viernes, 29 de agosto de 2014

Sí se puede… - Crecimiento personal-espiritual

Frase muy frecuente, que se escucha mucho, y que sirve, por ejemplo, para los que persiguen algún sueño. Muchos no creen que lo pueden conseguir, y es normal escuchar los siguientes juicios o pensamientos:
-          Soy un fracaso, todo lo que hago no sirve.
-          No le importo a nadie.
-          Mi situación no me lo permite. (Puede ser física o financiera).
-          En mi familia nunca nadie alcanzó un sueño.
-          Si mi trabajo fuera otro...
Cada uno de estos pensamientos lo que han hecho es alejarte de tus sueños, y lo que necesitas es creer que sí se puede. Tú puedes obtener resultados extraordinarios con la bendición de Dios.
La Biblia enseña: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.” 1 Corintios 13:13 (NVI)
Las dos primeras virtudes son esenciales para poder alcanzar los sueños. La fe te habla del presente y te anima a poner tu confianza en Dios. Necesitas confiar en Dios para todas las cosas, Él te diseñó; Él te formó y te conoce, recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios. Y la esperanza te invita a soñar, tiene que ver con el futuro; Dios es el dador de sueños. Él los deposita en nuestros corazones y coloca talentos en nosotros para que los alcancemos.
“Si, se puede”, son tres palabras que demuestran pasión, entrega y compromiso. Son tres palabras que toda persona necesita para salir de la adversidad, de las malas rachas, para vencer cualquier circunstancia que se le presente, como para conducir un negocio, organización, comunidad y nación, o para salvar una relación, una familia o matrimonio. “Si, se puede” es una frase poderosa que cambia vidas.
“Si, se puede” tiene que ver con la fe, la esperanza y el amor. “Sí” significa optimismo, la esperanza y la posibilidad. El optimismo te va a permitir vencer la adversidad, la reacción negativa y desafíos.
“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”. 
“Se puede” es el combustible que te lleva a que tus sueños sean posibles, te lleva a salirte de la resignación o el conformismo, te lleva al compromiso de creer con tus palabras, en resultados extraordinarios. “Se puede”  es lo que hace la diferencia en nuestras vidas.
“Si sigues diciendo que no se puede, vas a obtener siempre el mismo resultado”. Tú puedes cambiar tu vocabulario y proclamar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.
Amigo, “Si, se puede” salir a perseguir un sueño. Para conseguirlo necesitas descubrir y desarrollar tus talentos. 
1.    ¿Qué cosas disfrutas al hacerlas?
2.    ¿Tienes reacciones de alegría y gozo al realizar las cosas que te gustan?
3.    ¿Las aprendes fácil?
4.    ¿Te sientes satisfecho cuando las realizas?
5.    ¿Cuáles son tus fortalezas?

 
En una oportunidad, la Madre Teresa de Calcuta pidiendo consejo a su director espiritual, le preguntó -¿Cómo puedo saber si Dios me llama y para que? -
Él le contestó:
 Lo sabrás por tu felicidad interior. Si te sientes feliz por la idea de que Dios te llama para que le sirvas a Él y a tu prójimo, ello será la prueba de tu vocación. La profunda alegría del corazón es consecuencia de la guía de una especie de brújula, que nos indica tomar esa senda en la vida. Uno tiene que seguirla, incluso cuando esa brújula lo conduzca por un camino sembrado de dificultades.
Lo que la Madre Teresa hizo fue aprovechar sus talentos y los fortaleció, por eso tuvo éxito en su misión. El destacado tenor Luciano Pavarotti tenía el talento de una extraordinaria voz, pero trabajaba, y trabaja, en ella 10 horas al día. El talento por sí solo no da el éxito. El talento es un tesoro que tienes que pulir y hacer brillar, porque ¿cuántas voces buenas hay en el mundo?, tal vez millones, pero el mundo no lo sabrá ya que solo unos cuantos han trabajado en sus talentos y en su voz.
“Si, se puede”, deja de ver tus debilidades y comienza a ver tus fortalezas. Si quieres 
alcanzar tus sueños necesitas desarrollar tus talentos y descubrir todo el potencial que hay en ti.
Hay una historia que cuenta sobre un huevo de Águila que cayó de su nido y fue a parar a un gallinero. Una gallina, al ver al huevo abandonado se decidió a empollarlo y a los pocos días nació un polluelo.

 Este polluelo era bastante más grande que sus hermanos, mucho más grande y era objeto de burla de todos por eso. Sus patas eran demasiado grandes para escarbar la tierra y su pico demasiado grande para cazar insectos. Esto lo hacia muy desgraciado.

 Él se sentía el pollo más infeliz del mundo. Su vida era solitaria porque nadie se atrevía a ser amigo de aquel gigantón. 

Un día un águila pasó por el lugar y le extrañó lo que vio, así que decidió descender para comprobar que sus ojos no lo estaban engañando. Allí, muy cerca de él estaba un ejemplar de águila adulta de un porte verdaderamente sin igual. 

Con voz tímida le preguntó, ¿Y tú, que haces entre esas gallinas y esos pollos? 

El águila-pollo, asombrado y temeroso de que semejante hermosura de águila le dirigiera la palabra a él (el más feo de los pollos), le respondió: y donde más quieres que esté, soy un pollo y estoy donde ellos están. 

El Águila, le dijo, ven conmigo a la laguna… y el águila-pollo lo siguió. Ahora asómate al espejo que hace el agua. El águila–pollo no podía creer lo que sus ojos veían. Abrió sus alas y se maravilló de lo robustas y hermosas que eran. Entonces llorando, dijo: he sido un águila toda mi vida y no me había dado cuenta…


Amigo, no seas como este águila que vivió gran parte de su vida como un pollo cuando su destino era remontarse en las alturas. No dejes de soñar, ten fe en Dios y espera en Él para la dirección de tus pasos. Busca ayuda para poder conocer los dones y talentos que Dios te ha dado. Date cuenta de lo que está faltando a tu vida y declara: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” SÍ, SE PUEDE.

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