La familia es uno de los regalos más hermosos que Dios nos ha dado, por eso es importante que en ella siempre exista unidad, armonía, amor y respeto.
Crear un buen hogar no es fácil y más cuando se anda en los caminos de Dios, pues en ocasiones la familia es piedra de tropiezo para que no busquemos de Dios, pues es una gran influencia para nuestras vidas. Es difícil mantener una armonía cuando se es el único creyente de la casa; cuando somos los únicos que creemos y esperamos en Dios; es difícil cuando nuestros seres queridos se burlan, nos cuestionan, y no entienden nada de santidad, diezmos, milagros, poder y muchas cosas más.
El enemigo es quien se ha encargado de enfriar el amor entre los hermanos. Se ha perdido el respeto por los padres, hay madres cabeza de familia que les toca luchar por sus hijos con padres ausentes o violentos, e hijos rebeldes con muchos vacíos en su corazón, porque no saben lo que en verdad es una familia; nunca la han tenido.
“No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.”
1 Timoteo 5:1-4 (RVR1960).
Si queremos tener familias mejores, como Dios manda, aún estamos a tiempo; busquemos más la presencia de Dios, nada más sabio que su palabra para direccionarnos. Miles de consejos para mujeres, para que seamos prudentes, sabias, solidarias, y a los hombres lideres, cabeza de hogar, que provean y busquen soluciones, no que sean una carga.
”Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.”
1 Timoteo 5:8 (RVR1960).
Proveer no es solo económica o materialmente, pues hay cosas más importantes, como ser proveedores de amor, fe, paciencia, seguridad, paz. Y todas esas cosas las tenemos cuando nos acercamos más a Dios y es el centro de nuestra familia.
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