Un aborigen ya muy anciano, que se hallaba instruyendo a su nieto acerca del peregrinaje en esta vida le dijo: -¿sabes?, una gran batalla se lleva a cabo dentro de mí. Es una batalla entre dos fieras.
Una es mala, y es el odio, la envida, la ira, el resentimiento, la vanagloria, el orgullo, la vanidad, la codicia.... Y la otra fiera es buena, y es el amor, la bondad, la paz, la esperanza, la humildad, la confianza.... Es una lucha sin tregua alguna, y también se lleva a cabo en tu interior, y en el interior de cada ser humano de este mundo.
En medio de su meditación, el niño pregunta al anciano:
-¿Quién vencerá?
-Pues el que tú escojas alimentar-, replicó el anciano.
“...No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal…” Romanos 12:17-21
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