Pero llegó un momento en que Juan fue tomado preso y se preparaba para ser decapitado… Entonces, desde la cárcel, Juan envió a dos de sus aprendices hacia donde estaba Jesús a preguntarle… ¿eres tú el Mesías o esperaremos a otro?
¿Qué pasó después con Juan?, ¿días atrás, no estaba anunciando a Jesús como el Mesías?, ¿que pasó con su fe?
La situación había cambiado, antes Juan proclamaba, en la libertad del desierto, que Jesús era el Mesías, pero ahora estaba preso y a punto de morir… y entonces falló su fe por un momento.. Honradamente, todos hemos pasado por crisis de fe. Todos nos hemos preguntado si realmente Dios existe…si realmente tiene o no cuidado de nosotros.
Pero Jesús envió una respuesta amorosa… Díganle a Juan, que los enfermos son sanados, los muertos resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio… Díganle a Juan, bienaventurado aquel en que no haya tropiezo en mí. Lo que quiere decir, bienaventurado el que no se ofende por la forma en que yo hago las cosas…
La situación había cambiado, antes Juan proclamaba, en la libertad del desierto, que Jesús era el Mesías, pero ahora estaba preso y a punto de morir… y entonces falló su fe por un momento.. Honradamente, todos hemos pasado por crisis de fe. Todos nos hemos preguntado si realmente Dios existe…si realmente tiene o no cuidado de nosotros.
Pero Jesús envió una respuesta amorosa… Díganle a Juan, que los enfermos son sanados, los muertos resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio… Díganle a Juan, bienaventurado aquel en que no haya tropiezo en mí. Lo que quiere decir, bienaventurado el que no se ofende por la forma en que yo hago las cosas…
Tal vez te hayas sentido ofendido por la forma como Dios obra... tal vez no entiendas algunos asuntos… pero el Señor te pide que no te ofendas por su forma de proceder.
Juan, al oír el mensaje, sintió gozo en su corazón. Aún en el momento más oscuro al final de su vida, debió haber pensado : ¡Si, Él es el Mesías y yo anuncié su llegada!