sábado, 28 de marzo de 2020

Lo que siembres... cosecharás. Ley de causa y efecto

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará". Gálatas 6:7

Su hijo lo lleva hasta la cochera y le dice: -"Papá, mira, acabo de romper el espejo de tu coche". 

Tú le respondes: -¿Le diste con esa piedra, verdad? 
-"Sí". 
-"Entonces tendrás que comprar un espejo nuevo". 

Este tipo de enseñanzas hará que sus hijos aprendan sobre el principio de la ley de causa y efecto, y les estará dando una lección que les evitará consecuencias graves en el futuro. Nuestro Padre celestial inventó esta ley para que aprendamos la forma correcta de hacer las cosas. Con cada una de las acciones y decisiones que tomamos, estamos determinando el tipo de cosecha que vamos a recoger. Adán y Eva, estando aún en el Jardín del Edén, prefirieron no hacer caso al consejo de Dios, y por esta razón tuvieron que pagar un alto precio; las consecuencias de su elección. El hombre, tarde o temprano cosecha lo que siembra
Ahora bien, Dios no es un ser sancionador que está esperando agazapado que nos equivoquemos para cobrarnos. Es un Padre de Amor, y nosotros sus hijos, que si nos dio libre albedrío es para que elijamos entre lo bueno y lo malo. Si elegimos hacer lo malo, nos corregirá por nuestro bien

Nuestras malas decisiones afectarán negativamente a otros o a nosotros mismos. Y aunque dañar no sea intencionado, los resultados del daño son inevitables. La historia del pecado de Acán es un ejemplo de esto; nos ayuda a entender el precio que hay que pagar por algunas malas decisiones, hagamos memoria... Después de la conquista de Jericó, Acán robó plata, oro, y otros objetos de cobre y hierro que pertenecían a Jehová, y por esta causa Israel fue derrotado. Luego Josué le dijo a Acán: "¿Por qué nos has turbado? (Josué 7:25).

Antes de actuar, debes preguntarte si tus decisiones pueden de alguna forma herir a alguien. "¿Ésto que haré.. dañará a mi cónyuge, hijos, amigos, etc.?" El perdón no puede abolir esta ley, pero Dios oirá tu confesión y evitará que el resultado de tu siembra sea una cosecha récord. Dios Te Bendiga.           

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