Muchas veces, en nuestro tiempo de oración se nos acaban las palabras y no sabemos qué decirle al Señor. Existe en el ambiente cristiano una idea equivocada que dice que en la oración debemos hablar, hablar y hablar sin parar. Pero debemos aprender a manejar bien los tiempos de la oración.
La palabra “paz” sugiere la idea, apropiada para este caso, de hacer silencio y contemplar en silencio la hermosura del Señor. Al hacer esto en la oración, fluye de la presencia de Dios, el aliento necesario para afrontar las luchas y dificultades. El silencio ante Dios vale muchas veces más que mil palabras.
Para ciertas personas es difícil permanecer callados al orar, pero como cristianos, si anhelamos ser exitosos en la oración, debemos ejercitarnos también, en permanecer callados y tranquilos ante el Señor.
Haz la prueba y un nuevo horizonte espiritual se abrirá en tu comunión con el Señor.