Si nos preguntaran este día ¿qué es para usted este tiempo de pandemia y de cuarentena?, ¿qué responderíamos? Quizá algunos dirían que es un tiempo de aflicción, otros quizá dirían que es un tiempo de prueba, otros que es un tiempo de reflexión, etc,. Todo esto es verdad, pero, principalmente, de parte de nuestro Dios es un tiempo de aprendizaje. Mas, ¿qué quiere enseñarnos el Señor por medio de esta pandemia? ¿Qué quiere Dios que aprendamos en este tiempo?
I) QUE APRENDAMOS A SER PACIENTES.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia (Romanos 5:3).
Estamos viviendo el tiempo de la cultura de la inmediatez, de las redes sociales, de las comunicaciones, internet.... Ello hace que para nosotros, todo sea no solamente para ahora, sino para YA. La cultura de la inmediatez nos ha llevado como cristianos a querer darle órdenes a Dios, a creer que la fe es hacer que Dios haga lo que queramos cuando nosotros decimos.
Pero en la Biblia podemos darnos cuenta que la paciencia siempre ha sido algo muy importante en la relación de Dios con el hombre: vemos cómo en el tiempo de Noé después de los 40 días de diluvio, tuvieron que esperar 150 días para que las aguas bajaran de nivel para salir del arca. Vemos cómo Abraham esperó 25 años para que la promesa de tener un hijo se hiciera realidad. Vemos cómo el pueblo de Israel esperó 430 años para ser liberados de Egipto. Vemos también cómo el pueblo de Israel tuvo que pasar 40 años en el desierto para entrar a la tierra prometida.
Nos damos cuenta que Dios siempre le ha enseñado a su pueblo a ser pacientes, a esperar en Él, pero desgraciadamente para nosotros, la paciencia no es una aplicación que se pueda bajar por medio del móvil, la paciencia es producida cuando nuestra fe se pone a prueba.
Dios en este tiempo de pandemia, le ha puesto una pausa a nuestra vida, y tenemos que ser pacientes, tenemos que aprender a esperar y confiar que el tiempo de Dios es perfecto, que Él tiene un propósito, que Él sabe lo que está haciendo.
II) QUE APRENDAMOS A ADORAR “A PESAR DE”.
Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, 18 con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación.(Habacuc 3:17-18)
Todos nosotros estamos acostumbrados a dar gracias y a adorar “Por causa de..” o por “Motivo de..”, es decir, adorar y dar gracias a causa de una bendición recibida, a dar gracias y adorar por una sanidad, por un milagro que Dios ha hecho en nuestra vida. Pero tenemos que comprender que este tiempo de pandemia y cuarentena en el cual muchos han perdido sus empleos, o han quebrado sus negocios, o han perdido un ser querido, o han perdido su libertad de salir a la calle, etc., es un tiempo en el cual el Señor quiere que adoremos “A pesar de..” Así como Habacuc, aunque la higuera no florezca, aunque no haya frutos en las vides, aunque los labrados nos den el mantenimiento, así nosotros debemos adorar a pesar de la pandemia, a pesar de la cuarentena, a pesar de la enfermedad.
Es una buena oportunidad para que los hijos de Dios aprendamos a sacrificar alabanza para nuestro Dios (Salmo 50:14)
III) QUE APRENDAMOS A VALORAR LA SALVACIÓN QUE NUESTRO DIOS NOS HA DADO. (Romanos 14:8)
Verdaderamente, nuestra salvación es la bendición más grande que nuestro Dios nos ha dado, y por desgracia muchos cristianos no la valoramos como deberíamos, pues casi siempre estamos enfocados en buscar y obtener otras bendiciones como la prosperidad, la sanidad, la restauración etc,. Pero en este tiempo de pandemia tenemos que reconocer la gran bendición que significa ser salvo por medio de la fe, pues este es un tiempo de incertidumbre, y no sabemos quién se contagiará, no sabemos quién se complicará o quién morirá por este virus, pero si de algo podemos estar seguros es que si vivimos para el Señor, vivimos, y si morimos para el Señor, morimos, ¡¡aleluya!! No podemos saber qué ocurrirá en los próximos días o en las próximas semanas en nuestros países, a causa de la pandemia, pero sí podemos estar seguros de algo: Sea que vivamos o que muramos, ¡DEL SEÑOR SOMOS!
Si no tienes la seguridad de tu salvación, ESTÁS INVITADO A QUE RECIBAS A JESÚS HOY MISMO COMO TU SALVADOR PERSONAL.
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