del planeta Tierra, expresó algo así cuando descendió:
“He subido al cielo y no he visto a Dios”.
En cambio, otro astronauta, John Glenn, exclamó eufórico a su regreso:
“He subido a los cielos y he visto la grandeza de Dios”
Uno ascendió a los cielos en una “Torre de Babel” del siglo XX. El otro lo hizo con fe y su corazón mirando a Dios.
Muchas personas viven hoy, sin necesidad de salir catapultados en una cápsula al espacio, en su pequeño mundillo de arrogancia sin Dios, donde la obediencia y la fe no forman parte de su diccionario. Prefieren ser sus propios “dioses” antes que someterse a la Autoridad del Soberano Creador del Universo. Es así como se encuentra nuestro mundo; sumido en una caótica anarquía donde las batallas de los antiguos “dioses” del Olimpo parecen un cuentito de niños, al lado de las lides que nos toca librar hoy en la realidad de nuestro transcurrir diario.

La historia de Juan - Reflexiones

En el transcurso de una cena de una obra caritativa, el padre de un niño minusválido pronunció un discurso inolvidable…
Es este:
Decimos que Dios hace todo a la perfección …¿Dónde está la perfección en Juan, mi hijo?Mi hijo no puede comprender las cosas como otros niños, tampoco puede recordar como otros niños …
¿Dónde está pues la perfección de Dios? Creo que creando a un niño retrasado como mi hijo, la perfección que busca Dios es cómo reaccionar con él…
He aquí una pequeña anécdota para ilustrar mis declaraciones.
Un día estábamos viendo a un grupo de jóvenes jugando al fútbol. En eso, Juan me dijo:¿Crees que me dejarían jugar? 
Sabía que Juan no era el tipo de compañero de equipo que los chicos buscan normalmente, pero esperaba que a pesar de todo, se le permitiera jugar.
Pedí pues, a uno de los jugadores de campo si podían dejar que Juan participara.
El jugador reflexionó algunos instantes y dijo:
“Perdemos por dos goles y estamos en la segunda parte del partido, ¡ummmm!, creo que puede formar parte del equipo y tener la oportunidad de golear ”.
Juan lanzó un fuerte suspiro.
Y le dijimos a Juan que se pusiera ¡manos a la obra!
Finalizando el segundo tiempo, el equipo de Juan metió gol pero todavía había una diferencia de otro. Pero el equipo de Juan golea de nuevo. El equipo tiene ahora la posibilidad de llevarse el partido … Con asombro, le pasan el balón.
Todos saben que es casi imposible ganar porque Juan no sabe ni cómo golpear la pelota. Juan se acerca a ella y chuta torpemente, sin éxito. Uno de sus compañeros de equipo le anima. 
-¡Será la próxima vez!
De nuevo le llega la pelota a Juan. Chuta nuevamente, y ¡nada!, la pelota que va rodando despacio hacia el portero que la recoge.
Habría podido fácilmente, retener la pelota hasta acabar el juego, pues estaba a punto de acabar, pero el portero rápidamente, lanzó la pelota muy alta, muy lejos.
Todos ellos se echaron a gritar:
”¡Corre deprisa a ver si la coges, Juan! ¡Corre! ”
Nunca hubiera pensado tener la oportunidad de correr como lo estaba haciendo. Juan corre a lo largo del campo, totalmente asombrado. Cuando logra alcanzar el balón, regatea a todos los jugadores del equipo contrario, alcanza el área de penalti contraria, chuta y... ¡goooooooool! Los jugadores le levantan sobre sus hombros.
¡Juan es un héroe! Acaba de hacer un gran partido y de ganarlo para el equipo._______

Padre perdónanos, porque no sabemos lo que hacemos

Es tiempo de que dejemos a Dios arrojar luz en nuestro interior y podamos mostrar obras producto de nuestra fe.
En el evangelio de Lucas 23:34, Jesús pronunció algunas de sus últimas palabras antes de morir:
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Palabras que retumban hasta el día de hoy, en el corazón y la mente de toda la humanidad. En algunos porque aún no han reconocido que Jesucristo es el único camino a Dios el Padre, y en otros porque habiendo conocido la Verdad, nos pasamos mucho tiempo de nuestra vida cristiana haciendo cosas que "no sabemos por qué las hacemos", casi siempre como producto de nuestra inmadurez.

Los psicólogos han descubierto algunas cosas muy interesantes en el comportamiento humano, que se repiten también en el espiritual. Si tú entras en una tienda a comprar una prenda de vestir, verás que cada persona elige un modelo distinto de ropa. ¿Por qué tenemos distintos gustos y maneras de vestirnos? La respuesta tiene que ver con lo que hacemos pero no sabemos por qué lo hacemos. Por ejemplo, las personas que son tímidas eligen ropas que les quedan holgadas, porque tratan de ocultar las formas de su cuerpo; los que son seguros de sí mismos eligen ropa más ajustada; los que son alegres y simpáticos se inclinan por ropa estampada con distintos colores; las personas prácticas, ropa fácil de combinar; los ambiciosos prefieren ropa de mangas largas. Igualmente, los colores de la ropa que más nos atraen, tienen que ver con nuestra personalidad. El rojo por ejemplo, la persona que lo elije, seguramente es impulsiva, nerviosa, muy activa, que disfruta de ser el centro de atención y es ambicioso. El color rosa, puede denotar ser afectivo, cariñoso, comprensivo y tolerante. El color azul suele ser aplicable a una persona creativa, perspicaz, sensible, analítica, inteligente, y con sentimientos profundos.
Estos son algunos ejemplos de la forma en que la condición interna (que no se ve) se refleja en formas externas (que sí se ven), lo que significa que las personas hacemos cosas que no sabemos por qué las hacemos, como elegir la ropa.

Y así también, el lugar y la forma en la que nos sentamos en la iglesia. En fin, todo esto habla de la condición interna de cada uno. Jesús, en el momento de ser llevado a la cruz, vestía ropas que mostraban su condición interna: una túnica de una sola pieza, vestimenta usada solo por los ricos y por el sumo sacerdote; su riqueza interna y su mediación entre Dios y los hombres lo reflejaba en su ropa.