lunes, 12 de marzo de 2012

"La canción de Dios"





Un organista de una iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba tocando muy bien. Frustrado, recogió su música y se dispuso a irse.

No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.

Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.

El extraño se sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música.

Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?»

El hombre contestó: «Yo soy Felix Mendelssohn.» El organista por poco impide al creador de la canción que tocara su propia música.

Hay veces en que nosotros también tratamos de tocar los acordes de nuestra vida e impedimos a nuestro Creador que haga una música hermosa.

Igual que el obstinado organista, quitamos las manos de las teclas con renuencia y lamentablemente nuestras vidas no producirán una música hermosa a menos que le dejemos obrar a Él a través de nosotros.

Dios tiene una sinfonía escrita para nuestras vidas. Dejémosle que la interprete a su voluntad.




Puedo sentirte aún en el silencio


Traigo mi corazón hecho pedazos,
en mi vida sólo encuentro oscuridad,
si pudiera hoy tocar tu manto y de tu misericordia alcanzar,
Puedo sentirte aún en el silencio
no es necesario que tengas que hablar,
pero si sólo llegara hasta a ti
no necesitaría mas.
Si extiendes tu mano hoy
no me resistiré
yo lo tomaré
lo arrebataré
me cobijaré en él.
Si extiendes tu mano hoy
yo no me detendré
yo la tomaré,
no la soltaré
yo la besare.
Quisiera regresar un día a casa
extraño los momentos que me das
y miro como el tiempo se me pasa
en tu presencia mas anhelo estar.
Puedo sentirte aun en el silencio,
no es necesario que tengas que hablar,
pero si solo llegara hasta ti no necesitaría mas.

Tú eres mi respirar


Tú eres mi respirar, te anhelo Señor con todo mi corazón.
Quiero y necesito que vivas en mí.
Por favor lléname de toda tu presencia, limpia mi corazón, perdona mis fallas, y recibe mi adoración.
Quiero que en cada respiro se sienta tu presencia.
Tú eres mi respirar
Dios tus presencia vive en mi.
Tú eres mi pan Señor
Dios tus palabras son para mi.
Y yo,  te anhelo Señor
estoy, perdido sin ti

Hoy… quiero ser un vencedor


Al que venciere daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios. Apocalipsis 2:7
Nadie puede volver la espalda en la batalla, ni negarse a ir a la guerra santa. Si queremos reinar, es forzoso pelear y proseguir luchando hasta vencer a nuestros enemigos; de lo contrario, la promesa no es para nosotros, ya que sólo pertenece «al que venciere».
Debemos vencer a los falsos profetas que se han introducido en el mundo y todos los males que acompañan sus enseñanzas. Debemos vencer la cobardía de nuestro corazón y la tendencia a dejar nuestro primer amor. Leed todo lo que el Espíritu dice a la Iglesia de Éfeso.
Si por gracia obtenemos la victoria, y ésta la lograremos ciertamente si seguimos a nuestro Capitán victorioso, seremos admitidos en el mismo centro del paraíso de Dios, y nos será permitido pasar por delante del querubín con su espada de fuego y llegaremos al árbol por él guardado, de cuyo fruto, quien comiere, tendrá vida eterna.
De este modo escaparemos de la muerte, que fue la sentencia lanzada contra el pecado, y ganaremos la vida eterna, sello de la inocencia, y coronamiento de principios inmortales de una santidad según Dios. Ven, alma mía, y esfuérzate. Huir del conflicto significa perder los goces del nuevo y más excelente Edén. Pelear hasta vencer es andar con Dios en el Paraíso.
Hoy se que estaré en una batalla espiritual, porque el enemigo de mi alma no quiere darse por vencido aunque ya fue vencido en la Cruz del Calvario. Hoy me pongo la Armadura de Dios y estaré listo en el frente de batalla porque quiero ser un vencedor.
Señor, En este día pelearé por lo que es justo y por la verdad.  Se que en Cristo soy más que vencedor. Amén.

Todo está en una sonrisa

Crecimiento personal - Todo está en una sonrisa

Cuando pensamos en las cosas que pueden pasar en la vida, las preocupaciones, los problemas, el estrés y las luchas, nos olvidamos de una cosa que puede cambiarlo todo: y esa es una sonrisa que puede ser hallada en abundancia.
En el Hospital Christie en Manchester, lo primero que uno ve es una sonrisa en un rostro dirigida a un extraño—a mí.  Y no es algo extraño, donde quiera que vayamos hay siempre una sonrisa, un rostro cálido y un brillo.

 El personal es fantástico y provee un sentimiento de paz haciéndonos sentir que no nos sobrevendrá ningún daño.  ¿Y cómo es que lo logran?
Con serenidad y astucia, mientras realizan sus labores diarias con una eminente sonrisa.

 Pero una cosa inspira a cada uno de los pacientes, a pesar del estado de su salud, ninguno de ellos—una mezcla de todas las razas y sexos—será atendido sin una sonrisa de “oreja a oreja”.

 Al mirar alrededor, me animo y cobro fuerzas.
Me sumaré a este grupo sin importar por cuánto tiempo, para salir de esto una persona mucho más fuerte.  Planeo sonreír más cada día ahora que he aprendido su verdadero significado.
Dave Wilton, copyright 2002
La reflexión de hoy, escrita desde la perspectiva de un paciente en un hospital, no es en realidad tan sólo un llamado a un grupo de profesionales de la medicina, sino más bien un desafío a todos nosotros.  Y es que el autor, a pesar de su estado de salud, reconoce el valor espiritual y terapéutico que una sonrisa puede ofrecer.  ¡Caramba!
No es tan sólo que el sonreír nos bendiga a nosotros mismos—ya hemos escuchado que sonriendo, tensamos muchísimos menos músculos que frunciendo el ceño—sino que a través de la sonrisa cálida y genuina podemos compartir paz y sanidad a quienes tanto lo necesitan.  Obviamente, el énfasis está en la calidez y genuinidad de una sonrisa que nace en el corazón y no simplemente en la intención de pasar por socialmente correctos.
Tal vez sea ese parte de nuestro servicio a Dios: sonreír a los demás y alegrarles el día.  Pero tal vez Ud. piense que la sonrisa no brota tan rápidamente en su rostro y 
que necesita ayuda.  Entonces, ¿por qué no dedicar un tiempito este fin de semana para acercarnos—junto con tantos otros que necesitan al Señor—a una congregación y adorar con ellos, abriendo nuestros corazones para recibir no sólo la paz, poder y sabiduría que todos necesitamos, sino también la gracia para bendecir a cuantos nos rodean…con una sonrisa del corazón?
Adelante, que el Señor les continúe bendiciendo.

No temas, Yo te ayudo


Porque soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
Cuando dejas que Dios te tomé en sus brazos, es cuando confías tu vida por completo a aquel que te ama. Y más seguro no puedes estar.
Isaías 41:13
Mateo 6:8
… su Padre sabe lo que ustedes necesitan…”
Salmo 34:19 -
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Dios”
Salmo 40:17
Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, el Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; Dios mío, no te tardes.
1 Pedro 5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
Salmos 38:22
Apresúrate a socorrerme, oh Señor, salvación mía.
Salmos 86:1
Inclina, oh SEÑOR, tu oído y respóndeme, porque estoy afligido y necesitado.

Inspiración


En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
.Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado.
.En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir.
.
De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
.Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión.
.Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.
Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada.
.No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
.Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.
Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.
Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.
.
Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!
.
Josué 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.�

El Gran Mandamiento y La Gran Comisión


Aunque hay muchos pasajes en la Biblia que describen lo que la Iglesia debe ser y hacer, hay dos declaraciones
de Jesús que los resumen y que constituyen una declaración de propósito en sí mismos: El Gran Mandamiento 
(Mateo 22:37-40) y La Gran Comisión (Mateo 28:19-20).

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente... Amarás al 

prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas"

"Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del 

Espíritu santo;; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado"

Estos dos pasajes resumen todo lo que debemos hacer como iglesia:

1. "Amarás al Señor con todo tu corazón". La palabra que describe esto es Adoración.
2. "Amarás a tu prójimo". La palabra que describe esto es Ministerio. Amar es dar. El ministerio es demostrar 
el amor de Dios a otros satisfaciendo sus necesidades y sanando sus heridas en el nombre de Jesús.
3. "Id ya haced discípulos". La palabra que describe este propósito es Evangelismo.
4. "Bautizándolos". El bautismo no es solamente un símbolo de salvación, sino también de Comunión. Es la 
identificación con el cuerpo de Cristo, en la comunión unos con otros. Como cristianos somos llamados a
pertenecer, no sólo a creer.
5. "Enseñándoles que guarden". La palabra que utilizamos para referirnos a este propósito es Discipulado
El discipulado es un proceso para ayudar a las personas a que se parezcan más a Cristo en sus pensamientos, 
en sus sentimientos y en sus acciones.
Es evidente que la iglesia primitiva incluyó estos cinco elementos en su trabajo. Un ejemplo claro lo encontramos en 
Hechos 2:41-47: "los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron (Comunión)... Y perseveraban en 
la doctrina de los apóstoles (Discipulado), en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en 
las oracione(Adoración)... vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la 
necesidad de cada uno (Ministerio). Y perseveraban unánimes cada día en el templo, y partiendo el 
pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios (Adoración). Y 
el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos (Evangelización; estaban alcanzando 
a los perdidos)".