domingo, 10 de marzo de 2019

¿Los nombres “Jesús” y “Emmanuel” son lo mismo?

Algunos fieles se preguntan por qué si el profeta Isaías anunció que al Hijo de Dios lo llamarían “Emmanuel”, el ángel dijo a María y José que pusieran al Niño por nombre “Jesús”. ¿Existe alguna contradicción?, ¿ambos nombres son lo mismo?
Veamos. Con dos versículos de diferencia, Mateo indica dos de los nombres que recibirá el Niño nacido de la Virgen: Le pondrás por nombre Jesús… Se le pondrá por nombre Emmanuel (Mateo 1,21.23).
La Anunciación, obra de Bartolomé Estaban MurilloSin embargo, no hay oposición entre ambos nombres, ‘porque el nombre que se anuncia en Isaías (Emmanuel) es el nombre profético de Cristo, y el nombre de Jesús es su nombre propio y personal. El nombre profético solo indica lo que significaría para los hombres, en aquel momento, el nacimiento de este niño. Será ‘Dios con nosotros’ de un modo particular’”.
“Así, se lee en el mismo Isaías, cuando dice a Jerusalén: ‘Desde ahora te llamarás ciudad del Justo, ciudad fiel’ (Isaías 1,26), no porque hubiese de llamarse así materialmente, sino porque tenía, desde entonces, una cierta conveniencia a causa de la purificación que en ella haría Yahvé. 
1. Emmanuel: expresa la naturaleza, la personalidad del Hijo de María. El nombre se contiene en la profecía que Isaías proclama ante el desconfiado Acaz, cinco siglos antes del advenimiento del anunciado en ella: He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, Dios con nosotros (Isaías 7,14).
‘Emmanuel’: Dios con nosotros. Jesús es Dios; el Dios adorable que hizo el cielo y la tierra, que gobierna los astros y a quien sirven los ángeles. Pero sin dejar de ser Dios ni perder su Gloria, se ‘hunde’ en nuestra historia y en nuestro mundo para convivir con los hombres que Él ha creado, con la hechura de sus manos: Se hizo ver en la tierra y conversó con los hombres. Emmanuel expresa quién es el que nace: es Dios que se hace carne. Por eso el ángel dijo a María: lo que nacerá de ti será santo, será llamado Hijo de Dios (Lucas 1,35).
2. Jesús: Le pondrás por nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1,21). Ésas fueron las palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador. El que viene a dar la salud al alma, que es donde mora la enfermedad del pecado.

jueves, 7 de marzo de 2019

Archívalos y sigue avanzando

El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará. Proverbios 15;31
Recuerdo un sabio consejo que una vez me dio un amigo que era locutor de radio. Al principio de su carrera, mientras luchaba por saber cómo manejar tanto las críticas como los elogios, sintió que Dios lo instaba a archivar ambas cosas. ¿Cuál es la esencia de lo que aprendió? Aprender lo que se pueda de la crítica y aceptar los elogios. Luego, archivar ambas cosas y seguir avanzando humildemente en la gracia y el poder de Dios.
Las críticas y los elogios despiertan en nosotros emociones intensas que, si no se controlan, pueden llevarnos a detestarnos o a aumentar nuestro ego. En Proverbios 15;30-31 leemos sobre los beneficios del estímulo y del consejo sabio: «la buena nueva conforta los huesos, y el oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará
El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento» (15:32).
Si somos el blanco de una reprimenda, decidamos que eso nos sirva de ayuda. Si somos bendecidos con palabras de elogio, que nos sintamos renovados y llenos de agradecimiento. A medida que caminamos humildemente con Dios, Él puede ayudarnos a aprender de las críticas y los elogios, a archivarlos y seguir avanzando en su amor.
Señor, ayúdame a crecer y mejorar mediante las críticas y los elogios.
Aprende de los elogios y de las críticas; luego, archívalos y sigue avanzando.

Antes bien, dé gracias a Dios - Gracias, Señor

Antes bien, dé gracias a Dios
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Romanos 12:18
Resultado de imagen de Antes bien, dé gracias a DiosEn aquel entonces, apenas me había convertido, me era casi imposible vivir en paz con la gente. La mayoría de las veces que abría mi boca era para decir algo desagradable. Constantemente hería a las personas allegadas a mí y, a decir verdad, les hablaba con más brusquedad que a los demás. Criticaba tanto a Gloria por la manera en que conducía que ella decidió no conducir cuando yo estaba con ella. Mis hijos empezaron a evitarme porque siempre estaba criticándolos. No quería ser tan insensible, pero no podía hacer otra cosa. Me dominaba el hábito de hablar groseramente y no sabía cómo despojarme de él.
Pero un día leí lo que dice Efesios 5:4: “Tampoco digáis palabras deshonestas, ni necedades, ni groserías que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Cuando leí esto, me di cuenta de que necesitaba reemplazar las palabras que solía decir con palabras de acción de gracias, y eso solucionaría mi problema. Después de todo, no podía hablar ásperamente y darle gracias a Dios al mismo tiempo, ni podía criticar a los que me rodeaban si tenía una actitud de agradecimiento hacia Dios.
Decidí de inmediato poner este principio en práctica. Un día, entré precipitadamente al dormitorio de mi hijo para regañarlo severamente por algo que había hecho, cuando de pronto, reconocí mi manera vieja de reaccionar. Me detuve y pensé: “La Palabra dice que esta clase de comportamiento está fuera de lugar, así que voy a detenerme y dar gracias a Dios”. Después de pasar unos minutos alabando y agradeciendo al Señor, no me sentía tan enojado como antes.
Si usted tiene la costumbre de hablar con brusquedad, empiece a despojarse de ese mal hábito. Cuando alguien le contradiga en el trabajo, en el colegio o en cualquier otro lugar y se sienta tentado a responder con palabras fuertes, ¡deténgase! Tómese unos momentos para agradecer y alabar a Dios. Una vez que empiece a pensar en la bondad de Dios, verá que esas palabras ásperas perderán su importancia.
En vez de usar su lengua para destruir a la gente, disciplínela para decir alabanzas a Dios, y entonces se le hará más fácil vivir en paz con los demás.

lunes, 4 de marzo de 2019

El problema de Judas

Juan 13:21-30 “Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.”
Las personas ponen a sus hijos toda clase de nombres, pero es muy raro oír el nombre de JUDAS, que significa "alabanza" = Que Dios sea alabado. Judas nos recuerda una gran infamia; pero los tres grandes problemas de Judas son comunes a mucha gente de hoy. Veamos esos problemas:
1. ERA UNA PERSONA MUY DISTRAÍDA.
Resultado de imagen de El problema de JudasProverbios 22:3 “El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño.”
Él estuvo con los discípulos y tuvo los mismos privilegios, pero:
A. NUNCA ALCANZÓ LA SALVACIÓN.
B. NUNCA ENTENDIÓ LO QUE CRISTO REALMENTE ERA.
C. NUNCA COMPRENDIÓ EL VERDADERO SIGNIFICADO DE SUS ENSEÑANZAS.
Mateo 13:19 “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.”
2. NO ERA SINCERO.
Hebreos 10:22 “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
Juan 6:70-71 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.”

3. NO APROVECHÓ LA OPORTUNIDAD DE ARREPENTIMIENTO.
Mateo 27:3-5 “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.”
Lo enredó todo terriblemente; pero aun así tuvo la oportunidad de salvarse.
I). Reconoció que él era la causa del problema.
II). Sintió remordimiento por lo que había hecho.
III). Pero nunca se arrepintió, solo estuvo apenado.
Cuando el hijo prodigo reconoció su falta, lo hizo con coraje, y saliendo de la pocilga se encaminó hacia la casa del padre donde disfrutó de todos los beneficios del perdón.

Cada Obstáculo, Una Oportunidad…

La misma vida ya se inicia con una pugna. Para venir a este mundo, el bebé debe abandonar el cobijo y la seguridad que goza en el vientre de la madre y recorrer con dificultad un estrecho conducto.
Antes de remontar el vuelo a las alturas, el águila debe abrirse paso a picotazos para salir del huevo.
Antes de deleitarnos con su gracia y hermosos colores, la mariposa debe escapar del capullo.
Resultado de imagen de Cada Obstáculo, Una Oportunidad…¿Por qué permite Dios las tribulaciones?
Son muchos los motivos, pero pueden resumirse en una sola palabra: beneficios. Él ve los beneficios. Las pruebas y las tribulaciones fortalecen y moldean nuestro carácter. Hacen de nosotros mejores personas y mejores cristianos.
Si alguna vez te parece que las pruebas, tribulaciones y dificultades que enfrentas son tan intensas que no las puedes soportar, no olvides que el Señor es mayor que estas. Encomiéndaselas a Él.
La vida está llena de dificultades. Si nos descuidamos, este mundo nos agobia con sus inmunerables problemas. Nos quedamos empantanados en ellos y no podemos ver más allá.
Mas Dios quiere que miremos hacia adelante, por encima de los obstáculos que se nos presentan a cada momento.
Si te pones de cara al sol, no verás las sombras.– HELEN KELLER (sorda y ciega toda su vida)
Que no diga yo en la enfermedad: “¿Me estoy mejorando de mi dolencia?” Sino más bien: “¿Estoy mejorando a causa de ella?” — WILLIAM SHAKESPEARE
Medita en las bendiciones de las que disfrutas en la actualidad –de las cuales todos los hombres gozan en abundancia–, no en las desdichas del pasado, las cuales todos han conocido en alguna medida— CHARLES DICKENS
«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Filipenses 4:13

Gracia para una mujer de cinco maridos

Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Jesus-y-la-samaritana-620x499.jpgRespondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. (Juan 4:16-18).

JESÚS VIENE A SER EL ÚNICO ESPOSO
QUE NECESITABA LA MUJER SAMARITANA

Somos muchos los hombres y las mujeres que hoy en día vamos a la búsqueda de una y otra relación de amor, que estamos buscando a esa persona que satisfaga y llene todas nuestras expectativas. Queremos satisfacer toda nuestra sed de aceptación de otro ser humano, que también tiene la misma necesidad que nosotros y que también necesita a Jesús. 
Los psicólogos dicen que hay personas co-dependientes, que necesitan de alguien que llene un vacío profundo en su corazón. Son aquellos a quienes les urge tener a alguien que refrende su identidad propia y poder albergar sueños y razón de vivir.

Jesús viene a decirle a esta mujer samaritana una verdad profunda y compleja, tal como lo revelan estas palabras: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:13-14).

viernes, 1 de marzo de 2019

En la intimidad

Mateo 6:1-18
Jesús descarta cualquier forma de oración que tenga como objetivo impresionar a los demás, aunque esté dirigida hacia la persona de Dios, como en el caso del fariseo en Lucas 18.11.
En dos cortas frases describe otra clase de oración, radicalmente diferente a esta, más sencilla y genuina. A pesar de su sencillez, no mengua en absoluto la profundidad ni la intensidad de la experiencia que identifica.
«Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.» Mateo 6.6 
Jesús nos enseña que la oración se refiere a algo más que repetir frases delante de Dios. En primer lugar, vemos que Cristo animaba a buscar un lugar apartado del bullicio de la vida cotidiana. No es porque resulte difícil orar en público, sino porque los que tenemos poca disciplina en la oración nos distraemos con facilidad. Jesús mismo, según el testimonio de los evangelios, no teniendo acceso a un cuarto interior propio «con frecuencia se apartaba a lugares solitarios para orar» (Lucas 5.16). La idea es que el entorno favorezca el momento de comunión con el Padre.
En segundo lugar, es interesante notar que Jesús no solamente indicó que debíamos entrar al cuarto interior, sino que también debíamos cerrar la puerta. Si usted piensa en los momentos de su propia vida cuando entra a un cuarto y cierra la puerta, la lección que quiso enseñar quedará claramente expuesta. No solemos cerrar la puerta de una habitación cuando tenemos la intención de salir de ella instantes más tarde. Más bien cerramos la puerta cuando deseamos permanecer allí un tiempo y no queremos que nos interrumpan.
La acción de cerrar la puerta indica para nosotros, que la oración no debe ser algo realizado «con apuro». No hay duda de que podemos orar en cualquier momento, usando frases cortas de adoración, gratitud y petición, del mismo modo que en un matrimonio podemos pronunciar palabras de cariño y amor a lo largo de todo el día. Estos pequeños "regalos", sin embargo, no pueden substituir a los momentos de intensa y prolongada comunión que son indispensables para que la relación crezca.
Jesús también animaba a que buscáramos a Dios, que está en lo secreto. Esto no indica que Dios sea difícil de encontrar, al contrario, Él se deleita en mostrase a los hombres. Más bien revela que el crecer en intimidad con el Señor es algo solamente concedido a aquellos que tienen un compromiso serio con Él. «Me hallaréis cuando me busquéis de todo corazón» declara el profeta Jeremías (29.13). A aquellos que desean guardar sus mandamientos, viviendo una vida de santidad, Jesús promete «y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él» (Juan 14.21). De esta manera el Maestro indicaba que la experiencia de oración se refería a algo más que repetir frases delante de Dios.
 

¿Y si no Tengo Sueños?

“La energía que tienen los sueños proviene de la actitud, motivación y el deseo de solucionar los problemas”.
“¿Y si alguien no tiene sueños o no puede soñar? Todos tenemos deseos, todos anhelamos, todos queremos lo bueno para nuestras vidas, todos pueden soñar.
Resultado de imagen de ¿Y si no Tengo Sueños?La pregunta que debo hacerme es ¿cuándo dejé de soñar? ¿Cuándo perdí esa capacidad de volar?
Son muchos los factores que nos llevan a perder nuestros sueños o la capacidad de soñar; puede ser una autoestima muy baja porque pensamos que eso no es para nosotros. Puede ser falta de confianza en nosotros mismos, producto de nuestras inseguridades recibidas en el hogar o en la escuela. Puede ser la desilusión recibida cuando alguien en quien confiamos nos falló, lo que hace que ya no quiera soñar. Puede ser la ansiedad, el estrés, y hay otro enemigo conocido como el pesimismo, que a su vez es conformista y cuya palabra preferida es “imposible, no se puede lograr”. Estos factores y especialmente el pesimismo, te desaniman y pierdes la capacidad de soñar; no quieres soñar porque temes que no se dé y te dices a ti mismo “mejor no soñar que fracasar.” Y los más “espirituales” se dicen: “creo que ésta es la voluntad de Dios”. Perdemos el sueño cuando perdemos la esperanza.
¿Puedo volver a soñar? Claro que puedes volver a soñar. Los sueños se construyen de la esperanza. Tú puedes comenzar a soñar con la felicidad en tu matrimonio, puedes comenzar a soñar con la carrera en la que querías graduarte, soñar con lograr, con tener, con hacer..., son tantos los sueños que puedes hacer una gran lista de las cosas que te gustaría ver en ti y en los tuyos antes de morir. Cada uno de tus sueños, incluyendo ser el mejor esposo, el mejor padre, el mejor amigo, son válidos e importantes.

¿Qué dice la biblia acerca de la falta de perdón?

Resultado de imagen de ¿Qué dice la biblia acerca de la falta de perdón?La biblia habla bastante sobre el perdón y la falta del mismo. Quizá la más conocida de las enseñanzas sobre la falta de perdón es la parábola de Jesús acerca del siervo despiadado, registrada en Mateo 18:23-35. En la parábola, un rey perdona una deuda sumamente grande (básicamente una que nunca podría ser reembolsada) de uno de sus siervos. Sin embargo, más tarde ese mismo siervo se niega a perdonar una pequeña deuda de otro hombre. El rey escucha esto y revoca el perdón que había otorgado. Jesús concluye diciendo: "Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas" (Mateo 18:35). Otros pasajes nos dicen que seremos perdonados cuando perdonemos (por ejemplo Mateo 6:14; 7:2; Lucas 6:37).

No debemos confundirnos con esto; el perdón de Dios no se basa en nuestras obras. El perdón y la salvación se basan exclusiva y totalmente en la persona de Dios por la obra redentora de Jesús en la cruz. Sin embargo, nuestras acciones demuestran nuestra fe y la medida en la que entendemos la gracia de Dios (Ver Santiago 2:14-26 y Lucas 7:47). Somos completamente indignos, mas aun así Jesús escogió pagar el precio por nuestros pecados y darnos el perdón (Romanos 5:8). Cuando entendamos verdaderamente la grandeza del don de Dios para nosotros, lo transmitiremos a otros. Hemos recibido la gracia, y a cambio deberíamos extender la gracia a otros. En la parábola, estamos indignados por el siervo que no perdonaba una deuda menor después de haber sido perdonado por una deuda impagable. Sin embargo, cuando no perdonamos, estamos actuando como el siervo de la parábola.

La falta de perdón también nos priva de la vida plena que Dios quiere para nosotros. En lugar de promover la justicia, nuestra falta de perdón empeora y termina en amargura. Hebreos 12:14-15 advierte, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados". Asimismo, 2 Corintios 2:5-11 advierte que la falta de perdón puede ser una apertura para que Satanás nos haga desviar.