lunes, 19 de marzo de 2018

Morir es ganancia

Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21)
Para mucha gente la vida en la tierra es todo lo que hay, todo lo que tienen. Los domina el concepto de que todo termina con la muerte. Y como ésta es la filosofía que domina su vida, llegan a la conclusión de hay que aprovechar la corta vida en la tierra. Ésta es la razón por lo que dedican todo su esfuerzo en acumular bienes y riquezas, dinero, popularidad, poder, y en dar rienda suelta a los placeres sensuales.
Cuando murió uno de los hombres más ricos de la historia, John D. Rockefeller, le preguntaron a su abogado: «¿Cuánto dejó John D?» La respuesta fue: «TODO». 
Dijo Salomón, uno de los hombres más sabios de la historia. “Nada trajimos al nacer y nada nos llevamos al morir. La gente trabaja duro para conseguir cosas, pero cuando muere no puede llevarse nada.” (Eclesiastés 5:15 PDT).
Resultado de imagen de Morir es gananciaLa biblia presenta una perspectiva de vida cuanto menos diferente, en el sentido de que el Señor Jesús nos enseñó que la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Que la vida es más que comida, y el cuerpo mas que el vestido.” (Lucas 12:15,23).
Los valores espirituales tienen mayor importancia que los recursos materiales que finalmente, quedarán en la tierra sin saber quién los disfrutará. En este sentido, el Señor dio el sabio consejo de encontrar el camino que nos lleva a un aprovechamiento más efectivo de la vida: Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” (Mateo 6:33NTV). Jesús nos advierte de buscar un equilibrio, para que el ocuparnos de la vida no nos lleve a olvidarnos de Dios.
El apóstol Pablo entendió plenamente este principio de vida. Es la razón por la que les dice a los cristianos filipenses:Si vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo ganando.” (Filipenses 1:21 TLA). Para Pablo, su vida en la tierra está cifrada en Cristo. Cristo es el todo en su vida, el eje de su vida. Es el que le da sentido a su vida.
I. EL VIVIR ES CRISTO
Pablo fue un hombre culto, uno de los más prestigiosos maestros del judaísmo, fuerte candidato a formar parte del Sanedrín (la alta jerarquía de la religión judía). Por su rechazo al cristianismo y a los cristianos, se convirtió en un acérrimo perseguidor de la iglesia cristiana. Contaba con el total apoyo del Sanedrín.
Pero la vida de este hombre experimentó un cambio radical cuando tuvo un encuentro con Cristo camino a Damasco. Entonces los propósitos de su vida fueron otros, sus convicciones fueron otras; ahora sus metas eran vivir para servir a Cristo y a su iglesia, desarrollar valores eternos y hablar a otras personas acerca de Cristo.
En términos espirituales, la máxima aspiración de Pablo era ser semejante a Cristo y hablar con valor y claridad a favor de Su evangelio. Pablo llegó a deciropino que nada tiene valor comparado con la inapreciable ganancia de conocer a Jesucristo como Señor. Por ganar a Cristo todo lo he dejado a un lado y lo considero basura.” (Filipenses 3:8 NT BAD).
Ésta es una profunda declaración acerca de sus valores: la relación de una persona con Cristo es más importante que cualquier otra cosa. Conocer a Cristo debe ser nuestra meta final.
En términos económicos, El Señor Jesucristo ve la vida como una gran inversión. Lo que acumulemos en la tierra no vale nada para la obtención de la vida eterna. Ni riquezas ni pobreza, ni la conquista de los honores más elevados, pueden hacernos ganar la vida eterna.
El Señor enseña: De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si a fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.” (Mateo 16:26 TLA). El Señor dice claramente que el hombre está aquí para un negocio mucho más grande que conseguir dinero y vivir holgadamente. Está llamado a representar los intereses de su Rey. Si pierde esto, lo pierde todo.
Y sobre este concepto de vida, el Señor aconsejó: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21).
El verdadero tesoro es creer que Jesucristo es el único camino para llegar al Dios verdadero. Es buscar intencionalmente a Dios de todo corazón y permitir que los propósitos de Dios se hagan realidad en toda nuestra vida, en nuestra familia y en todo lo que hacemos.
II. EL MORIR ES GANANCIA
Paradójica declaración, que responde a que el mayor deseo de Pablo era estar en la presencia del Señor. Por lo tanto, él no ve la muerte como el fin de la vida, sino como una puerta que se abre a la eternidad para estar y disfrutar la presencia del Señor. Éste es el concepto que sostiene y mantiene nuestra fe con vida.
Para los que creen en Jesucristo como el Salvador del mundo, la muerte significa unión y reunión. Unión con Cristo y reunión con los que al morir en Cristo se nos adelantaron.
Por lo general, no se piensa en la muerte como una de nuestras ganancias; todo lo contrario, la perspectiva moderna parece ser que «vivir es ganancia terrenal, y morir sería el final de la ganancia». Sin embargo, bíblicamente no es esa la perspectiva correcta, porque el que muere en Cristo, no pierde, gana.
La biblia presenta la muerte de los santos de una manera diferente.
La presenta como el final de la misión terrenal y el comienzo de una vida mejor con Cristo. Ya falta poco para que yo muera, y mi muerte será mi ofrenda a Dios. He luchado por obedecer a Dios en todo, y lo he logrado; he llegado a la meta, y en ningún momento he dejado de confiar en Dios. Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no sólo a mí me la dará, sino también a todos los que esperan con ansias su regreso.” (2 Timoteo 4:6-8 TLA).
Como una liberación de las aflicciones de este mundo, con el propósito de ser revestidos de vida y de gloria celestial. Estoy seguro de que los sufrimientos por los que ahora pasamos no son nada, si los comparamos con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a él.” (Romanos 8:18 TLA).
Como una puerta a la eterna presencia de Dios. Estoy dividido entre dos deseos: quisiera partir y estar con Cristo, lo cual sería mucho mejor para mí; pero, por el bien de ustedes, es mejor que siga viviendo.” (Filipenses 1:22-24 NTV).
El Señor nos consuela en su palabra declarando que
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.” (Salmos 116:15).
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” (Juan 14:2). La muerte es un viaje que nos lleva a disfrutar de las moradas eternas de nuestro Padre celestial.
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:21). La muerte nos lleva a recibir los elogios del Señor a quien hemos servido aquí en la tierra.
En conclusión, si usted no está listo para morir, tampoco lo está para vivir. Asegúrese de su destino eterno, y será libre para servir, entregado a lo que realmente vale, sin temor a la muerte.
Un llamado a salvación.

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