Algunos fieles se preguntan por qué si el profeta Isaías anunció que al Hijo de Dios lo llamarían “Emmanuel”, el ángel dijo a María y José que pusieran al Niño por nombre “Jesús”. ¿Existe alguna contradicción?, ¿ambos nombres son lo mismo?
Veamos. Con dos versículos de diferencia, Mateo indica dos de los nombres que recibirá el Niño nacido de la Virgen: Le pondrás por nombre Jesús… Se le pondrá por nombre Emmanuel (Mateo 1,21.23).
Sin embargo, no hay oposición entre ambos nombres, ‘porque el nombre que se anuncia en Isaías (Emmanuel) es el nombre profético de Cristo, y el nombre de Jesús es su nombre propio y personal. El nombre profético solo indica lo que significaría para los hombres, en aquel momento, el nacimiento de este niño. Será ‘Dios con nosotros’ de un modo particular’”.
“Así, se lee en el mismo Isaías, cuando dice a Jerusalén: ‘Desde ahora te llamarás ciudad del Justo, ciudad fiel’ (Isaías 1,26), no porque hubiese de llamarse así materialmente, sino porque tenía, desde entonces, una cierta conveniencia a causa de la purificación que en ella haría Yahvé.
1. Emmanuel: expresa la naturaleza, la personalidad del Hijo de María. El nombre se contiene en la profecía que Isaías proclama ante el desconfiado Acaz, cinco siglos antes del advenimiento del anunciado en ella: He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, Dios con nosotros (Isaías 7,14).
‘Emmanuel’: Dios con nosotros. Jesús es Dios; el Dios adorable que hizo el cielo y la tierra, que gobierna los astros y a quien sirven los ángeles. Pero sin dejar de ser Dios ni perder su Gloria, se ‘hunde’ en nuestra historia y en nuestro mundo para convivir con los hombres que Él ha creado, con la hechura de sus manos: Se hizo ver en la tierra y conversó con los hombres. Emmanuel expresa quién es el que nace: es Dios que se hace carne. Por eso el ángel dijo a María: lo que nacerá de ti será santo, será llamado Hijo de Dios (Lucas 1,35).
2. Jesús: Le pondrás por nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1,21). Ésas fueron las palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador. El que viene a dar la salud al alma, que es donde mora la enfermedad del pecado.
¿Quién puede perdonar los pecados sino Dios?, se preguntaban los enemigos de Cristo, escandalizados no solo porque había curado a un paralítico en Capernaúm sino, especialmente, porque había anunciado la remisión de sus pecados (Marcos 2,7). Entendían que de esta manera se igualaba a Dios, y no se equivocaban: solo Dios puede perdonar los pecados de los hombres. Por eso los perdonaba Cristo, porque era Dios, y para eso se había encarnado. Esto es lo que nos revela con su nombre.
Así pues, muchos hebreos se llamaron Jesús.‘Cristo, en cambio, por consejo no humano sino divino. Aquellos que lo llevaron (el nombre) antes que Él no fueron verdaderos salvadores, y Cristo lo es más todavía de lo que el hombre acierta a significar. Para ellos era nombre común y vulgar; para Cristo fue peculiar y, según el profeta había predicho, propio y singular, porque de la manera que de Cristo se dijo, a nadie le conviene más que a Él, ya que no hay en otro alguno salud’.
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