miércoles, 18 de septiembre de 2019

Nacido de nuevo

6:15 am de la mañana, el día huele a gloria. El Espíritu Santo me levanta a alabar y mi boca asombrada de Su majestad, declara lo grande que es Él. Mi alma asombrada de donde la ha redimido, clama de agradecimiento. Es algo que solo ella y su Salvador saben. Solamente ella conoce cuán grande ha sido Dios para este siervo. Solamente ella sabe que lo más insignificante de realizar a ojos de los hombres, era imposible para este siervo. Solo ella conoce lo que significó un rayo de luz en las tinieblas.
No puedo evitar recordar cuando este siervo estaba desesperanzado y le habían dado por perdido. Había intentado todo para ser libre sin ningún éxito.
La agonía de estar herido de muerte en las tinieblas carcome el alma. El pensamiento incisivo de perecer perpetuamente en el infierno, te hace creer que ha acabado todo.
Veo a un ser que era inútil para la vida, con sus nervios destrozados de tanto ingerir alcohol, con una mente tan distorsionada que nada podía restaurarlo. Y con su alma atada al terror de la noche.
En eso llegó Aquél hombre que dijo que Él estaba dispuesto a dar su vida para devolverme la mía. Dijo que Él estaba dispuesto a restaurar mi mente y darme libertad derramando hasta la última gota de su sangre.
-¿Por qué estás dispuesto a dar tu vida y tu sangre por mí, si no valgo nada? Es demasiado el precio de tu vida por alguien inservible, le respondí.
-Para mí eres una obra maestra y en mi obra te quiero incluir, replicó.
Hasta entonces no veía utilidad o valor en mí, y no supe por qué Jesús sí. Y poco a poco Él restauró mi vida; haciéndome entender que en aquél momento, aunque todo indicaba lo contrario, yo para Él valía.
Él me ha hecho nacer de nuevo, me ha dado una nueva mente, un nuevo corazón, y una nueva vida que jamás imaginé.
Y hoy que me encuentro a unas horas de predicar por primera vez en una iglesia; hoy veo la manera en que Dios escribe por medio de mí para llevar mensajes a su pueblo, a muchas naciones; hoy me ha permitido ir a lugares que jamás imaginé y hacer devocionales. Hoy que estoy viviendo el sueño de Dios, mi alma simplemente no puede dejar de alabarle y agradecerle porque he nacido de nuevo.

¿Y tú, hermano/a, sigues creyendo que se ha equivocado en escogerte Aquél que te ha salvado, o tu boca está bendiciendo al Señor porque has nacido de nuevo?

La muñeca de trapo

La historia tiene que ver con una pequeña que deseaba tener una muñeca. Vivía con sus padres y su hermano Carlos, y se llamaba Esperanza. Su casa estaba en el campo donde no había negocio alguno que vendiera juguetes, y las muñecas que tenían sus amigas, se las habían comprado sus padres en la ciudad. Su mamá, para darle el gusto a su hija, le hizo una muñeca de trapo rellena con granos de maíz. Esperanza estaba feliz. 
muñeca de trapo
Cierto día, Carlos estaba afanado haciendo un pequeño barquito de madera, y su hermana entró corriendo al lugar y sin querer, pisó el juguete que se rompió en varias partes. —Mira lo que hiciste, ¿por qué no te fijas por dónde corres?, le dijo muy enojado, — ¡Y a mí qué!, contestó Esperanza, aunque se arrepintió rápidamente. Su hermano, dolido por la situación, decidió tomar venganza, y en un momento de descuido, tomó la muñeca de trapo de su hermana, enterrándola en el jardín. Esperanza sufrió mucho a causa de su juguete, y aunque la buscaron por todas partes no lo hallaron, mientras que Carlos, afligido, no hallaba la forma de desenterrarla y devolverla porque temía la reacción de sus padres. 
Pasado el tiempo, un día que había llovido bastante, su mamá acudió al jardín para hacer algunos arreglos, y se fijó en que en un lugar apartado habían crecido unas hojitas de maíz que ella no había sembrado. Extrañada fue al lugar, hallando, semienterrada, la muñeca de trapo de Esperanza. 

El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia. Proverbios 28:13.  

No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7.  

Carlos, nunca imaginó la forma como se descubriría lo que había hecho, debiendo soportar las consecuencias que ello le trajo. Muchos son los hijos y las hijas de Dios Creador que cargan sobre sí pecados ocultos, y que aparentemente nadie conoce, viviendo unas vidas espirituales de mentira, pensando, al igual que Carlos, que nunca saldrán a la luz, pero no es así. En algún momento, en alguna hora, en algún instante de la vida, brotarán las hojas del pecado que se ha sembrado. Es un engaño creer que ello nunca sucederá. El Señor Dios Todopoderoso ha prometido misericordia para aquellos que, arrepentidos, busquen dar un giro total a sus vidas, para servirle como Él quiere que lo hagan.

Corazón de siervo

Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. Marcos 9;35.
Cocinera, organizadora de eventos, nutricionista, enfermera. Estas son solo algunas de las responsabilidades habituales de las madres. En 2016, unas investigaciones estimaron que las madres trabajan entre 59 y 96 horas por semana en tareas relacionadas con los hijos.
¡Con razón siempre están cansadas! Ser madre significa dedicar mucho tiempo y energía a cuidar a los hijos, quienes necesitan mucha ayuda para aprender a vivir en este mundo.

Cuando los días se me hacen largos y necesito recordar que cuidar a los demás implica un esfuerzo que vale la pena, me llena de esperanza ver cómo alentaba Jesús a aquellos que servían.

En Marcos, los discípulos discutían sobre quién era el más importante. Entonces, Jesús, sentándose, les recordó: «Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos» (9:35). Luego, tomó a un niño en sus brazos para ilustrar la importancia de servir a los demás; y en especial, a los más necesitados (versos 36-37).

La respuesta de Cristo redefine el concepto de grandeza dentro de su reino. Su estándar es un corazón dispuesto a servir a los demás. Y Jesús prometió que el poder de Dios se manifestará en aquellos que deciden servir (verso 37).
Mientras sirves a tu familia o comunidad, recuerda cuánto valora Jesús tu esfuerzo.
Señor, ayúdame a seguir tu ejemplo.