sábado, 1 de octubre de 2016

Calma tu alma

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios (Salmo 46:10).

Mientras asistía a un concierto, mi mente se desvió a un asunto que me preocupaba y distraía. Felizmente, la distracción terminó pronto, cuando las palabras de un hermoso himno comenzaron a penetrar profundamente en mi ser. Un grupo de hombres cantó a viva voz un himno que hablaba de la paz de Dios para el alma del creyente. Los ojos se me llenaron de lágrimas mientras escuchaba esas palabras y admiraba el pacífico reposo que solo Él puede dar.
Resultado de imagen de Calma tu almaCuando Jesús censuró a las ciudades que no se habían arrepentido y donde Él había hecho la mayoría de sus milagros (Mateo 11:20-24), aun así, tuvo palabras de consuelo para los que quisieran acudir a Él: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar; aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas (versos 28-29).
Verdaderamente, palabras muy sorprendentes. Inmediatamente después de sus enérgicas palabras a aquellos que lo rechazaban, Jesús extendió una invitación a todos a ir a Él para encontrar la paz que todos anhelamos. Jesucristo es el único que puede calmar nuestras almas inquietas y cansadas.

Señor, vengo a ti con necesidad de descanso para mi corazón. Ayúdame a confiar en ti y en tu amor.
Cuando mantenemos nuestra mente puesta en Jesús, Él la mantiene en paz.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Excusas

Es increíble la capacidad del ser humano para esgrimir toda clase de excusas con tal de justificar su falta de compromiso.
Somos especialistas en la autodefensa, y muchas veces somos indulgentes con nosotros mismos en cosas que no estamos dispuestos a tolerar en otros.
Es una habilidad ingeniosa para disimular una presunta debilidad, que muchas veces va de la mano de la primera imagen que tenemos como carta de presentación.
Sin embargo, la vida siempre nos presenta oportunidades, cruza nuestro camino con personas y circunstancias que nos ofrecen genuinamente su afecto y su ayuda, pero nos hemos malacostumbrado a usar múltiples caminos para decir que no.
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Estrechamos manos, pero los corazones se encuentran a mucha distancia del apretón. Cada día usamos más palabras cuyo significado es realmente profundo, pero nuestra actitud de vida no las respalda, son solo frases bonitas pero huecas.
Hablando sobre las excusas que tenemos los hombres ante Dios, Jesús habló a los discípulos ilustrando su tema con una parábola, como fue su costumbre para enseñar; y les refirió la llamada “Parábola de la gran cena” (Lucas 14:15-24), la cual narra cómo un hombre que había convidado a varios de sus amigos a comer en su casa, al estar todo listo y viendo que ninguno de ellos había llegado, les manda a llamar diciéndoles que todo estaba preparado. ¡Que la cena estaba servida!
Pero, cada uno de sus amigos da una excusa valedera por la cual no puede asistir a la invitación. Entonces el anfitrión, padre de familia, como lo llaman las Sagradas Escrituras, envía a su siervo a ir a la ciudad a buscar por las plazas a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos. Luego, al ver que aún había puesto para más personas lo envía por segunda vez; pues su anhelo era tener su casa llena. Termina la parábola con estas palabras del anfitrión: Os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados gustará de mi cena.

Dios me dio valor

Inline image 1Cuando medito en los Planes que Dios tiene, y el amor y cuidado que Él tiene para cada uno de nosotros, me pongo a pensar como pensó el rey David cuando dijo: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra” (Salmos 8.3-5). El Señor nos corona de gloria y de honra cuando le somos fieles. No estamos aquí siendo perfectos, estamos llenos de imperfecciones y todas se las entregamos a diario al Señor. Estamos aquí porque Dios tiene un Plan Perfecto para cada uno de nosotros, y está de nuestra parte si vamos a obedecerlo. Un día andábamos desvalorizados y rodando sin rumbo y sin dirección, pero Cristo tocó nuestros corazones y nos dio valor. Lo que antes era feo, lo que antes era despreciado y carente de valor; a ello, Dios le puso un precio.
Jesús me escogió aunque todos me despreciaron. Él no se fijó en la condición en que me encontraba, Él me recibió tal como estaba y me dio valor. Jesús hizo un pacto por mi vida en la Cruz del Calvario y su Manto de Gracia me ha dado vida y valor. Hoy el Señor viene a recordarte que aunque te hayan despreciado o desvalorizado, tú tienes valor para el Señor, eres altamente estimado/a para el Señor, su amor por ti no se compara con las piedras preciosas. Dios es el Rey de reyes y Señor de señores. Él es el Creador de los cielos y de la tierra y todo lo que existe en los cielos y más arriba de los cielos, y todo lo que existe en la tierra y debajo de la tierra, lo creo Dios pensando en ti. Dios siempre nos tiene en Su mente y nos visita.

Sea verdadero y claro

Entonces le dijeron:
—Tú, ¿quién eres?
Entonces Jesús les dijo:
—Lo que desde el principio os he dicho. 26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero, y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo.
27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Juan 8:25-27
¿Es importante ser veraz y claro en lo que decimos? Sí, porque Dios detesta la hipocresía, las verdades a medias, el fingimiento, el hecho de acomodarse a las circunstancias, las mentiras, los barnices religiosos, la apariencia de piedad y de santidad. ¡A Dios no le gusta nada de esto! Él quiere que seamos veraces.
Mi sinceridad tal vez sea probada y despreciada, pero padecer “como cristiano” (1 Pedro 4:16) no es motivo de vergüenza; esto no tiene nada de especial. El Señor Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

Palabras que importan

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida... 1 Juan 1;1
En mis inicios como editor, elegía el versículo para la portada del libro que escribía. Poco después, comencé a preguntarme si eso tenía importancia.
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En esto, una lectora me escribió diciendo que había orado por su hijo más de 20 años, pero que él no tenía ningún interés en Jesús. Un día, fui a verlo y le leí el versículo de la portada del libro. El Espíritu usó esas palabras para convencerlo de pecado, y aceptó a Jesús como Salvador en ese momento.
No recuerdo el versículo ni el nombre de la mujer, sin embargo, nunca olvidaré la claridad del mensaje de Dios para mí de ese día. Lo que sí recuerdo es que casi un año antes, Él había escogido esas palabras de un texto bíblico para que, al comunicárselas, respondiera a las oraciones de esa madre. Desde el más allá, aplicó la maravilla de su Presencia a mi trabajo con sus palabras.
Juan llamó a Jesús el "Verbo de vida" (1 Juan 1:1). Quería que todos supieran lo que eso significaba. Os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó, escribió de Jesús. 1 Juan 1;2. Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros (verso 3).
No hay nada mágico en poner palabras en un papel, pero sí hay poder en las palabras de la Escritura, que transforman la vida, porque ellas nos señalan al Verbo de vida: Jesús.

Señor, háblame hoy por tu Palabra.

Las palabras que nos señalan a Cristo son siempre palabras que importan.

jueves, 29 de septiembre de 2016

10 Conceptos Transferibles - Concepto 6

Cómo puede dirigir usted a otros a Jesucristo

Una de las cosas más valiosas que usted puede hacer por otra persona es hablarle sobre Jesucristo, y la forma como ha sido salvo de sus pecados por medio de su fe en Él. No tiene por qué ser un pastor o un excelente orador para poder dirigir a otros a Jesús. Si usted es cristiano y está lleno del Espíritu Santo por medio de su fe, tenga la seguridad de que tiene la habilidad de dirigir a otros a Jesucristo y ver a mucha gente poner su fe en Él. Jesús le dijo a sus discípulos "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos…" (Hechos 1:8)
Resultado de imagen de Cómo puede dirigir usted a otros a JesucristoLa Biblia nos dice que Dios quiere que cada persona crea en su Hijo y sea salvo (Juan 3:16) “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14). Hay muchas maneras de compartir nuestra fe con otros y nosotros como cristianos, debemos hablarles sobre Jesús. Una de esas maneras es usando las cuatro leyes espirituales con alguien que no conoce a Jesús como Señor y Salvador. Es un folleto que explica el mensaje del evangelio de una manera fácil de entender.

"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15)
“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8
“Porque serás testigo suyo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído.” Hechos 22:15




Los cristianos solo tienen un Maestro

Uno es vuestro Maestro, el Cristo. Mateo 23:8
No vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo. Marcos 9:8
A sus amigos que se hacían llamar por su nombre, un reformador decía: les ruego que dejen de valerse de mi nombre y llámense simplemente "cristianos". Yo no fui crucificado por nadie. Ni soy ni quiero ser el maestro de nadie. Cristo es nuestro único Maestro.
Ante una multitud entusiasta que quería adorarlos, Bernabé y Pablo reaccionaron enérgicamente, diciendo:Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros” (Hechos 14:15). ¡Qué dispuestos estamos a seguir a un hombre! Y también, ¡qué presto está un hombre a presentarse como "maestro" ante sus semejantes, o como intermediario entre Cristo y los hombres! Cuando Jesús estaba en la tierra, invitaba a quienes encontraba a seguirlo, y les mostraba el peligro de seguir a "extraños” (Juan 10:5).
Cristianos, no nos equivoquemos, uno solo es nuestro Maestro, Jesucristo, quien dio su vida por nosotros. Debemos respetar a todos los hombres, honrar a nuestros hermanos y tener a algunosen mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Tesalonicenses 5:13), pero a quien debemos seguir es a Cristo, el único digno de nuestra adoración. ¿A quién iremos?, dijo Pedro, dirigiéndose a Jesús (Juan 6:68). Solo Él tiene “palabras de vida eterna”, solo Él es nuestro Dios Salvador.
¿A quién pues acudir?
Tu voz de encantos llena
nos dice: No temáis,
siempre confiad en mí; consuelo Tú nos das,
De gozo el alma plena;
¿A quién pues acudir, ¡oh Jesús! sino a ti?.

¿Cuáles son los argumentos bíblicos más sólidos de la divinidad de Cristo?

Resultado de imagen de ¿Cuáles son los argumentos bíblicos más sólidos de la divinidad de Cristo?Es difícil negar que el Nuevo Testamento esté lleno de referencias acerca de la divinidad de Cristo. Desde los cuatro evangelios canónicos, pasando por el libro de Los Hechos y las epístolas paulinas, Jesús no sólo es visto como el Mesías (o Cristo), sino que también es comparado con Dios mismo. El apóstol Pablo se refiere a la divinidad de Cristo cuando Él llama a Jesús “nuestro gran Dios y Salvador" (Tito 2:13), e incluso dice que Jesús existió en "forma de Dios" antes de su encarnación (Filipenses 2: 5-8). Dios el Padre dice con respecto a Jesús, "Tu trono, oh Dios, por los siglos de los siglos" (Hebreos 1: 8). Se hace referencia directa a Jesús como el Creador mismo (Juan 1: 3Colosenses 1: 16-17). Otros pasajes bíblicos enseñan la deidad de Cristo (Apocalipsis 1:72:81 Corintios 10:41 Pedro 5:4).

Aunque estas menciones directas son suficientes para demostrar que la Biblia afirma que Jesús es divino, podría resultar más efectivo un enfoque más indirecto. Jesús en repetidas ocasiones se colocó en el lugar de Yahvé, asumiendo las facultades divinas del Padre. A menudo, Él estuvo haciendo y diciendo cosas que solo Dios tenía derecho a decir y hacer. Jesús también se refirió a sí mismo de diferentes maneras, con las cuales insinuó su deidad. Algunos de estos casos nos proporcionan la prueba más contundente del auto-entendimiento divino de Jesús.


En Marcos 14, Jesús está acusado en su juicio delante del sumo sacerdote. "El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo" (Marcos 14:61-62). Aquí, Jesús se está refiriendo al libro de Daniel en el Antiguo Testamento, donde el profeta Daniel afirma, "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de Él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido" (Daniel 7:13-14).

En esta referencia a la visión de Daniel, Jesús se identifica a sí mismo como el Hijo del hombre, una persona a quien le fue dado "dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran". El Hijo del hombre tiene un dominio que es eterno y no pasará. I
nmediatamente vienen las preguntas, ¿qué clase de persona tiene un dominio que es eterno?, ¿a qué clase de persona se le otorga un reino donde todos los hombres le servirán? El sumo sacerdote, que escuchó la afirmación de Jesús respecto a la divinidad, inmediatamente rasgó su manto y declaró a Jesús culpable de blasfemia.

¿Qué es el don de hablar en lenguas?

Resultado de imagen de ¿Qué es el don de hablar en lenguas?El primer acontecimiento de hablar en lenguas se produjo en el Día de Pentecostés; lo encontramos en el libro de los Hechos 2:1 al 4. Los apóstoles partieron y compartieron el Evangelio con las multitudes, hablándoles en su propia lengua, “¡Les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios!” (Hechos 2:11). La palabra griega traducida “lenguas”, literalmente significa “idiomas”. Por tanto, el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de ministrar a alguien que habla ese idioma. En 1ª Corintios capítulos 12 al 14, donde Pablo habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1ª Corintios 14:6). De acuerdo con el Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos, hablar en lenguas es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su propio idioma, pero es inútil para todos los demás - a menos que sea interpretado / traducido.

Una persona con el don de interpretar lenguas (1ª Corintios 12:30) podría entender lo que uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozca el idioma que está siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces, el mensaje del que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran entender. “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (1ª Corintios 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no interpretadas es poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (1ª Corintios 14:19).