jueves, 29 de enero de 2015

El Amor Es Verbo, No Sustantivo

¡El Amor es activo, no un concepto emocional!
La mayoría de personas en el mundo entienden que el amor es un concepto emotivo que produce cosquillas en el estomago y una fuerte atracción hacia otra persona. También lo confunden con la pasión, emoción que mueve fuertemente la voluntad de las personas por encima de sus compromisos y deberes.
La pasión es una emoción tan fuerte que puede hacer perder la razón a muchas personas. Pero la pasión no es amor.
 
La mayoría de personas en el mundo ven el amor como un sentimiento o una emoción, y por esta razón no logran disfrutar de lo que es el verdadero amor. Y como lo consideran un sentimiento o una emoción, cuando este sentimiento ya no esté, pues simplemente se acabó el amor y es tiempo de buscar uno nuevo!
Pero el verdadero amor es acción. La Biblia dice acerca del verdadero amor:
 I Corintios 13: 4-7: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece,  no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Aquí podemos ver claramente, que lo que la Biblia enseña del verdadero amor no son sentimientos, sino decisiones. Amar es acción o acciones en favor de una persona. Amar es estar dispuesto a sufrir por el bienestar de otra persona. Amar es pensar siempre lo bueno de otras personas, amar es servir, atender, apoyar, acompañar, dar a otras personas. En el matrimonio, amar es procurar, con acciones, el bienestar de tu cónyuge permanentemente.
Lo maravilloso de este amor a la manera de Dios, es que va a producir un sentimiento, una emoción de pareja y un gozo de estar juntos y compartir la vida para siempre. Esto se debe a que la decisión de amar a la manera de Dios siempre está enfocada en el bienestar del otro.
Este amor nunca se acaba, y al sentirse atendidos mutuamente, va a producir una sensación de bienestar y gozo que les permitirá disfrutar de las cosas de la vida.
 
Este amor es además, incondicional. El amor por decisión debe ser así, de manera que aunque el cónyuge falle, la decisión de amar está por encima de sus defectos. Unas veces fallará el hombre y otras fallará la mujer; pero si ambos tienen la disposición de amarse a la manera de Dios, podrán superar cualquier dificultad y mantener el gozo y la alegría de una relación saludable.
Amar como verbo, no es fácil, pero si tomamos la decisión de hacerlo y vivir con la decisión de amar por encima de los defectos del cónyuge y procurando siempre su bienestar, la probabilidad de obtener un matrimonio saludable es muy alta. 
Puede que tu matrimonio haya sufrido mucho a causa de que han vivido simplemente, un amor sentimental o pasional y quizás sienten que se acabó el amor, o que ya no sienten casi nada el uno por el otro.
PUES COMIENCEN DE NUEVO. Nunca es tarde para comenzar a amar con acciones que beneficien a tu cónyuge. Comiencen hoy mismo a amarse a la manera de Dios. Tomen la decisión de perdonarse y dejar atrás los errores mutuos del pasado, y comiencen una nueva vida haciendo del amor un verbo y no un sustantivo.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!

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