miércoles, 24 de abril de 2019

Primavera para que Florezcas

“Mi amado habló, y me dijo: levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola”.
(Cantares 2:10-12)
El libro de Cantares es sin duda exquisito. Una hermosa obra literaria que nos habla del verdadero amor que produce apasionamiento en un matrimonio. Los personajes principales son la sulamita y Salomón. En este libro se nos relata el amor tan profundo, intenso y fuerte que tiene la sulamita por su amado y viceversa.
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Es un amor dulce, transparente, delicado y fuerte. Como el que debe existir en un matrimonio. Y espiritualmente debemos pensar entonces, que nosotros somos la sulamita que espera ansiosamente el retorno de su amado. Que vive soñando y pensando en él. Que se desvela imaginando cómo será ese retorno y encuentro. Y Jesús es nuestro amado idóneo, perfecto, humilde, galante, hermoso, varonil y lleno de características y cualidades.
Hoy tu amado Jesús te está llamando y lo primero que te dice es que te levantes. Como amigo te extiende sus manos y te invita a que vengas con Él. Eres su hermosa creación, su novia perfecta, la causa por quien Él derramó su sangre. Eres de mucha estima y valor a sus ojos, por tanto, no eres insignificante. ¡Ven, acércate a Él porque ha pasado el invierno!
Simbólicamente el invierno representa el frío, la soledad y la humedad. Un tiempo donde todo se ve blanco. Las hojas se caen de los árboles y estos se ven secos y muertos, aunque siguen estando vivos. ¡Cuántas veces has caminado sintiendo que mueres y que no tienes fuerzas! En las que te duele el cuerpo de tanta tristeza y tu alma espera calladamente la salvación e intervención de Jehová. Momentos en los que tu corazón se siente prisionero y aunque quieres alabarle, de tu voz lo que sale es el quebranto.
Pero tu amado te dice: “ha pasado el invierno, la lluvia también se fue. Es el momento ideal, llegó la primavera llena de flores, colorido y belleza. Ya no es tiempo de llorar, es tiempo de cantar y de celebrar porque tu Amado, tu Príncipe, Jesús, viene a rescatarte de los lazos opresores del enemigo. La voz de la tórtola se escucha y su canto anuncia las buenas nuevas”.
Tu Pastorcillo fiel viene a despertarte del sueño con un beso puro. Sella tus labios con amor y te recuerda que eres de su propiedad. Él también ha estado esperando a que te percataras de que aunque te pareció larga la espera, su amor siempre te acompañó y te sostuvo hasta el final de ese largo invierno.

Hoy su fuego arde en tu interior y estás vestida(o) con las mejores ropas. Hoy tu Señor te invita a que entres a su presencia para experimentar una nueva dimensión espiritual con Él. Ha llegado tu momento, tu tiempo ideal de amores con el dador de la vida. Y esto sin duda es una época de primavera para que florezcas.

Mi razón de vivir, si conoces Su gracia...

La fuerza de la irresistible gracia de Dios corre por toda la Biblia desde su primera página hasta la última. Roguemos a Dios para que nos revele los misterios de Su Gracia.
Moisés llevado por su ira, mató a un egipcio y estuvo cuarenta años en un desierto huyendo como un criminal que escapa de la justicia, mas El Señor dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia a mis ojos y te he conocido por tu nombre —respondió Jehová a Moisés.
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Entonces dijo Moisés: —Te ruego que me muestres tu gloria.(Éxodo 33:17-18).
Noe era un hombre justo; y la Biblia nos cuenta que vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Éxodo 6.5. 
se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. (Génesis 6:6). ¡Ah! Pero hay un pero, una circunstancia que matiza, que se opone o contradice parcialmente a lo antes planteado: Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. (Génesis 6:8).
Esta gracia es un favor inmerecido, una compasión de Dios hacia el pecador que nada merece, una piedad que Dios concede en la infinita sabiduría de un Dios absolutamente soberano. ¿Siente usted ese amor? 

David cometió terribles pecados; pero fue el mismo que escribió desde lo más hondo de su corazón, estas palabras inspiradas por el Espíritu Santo de Dios. (Véase todo el Salmo 51).  
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. (Salmo 51:10-12). Y la gracia de Dios le alcanzó y salvó. 
Pedro, después de haber negado al Señor tres veces, sintió que fue amado y aceptado como nadie nunca antes lo amó.
No se registra en las Escrituras ningún tipo de regaño o reclamación de Cristo resucitado por la negación de su discípulo; sin embargo, la sentencia dicha a Pedro antes de su crucifixión fue fuerte y directa: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. (Mateo 26:34).

Es tiempo de dar gracias a Dios

Papito Dios, gracias por tu infinita misericordia, por amarme como me amas, por la gracia que me concedes en Cristo Jesús de acercarme confiadamente a tu Trono y rendirte mi corazón, mis deseos, mis angustias y mis necesidades. Gracias porque aunque he pecado, sé que en el nombre de Jesucristo, tengo la certeza de que Tú me estás escuchando y me estás llenando con tu Divina Presencia. Gracias por la limpieza y la pureza que estás dando a mi corazón, gracias por perdonar mis pecados, gracias por concederme el honor de confiar en ti, de creer en ti, de poner mi fe en ti; gracias por enseñarme todos los días a ser como Tú, mi buen Jesús, gracias por hacerme odiar el pecado y permitirme anhelar tu voluntad, gracias Espíritu Santo por convencerme de todo pecado, justicia y juicio.
Gracias Señor por mi vida, por el aire que respiro, por lo que tengo, por lo que sé y por lo que soy; gracias por mis seres queridos, por todo y todos los que son parte de mí.
¿Cuántas veces, Señor, me bendices en el día? y ¿cuántas veces te lo agradezco verdaderamente? Es momento de darte las gracias, Señor, por todo aquello que me has dado a lo largo de la vida, gracias por darme el privilegio de haber sido llamado(a) por ti, gracias por haberte fijado en mí, aún con tantas imperfecciones como tengo; gracias por tu fidelidad, por tu gran amor, por tu gracia y tu poder en mi vida. Gracias por cada una de las bendiciones que desde antes de formarme en el vientre de mi madre, ya habías apartado para mí.

domingo, 21 de abril de 2019

¿Es pecado la gula? ¿Qué dice la Biblia respecto a comer de más?

La gula parece ser un pecado que les gusta ignorar a los cristianos. Enseguida estamos dispuestos para etiquetar como pecados el fumar o beber, pero por alguna razón la glotonería es aceptada o al menos tolerada. Mas muchos de los argumentos usados contra el fumar y el beber, tales como la salud y la adicción, deberían aplicarse igualmente al comer de más. Es más, muchos creyentes ni siquiera consideran malo tomar un vaso de vino o fumar un cigarro, pero no vacilan en atiborrarse de comida en la mesa, hasta el punto de sentirse que van a explotar. ¡Esto no debe ser así!

Proverbios 23:20-21 nos advierte, “No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón se empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos.” 

Resultado de imagen de ¿Es pecado la gula?Proverbios 28:7 declara, “El que guarda la ley es hijo prudente; mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre.” 
Proverbios 23:2 proclama, “Pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito.” 

Los apetitos físicos son atributos cuya capacidad es semejante a nuestra habilidad de controlarnos a nosotros mismos. Mas si somos incapaces de controlar nuestros hábitos alimenticios, probablemente también seamos incapaces de controlar otros hábitos como los de la mente (lascivia, avaricia, ira), e incapaces de guardar nuestra boca del chisme o del conflicto. Por lo tanto, no debemos permitir que nuestros apetitos nos controlen, más bien al revés, debemos ejercer control sobre nuestros apetitos. (Ver Deuteronomio 21:20Proverbios 23:22 Pedro 1:5-72 Timoteo 3:1-9, y 2 Corintios 10:5) La habilidad de decir “no” a cualquier exceso, el “auto-dominio”, es uno de los frutos del Espíritu, común para todos los creyentes (Gálatas 5:22).
Dios nos ha bendecido al llenar la tierra con alimentos deliciosos, nutritivos y placenteros. Y debemos honrar la creación de Dios, disfrutando de estas comidas y consumiéndolas en cantidades apropiadas, a la vez que
 controlamos nuestros apetitos en vez de permitir que ellos nos controlen.

La Adversidad te Fortalece

“La vida es demasiada corta para permitir que las dificultades me quiten la alegría de vivir.” 
¿Cómo puedo mantenerme motivado cuando las cosas no están bien? Es cierto que cuando las cosas están saliendo bien nuestra motivación es alta; sin embargo, cuando las cosas no salen como quisiéramos nuestra tendencia es a desmotivarnos e inclusive a desesperarnos.
Imagen relacionadaDebemos recordar las palabras de Pablo a Timoteo: Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo.” 2 Timoteo 4:5  ¿Qué ves aquí?
La mayoría de las personas no ven las dificultades como oportunidades para crecer; no creemos que verdaderamente todas las cosas nos ayuden a bien. Y en todas las cosas van incluidos momentos difíciles, momentos de dolor. La clave para mantenerse motivado en tiempos difíciles es evitar caer en la desesperanza y concentrarse en buscar el beneficio.
La adversidad nunca te dejará igual; tienes dos opciones en los momentos difíciles: te debilita o te da fuerzas. ¿Qué escoges? ¿Cómo te gustaría vivir la vida? ¿Motivado o desmotivado? Siempre tendrás opciones en la vida y una es la elección que debes hacer para enfrentar la adversidad.
¿Recuerdas el cuento de la zanahoria, el huevo y el grano de café?

El Gran Precio de Nuestra Salvación

Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1 Corintios 7:23
¡Qué precio pagó el Señor Jesús cuando murió en la cruz del Gólgota! Él se hizo hombre para ir a la cruz. Allí fue dejado solo. Los seres humanos lo rodeaban como enemigos. El cielo no le respondió cuando exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Proféticamente, David expresó la queja del Señor, diciendo: “Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza” (Salmo 40:12). “Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado” (Salmo 69:2).
Resultado de imagen de El Gran Precio de Nuestra SalvaciónJesús fue clavado y elevado en una cruz. En esos momentos el cielo se cerró ante Él. Allí, colgado entre el cielo y la tierra, terminó muriendo bajo el castigo de Dios, porque Él cargó nuestros pecados sobre Jesús, haciéndolo pecado por nosotros. Este fue el precio que Jesús pagó por nuestra salvación. Fue el precio del amor. En el Cantar de los Cantares se dice: “Fuerte es como la muerte el amor… sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor” (8:6-7). Las olas de Dios que sumergieron a nuestro Salvador, no pudieron apagar su amor. Cuando reflexionamos en todo esto, ¿nos olvidamos de nosotros mismos? ¡Pensemos en Él y adorémosle!
Clavado en una cruz Jesús murió. Por mi maldad allí sufrió. En mi lugar Él se encontró, mi salvación así compró.

viernes, 19 de abril de 2019

El velo rasgado

 Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. Hebreos 10;19-20
Era un día triste y sombrío en las afueras de Jerusalén. En una colina fuera de los muros de la ciudad, un Hombre que había atraído multitudes de seguidores fervientes durante los últimos tres años, colgaba abandonado y dolorido sobre una rústica cruz de madera. Muchos lloraban y se lamentaban. La luz del sol dejó de brillar al mediodía. Y el intenso sufrimiento de aquel Hombre terminó cuando clamó en voz alta: «Consumado es» (Mateo 27:50; Juan 19:30).
En ese preciso instante, otro ruido resonó desde el templo: el sonido de un lienzo que se rasgaba. De manera milagrosa y sin intervención humana, el enorme y grueso velo que separaba el exterior del templo del lugar santísimo se rasgó en dos, de arriba abajo (Mateo 27:51).

Aquel episodio simbolizó la realidad de la cruz: ¡un nuevo camino a Dios se había abierto! Jesús, el Hombre de la cruz, había derramado su sangre como el último sacrificio; el verdadero y suficiente (Hebreos 10:10) que permite que todos los que creen en Él sean perdonados y tengan comunión con Dios (Romanos 5:6-11).
En medio de la oscuridad de aquel primer Viernes Santo, recibimos la mejor noticia: Jesús nos abrió el camino para ser salvos del pecado y tener comunión con Dios para siempre (Hebreos 10:19-22).
Padre celestial, gracias por la muerte de Jesús en la cruz a nuestro favor.
¿Cómo iluminó tu vida lo que sucedió el Viernes Santo? ¿Qué significa para ti tener comunión con Dios?

jueves, 18 de abril de 2019

¿Cómo puedo estar seguro de mi salvación?

Muchas personas luchan con dudas acerca de su salvación. Si tú estás pasando por esta pelea, aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte a ti mismo para ayudarte a tener la certeza que necesitas acerca de tu relación con Dios.
  1. ¿He creído que Jesucristo es el sustituto de mis pecados y lo he recibido como mi salvador personal?
    La Biblia dice que este es el único requisito para la salvación.
    "Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." (Juan 1:12)
  2. ¿Confías más en tus sentimientos que en la Palabra de Dios, para tener la seguridad de salvación?
    La Biblia dice:
    "El que tiene el Hijo tiene la vida, pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." (Juan 3:36)
    "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." (Juan 5:24)
  3. Resultado de imagen de ¿Cómo puedo estar seguro de mi salvación?
    ¿Basas tu salvación en lo que tú haces para Dios en vez de lo que Dios hace para ti?
    La Biblia dice que no podemos hacer nada para ganar nuestra salvación. Dios, por gracia, hizo todo lo que necesita hacerse.
    "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia." (Tito 3:5 a)
    "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)
    ¡La Biblia dice que podemos saber que tenemos vida eterna con certeza, si hemos creído en Jesús como nuestro Salvador!
    "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios." (1 Juan 5:11-13).

¿Qué es la iglesia y cuál es su propósito?

Actualmente mucha gente entiende la iglesia como un edificio. Pero ésta no es la definición bíblica de la iglesia. La palabra “iglesia” viene de la palabra griega “Ekklesia” que significa “asamblea” o “convocatoria”. La raíz del significado de la palabra “iglesia” no es la de un edificio, sino la de personas; aunque es irónico que cuando le preguntas a la gente a qué iglesia asiste, habitualmente ellos se refieren a un edificio. Romanos 16:5 dice, “Saludad también a la iglesia que se reúne en su casa.…”. Pablo se refiere a la iglesia “en su casa”, no a un edificio, sino al cuerpo de creyentes. 
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La iglesia es el cuerpo de Cristo, donde Él es la cabeza. Efesios 1:22-23 dice, “Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. El Cuerpo de Cristo está formado por todos los creyentes en Jesucristo, desde el día de Pentecostés (Hechos 2) hasta la segunda venida de Cristo. El Cuerpo de Cristo tiene dos aspectos: 


(1) La iglesia universal, que es la iglesia formada por todos los que tienen una relación personal con Jesucristo. 1 Corintios 12:13-14 dice, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. Aquí vemos que cualquiera que ha depositado su fe en Jesús es parte del Cuerpo de Cristo y ha recibido el Espíritu de Cristo como evidencia. La iglesia universal de Dios la forman todos aquellos que han recibido la salvación a través de la fe en Jesucristo. 

(2) La iglesia local, descrita en Gálatas 1:1-2, “Pablo, apóstol... y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia”. Aquí vemos que en la provincia de Galacia había muchas iglesias, lo que llamamos iglesias locales. Una iglesia Bautista, Luterana, Metodista, etc., no es La iglesia, como La iglesia universal, sino más bien una iglesia local, un cuerpo local de creyentes. La iglesia universal la forman todos los que han confiado en Cristo para salvación. Y estos miembros de la iglesia universal deben buscar compañerismo y edificación en una iglesia local. 

En resumen, la Iglesia no es un edificio o una denominación. De acuerdo a la Biblia, la 
Iglesia es el Cuerpo de Cristo – todos aquellos que han depositado su fe en Jesucristo para salvación (Juan 3:161 Corintios 12:13). Hay miembros de la iglesia universal en las iglesias locales. La iglesia local es donde los miembros de la iglesia universal pueden aplicar plenamente los principios del "cuerpo", 1 Corintios capítulo 12: alentándose, enseñándose y edificándose unos a otros en el conocimiento y la gracia del Señor Jesucristo.