sábado, 31 de marzo de 2018

El rescate de la condición original

El hombre, en su inmensa arrogancia, abriga con la ciencia su terquedad de corazón. 

Mas somos hechos a imagen y semejanza de nuestro Padre, pero recuerden, hermanos, que somos una copia imperfecta y finita de algo inconmensurable, infinito, inigualable, y sin embargo intrascendente, considerado por nuestra parte. Son precisamente las cualidades del Padre las que anhelan los hombres; hombres con un espíritu rebelde que quieren sus cualidades, sí, pero no cumplen sus mandamientos.
Resultado de imagen de El rescate de la condición originalQueremos llegar a la inmortalidad, sí, pero matando, llegar a la sabiduría ocultando, llegar a los cielos aunque para ello tengamos que quemar la tierra. Éste es el camino por donde anda transitando una gran parte de nuestros congéneres. Vemos y valoramos, en esta edad, cómo la ciencia es el arma empleada por los hombres, pero la ciencia aniquila, disminuye, empobrece, resta. Además, nada es dado a cambio de nada, todo tiene un precio, pero el día que el hombre acepte la palabra del Padre, cuando la historia sea consumada, cuando sea la hora del fin de las cosas, aquellos que prevalecerán serán los que han andado por el camino sin sentarse a descansar aunque sus pies estén agrietados; serán los que así hayan sido. Verán, reconocerán, admirarán, y entonces dirán: la Gloria de Dios es abundante, compensadora y suficiente, y fuera de ella todo carece de fundamento.

El Padre Celestial creó al hombre y a la mujer para que multiplicaran la humanidad, la más preciada de sus obras, para que se multiplicaran en número al amparo de su Gloria, por toda la eternidad. Éste fue y sigue siendo el objetivo del Padre para nosotros.

¡Oh padre!, tan misericordioso, tan magnánimo, que creas pero creas con libertad, que no pides nada a cambio de la vida que das, que no pides nada por los dones que regalas; solo el bien en el bien se sustenta.
Pero el pecado original corrompió a la humanidad, transformó la conciencia del hombre, la hizo imperfecta para el completo plan Divino; pecado que hace que el hombre se vea en la necesidad de buscar amor afanosamente en el mundo, cuando su Padre en los cielos es inmensamente rico e inmensamente amoroso. Pero el hijo tiene que aprender a valorar las riquezas para que el padre pueda entregárselas, pues de lo contrario tendrá que continuar afanándose en el mundo para aspirar a lo que, por derecho de nacimiento le correspondía, y que ahora tiene que ganárselo demostrando su amor y respeto al Padre. Y sustentar la Fe de que el Padre depositará riquezas inagotables en favor suyo. Intención del Padre, demostrada mediante el sacrificio de su amado Hijo Jesús en favor de los hombres.

Pongamos nuestro corazón en Cristo. Él está ahí para revelarnos su misterio, su amor y su gloria. Seamos salvos por el mero hecho de creer y de llevar la dulce carga de la restauración de lo dañado; restauremos nuestra condición de nacimiento. Crean hermanos míos, crean y tengan Fe, así podrán ver a Dios un día, podrán convivir con ÉL, se agotará el sufrimiento, conocerán el fundamento y el propósito mismo de nuestra existencia, propósito y fundamento que comienza aquí, en la tierra. Aquí en su ser, comienza con su relación amorosa con el Padre, relación que se transforma en obras de bien y entonces usted estará gozoso de ser un árbol que da buen fruto de vida.

Amén.
M.G.L.

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