miércoles, 14 de agosto de 2013

Pasos de fe - Devocional - Vídeo

La vida cristiana se vive desde el primer hasta el último minuto a través de la fe. Nadie puede llamarse cristiano si no existe en él o ella una fe, característica de la cristiandad, que le lleve a considerarse de esa forma.
La fe es indispensable para cada uno de nosotros y cuando hablamos de fe, hablamos de confianza o seguridad, pues por fe hemos creído en Dios.
Cuando permitimos que la duda sea protagonista en nuestra vida, estamos dejando a un lado la fe, porque duda y fe no son compatibles, sino todo lo contrario, son términos totalmente opuestos.
La Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6 (Reina-Valera 1960).
El hecho es que Dios puede y quiere hacer milagros sorprendentes en nuestra vida, pero para ello necesita que nosotros demos pasos de fe para poder ver concretado ese milagro.
Cuando pienso en esto Dios me lleva a reflexionar en diferentes hechos que sucedieron en el tiempo antiguo y que están registrados en la Biblia, y en cada uno de ellos veo cómo esos hombres se atrevieron a dar pasos de fe y, como consecuencia, vieron la mano poderosa de Dios actuar.
Porque se necesita FE para poder dar pasos cuando el panorama es contrario o cuando las circunstancias nos quieren llevar a dudar de que algo bueno puede suceder en medio de la dificultad.
Por ejemplo, tenemos en la Biblia a un Abraham, que siendo de avanzada edad y teniendo una esposa, llamada Sara, de avanzada edad también y estéril, dio pasos de fe creyendo la promesa de Dios de que le daría descendencia. (Génesis 15)
También en la Biblia, vemos a un Moisés obedeciendo a Dios sacando a Israel de la esclavitud, parado frente a un mar y siendo perseguido por el ejercito egipcio; sin embargo Dios le ordena que levante la vara que llevaba consigo en dirección al mar y, al obedecerle, Moisés ve como éste se abre en dos. Ahora los israelitas tenían que dar los pasos de fe creyendo y confiando en Dios en que, al a travesar ese camino seco en medio del mar, este no caería sobre ellos. La mayoría hemos entendido la historia sólo por el hecho de que el mar se abrió en dos, pero más allá de eso, ¿acaso no se necesitaba fe para caminar en medio de esas dos paredes de agua?, ¡claro que sí!, se necesitaba fe para creer que no morirían ahogados, todo el que pasó por allí tenía que tener fe. Es decir: la parte de Dios es hacer el milagro (abrir el mar en dos), la nuestra caminar por fe para que ese milagro sea completo. (Éxodo 14)
De la misma forma que estas dos historias podríamos contar más, como la de Josué y los muros de Jericó, como la de Noé construyendo un arca en donde nunca había llovido, la de un Pedro caminando sobre las aguas dando pasos de fe, u otras historias que nos muestran que para ver un milagro completo se necesita dar pasos de fe.

¿Qué estás esperando para dar los pasos de fe que tengas que dar?

A lo mejor llevas meses o años esperando una “confirmación” del cielo, para dar ese paso que Dios ya te dijo que dieras hace mucho tiempo. Dar pasos de fe es tener el valor de creerle a Dios que su promesa se cumplirá. ¡Ojo con esto!, fijaros bien: “Es creerle a Dios que su promesa se cumplirá”, no que esa promesa está ya cumplida o que se está cumpliendo en este momento, sino que se cumplirá, pero para ello tienes que dar pasos de fe, creerle a Dios, tener valor para hacer lo que tengas que hacer, y Dios te respaldará porque Él te lo prometió.
Hoy quiero decirle estas palabras a alguien en especial, al cual Dios le hará sentir que son para él o ella. Que las tome como si Dios mismo hablara cara a cara con él:
Ya no esperes más, Yo, quien te ha traído hasta aquí, soy quien te respaldará, no tienes que temer, no tienes que dudar, sólo ten valor, esfuérzate porque Yo cumpliré mi propósito perfecto en tu vida.
Es hora de caminar en fe, es hora de que des esos pasos de fe que tanto tiempo he esperado que des, es hora de que confíes en Mí ciegamente porque Yo jamás te voy a defraudar. Recuerda que fui Yo quien te dio esa promesa. 
¿Y si el Señor es quien te lo dice, no cumplirá?, ¡Vamos!, ¡camina por fe!
Cuando la fe aparece, la duda desaparece, cuando el valor se hace presente, el temor escapa, cuando decidimos creerle a Dios, el enemigo tiembla, porque lo que Dios hará contigo es algo maravilloso y te hará hacer historia.

¡Camina hoy por fe y no te detengas!


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