viernes, 16 de marzo de 2018

¿Qué tipo de vasija eres?

¡Qué aflicción espera a los que discuten con su Creador! ¿Acaso discute la olla de barro con su hacedor? ¿Reprocha el barro al que le da forma diciéndole: ¡Detente, lo estás haciendo mal!?
Isaías 45:9 (Nueva Traducción Viviente)
Dios como alfarero es quien elige las herramientas para moldearnos, y dichas herramientas por lo general no son agradables cuando se tratan de comprender en la carne. No así con el Espíritu de Dios, quien ve lo eterno. Cuando una persona es sometida por Dios a procesos para desprender de él/ella las características que no caben en Su obra, es como si un alfarero diera forma a la vasija que diseñó. Y en dicho proceso algunos de los creyentes se desaniman, incluso hasta dicen enojarse con Dios por lo que les está pasando, cuando en realidad Dios solamente está desprendiendo los pedazos de barro que no son parte de la obra maestra que Él diseñó.
Dios es el Creador del Universo, por Su palabra son sostenidas las galaxias. Él afirmó las estrellas, determinó el numero de especies que vivirían en la tierra, y por Su aliento todo ser es sustentado. No se discute quién es el más sabio ni el más poderoso porque no existe con quien compararlo. Él es la sabiduría y el poder, por lo tanto Él sabe lo que es mejor para cada uno de Sus hijos, Él conoce la forma real de cada una de Sus vasijas. Cuando un creyente se resiste a convertirse en la persona que en realidad es en Cristo, se encuentra peleando con su Hacedor, con Aquel que está moldeándolo.
Un creyente no debe concebir en su corazón que Dios está haciendo mal las cosas, que el Todopoderoso se ha equivocado al escoger el camino y circunstancias que un creyente vive, pues es como si una vasija de barro discutiera con su hacedor.
Por el contrario, un creyente debe mostrar buena disposición para ser transformado en la vasija que Dios concibió en Su corazón antes de la creación. Así como humedecer el barro con agua facilita que el alfarero dé forma a su obra, el creyente debe ser expuesto frecuentemente al poder y vida de la palabra de Dios para ser formado sin dolor y con facilidad por el Señor.

¿Qué tipo de vasija quieres ser? ¿De las que se resisten a su alfarero o de las que tienen puesta su mirada en la obra maestra del Creador?

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