Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. (Juan 4:16-18).
JESÚS VIENE A SER EL ÚNICO ESPOSO
QUE NECESITABA LA MUJER SAMARITANA
QUE NECESITABA LA MUJER SAMARITANA
Somos muchos los hombres y las mujeres que hoy en día vamos a la búsqueda de una y otra relación de amor, que estamos buscando a esa persona que satisfaga y llene todas nuestras expectativas. Queremos satisfacer toda nuestra sed de aceptación de otro ser humano, que también tiene la misma necesidad que nosotros y que también necesita a Jesús.
Los psicólogos dicen que hay personas co-dependientes, que necesitan de alguien que llene un vacío profundo en su corazón. Son aquellos a quienes les urge tener a alguien que refrende su identidad propia y poder albergar sueños y razón de vivir.
Los psicólogos dicen que hay personas co-dependientes, que necesitan de alguien que llene un vacío profundo en su corazón. Son aquellos a quienes les urge tener a alguien que refrende su identidad propia y poder albergar sueños y razón de vivir.
Jesús viene a decirle a esta mujer samaritana una verdad profunda y compleja, tal como lo revelan estas palabras: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:13-14).
Jesús está transmitiendo un mensaje sublime y celestial, válido incluso para este siglo XXI. Jesús es el esposo que busca a su novia (la iglesia) y a ella pertenecemos usted y yo, si hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador Personal.
Cristo quiere una relación profunda con Su novia. Y solo desde esta perspectiva esta mujer puede ser totalmente transformada y puede llenar todo el vacío de su corazón. Jesús le ofrece una fuente de Agua Viva que puede calmar toda su sed de cinco maridos y más.
Es Jesús y solo Él quien puede dar una satisfacción total a esta mujer samaritana de forma que no tendrá sed jamás. Él es el único que puede llenar toda la necesidad de aceptación que sentimos usted y yo.
Es en Jesús donde podemos calmar toda nuestra sed de amor y aceptación en esta vida terrenal. Es únicamente en los brazos de Aquel a quien llamamos nuestro amante y tierno Salvador, donde podemos realmente descansar y sentirnos plenamente perdonados, aceptados y amados.
¡Enorme misterio que nos ofrece Dios, a través de Jesús!
Pertenecemos a la Iglesia Universal de Cristo, Su novia. La iglesia de todos los redimidos por el Cordero de Dios.
¡Que el Espíritu Santo nos revele el desarrollo de esta comunión plena que podemos disfrutar con este esposo perfecto, Jesucristo!
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