domingo, 15 de marzo de 2015

El que tiene oídos para oír, oiga

El que tiene oídos para oír, oiga. Mateo 11:15.
Reflexiones Cristianas - El que tiene oídos para oír, oiga.Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. Isaías 28:23.
Dos amigos caminaban por una calle concurrida y ruidosa de una ciudad soleada del sur de Francia., cuando uno de ellos preguntó: 
–¿Oyes el canto del grillo? 
–¿Con semejante ruido?, respondió el otro. 
El primero, un zoólogo, tenía el oído ejercitado para percibir los sonidos de la naturaleza. No contestó nada a su amigo; simplemente dejó caer una moneda. Enseguida varias personas se dieron la vuelta. 
–Oímos solo lo que queremos oír, señaló él.
Nuestro oído, demasiado aturdido a menudo de informaciones, ¿está ejercitado para escuchar la voz de Dios?, porque atrapados en un torbellino de actividades, corremos el riesgo de permanecer sordos a lo más importante.
Pero, ¿cómo habla Dios? Una forma de hacerlo es por medio de la naturaleza: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos… No hay lenguaje, ni palabras… Por toda la tierra salió su voz(Salmo 19:1-4). También nos habla por medio de la Biblia. Tomémonos tiempo para leerla atentamente, sin prejuicios y con el deseo de conocer a Dios. Quedaremos sorprendidos por el resultado.
Más específicamente, Dios nos habla por su Hijo Jesucristo, a la vez Dios y hombre. Su vida perfecta, su integridad moral, su amor más fuerte que la muerte, nos incitan a confiar en Él y a conocerle mejor. Jesús no decepciona a ninguno de los que confían en Él, porque a éstos les da lo que nadie más puede ofrecer: la vida eterna.

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