sábado, 30 de agosto de 2014

Alguien necesita de ti

Raquel estaba algo deprimida por la situación que estaba atravesando. Un día buscó a su mejor amiga para contarle lo que le sucedía, pero la amiga no paraba de hablar y empezó a relatarle su vida; nunca escuchó lo que Raquel quería decirle.
¡Cuántos de nosotros hemos cometido este error al creer que, nosotros somos más importantes y que a nadie le podría estar pasando algo peor que a nosotros!; nos volvemos egoístas y creemos que todos deberían estar consolándonos.
Nabal era un hombre perverso y egoísta. Cuando David estaba en el desierto, envió a 10 jóvenes a pedir a Nabal comida y bebida para su ejército y Nabal se negó rotundamente, no quiso compartir lo que tenía en abundancia. No consideró que anteriormente, David y sus soldados cuidaron a todo su ganado y a los pastores que tenía, para que ningún animal o ladrones los atacasen.
Nabal se portó de forma muy egoísta y a Dios no le agradó esto ya que después de que este hombre rechazara ayudarlos murió. En cambio, su esposa Abigail al enterarse de lo que su esposo había hecho, inmediatamente preparó todo para llevárselo a David, y Dios recompensó a esta mujer por su generosidad. (1 Samuel 25) Abigail fue una mujer que agradó a Dios, pues su generosidad fue muy grande. 
¿Cuántos de nosotros dejamos nuestros problemas atrás y vemos más allá a ver quién necesita de nuestra ayuda? Siempre hay alguien que necesita de ti.
Quizá estés pasando por tiempos difíciles en tu vida, pero que esto no sea obstáculo para buscar a alguien que necesita ayuda y darle una mano o palabras de aliento. Si haces esto verás que te sentirás mejor y Dios recompensará tu generosidad.
“Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo”. Gálatas 6:2 (NTV)

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