viernes, 29 de agosto de 2014

Bola de nieve

Una anciana que estaba a punto de perder la vista, ofreció a un médico una jugosa recompensa a cambio de un tratamiento que le mejorara la visión.
El médico, quien además de galeno era un ladrón y un mentiroso, se limitaba a untar aceite en los ojos de la anciana y, mientras ésta tenía los ojos cerrados, aprovechaba para llevarse una a una las cosas de valor que la paciente tenía en su casa.
Cuando ya no quedaron más cosas que llevarse, el médico dijo a la anciana que el tratamiento había terminado y reclamó la recompensa acordada. Pero la mujer se negó a realizar el pago, por lo que el "profesional" la llevó a los tribunales de justicia.
En su defensa, la anciana decía a los magistrados: Es verdad que le prometí pagar esa recompensa, pero siempre y cuando me mejorara la vista. Pues sucede que antes del tratamiento, al menos veía borrosamente las cosas de mi casa, y en cambio ahora, ¡no las veo en absoluto!
La mentira siempre trae consecuencias negativas a quienes la practican; lo que parece empezar como un juego termina siendo una bola de nieve que crece y crece, hasta llegar a ser enorme y finalmente aplasta a quien lo ha creado.
¿Sacó provecho el médico de la anciana sin pagar las consecuencias? Probablemente según él sí, pero en realidad perdió credibilidad en su profesión y como consecuencia, las consultas con sus pacientes disminuyeron.
Desgraciadamente, la mentira no sólo afecta a la persona que la practica sino también a su entorno, además de que es una de las cosas que Dios aborrece, Proverbios 6:16-19: “la lengua mentirosa y el testigo falso que habla mentiras.” Porque sencillamente Él es verdad y la mentira es contraria a su personalidad; y Colosenses 3:9 NTV dice: “No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.”
Si hemos recurrido a la mentira para salir de una situación, lamentablemente tendremos que afrontar las consecuencias; sin embargo, Dios nos perdona si nos arrepentimos y su gracia nos puede ayudar: “pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9 (NTV)
La verdad es respaldada por Dios y también nos hace libres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario