lunes, 27 de marzo de 2017

¿Por qué en Hechos 8.1 todos los cristianos fueron perseguidos salvo los apóstoles?

Hechos 8;1 dice: “Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”. 
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¿Por qué no huyeron los apóstoles?

Este episodio viene precedido por la lapidación de Esteban, considerado el primer mártir Cristiano, hecho que encendió la mecha de una feroz persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén.

Los asesinos, llenos de odio y enardecidos en contra de los cristianos, todavía con sus manos sucias del polvo de las piedras con las que mataron al siervo de Dios, decidieron “en aquel día” la persecución antedicha. Lucas (escritor del libro de Hechos) no dijo en aquel tiempo, sino aquel día, el día que mataron a Esteban.

... A partir de ese momento, los cristianos se vieron obligados a abandonar la ciudad de Jerusalén para buscar refugio en diversos lugares de Judea y Samaria. Lucas dice que todos fueron esparcidos, aunque algunos quieren decir que él no se refería a todos literalmente, sino que usó una hipérbole; sin embargo, dice que todos a excepción de los Apóstoles. Y no se trata de un error de interpretación, pues revisando todas las versiones de la Biblia, incluso en otros idiomas, dice “todos”. ¿Por qué se quedaron los doce en la ciudad santa?

El perezoso Gabriel

El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. Proverbios 13:4.

Resultado de imagen de El perezoso GabrielGabriel era un niño muy perezoso. Todos los días, su mamá lo llamaba varias veces hasta que lograba levantarse. Ya en la escuela, era el último en terminar los ejercicios. ¡Parecía que siempre estaba cansado! ¡Hasta para bañarse sentía flojera!
Un día los visitaron unos parientes para que fueran en familia al zoológico. A la mañana siguiente, todos se levantaron muy temprano para prepararse y salir a buena hora.
—¡Levántate, Gabriel, es hora de irnos!, llamó la mamá. Pero como de costumbre, Gabriel no hizo caso y se confió.
Todos se distribuyeron en los diferentes coches y se fueron. Veinte minutos después, Gabriel despertó, y al levantarse, se dio cuenta de que nadie más estaba en casa. ¡Se habían ido! ¡Lo habían dejado solo!
Su mamá estaba muy preocupada, pero el papá señaló:
—¡Déjalo! Se ha perdido la diversión. Tiene que aprender la lección.
A partir de ese día, ¿quién crees que era el que se levantaba primero en casa de Gabriel? ¡Pues sí, él mismo!
¿Tú también tienes problemas para madrugar y hacer las cosas a su hora? Pues es recomendable que uses una alarma (véase el reloj o el dispositivo que tenga la alarma), para que te recuerde la hora exacta de levantarte o hacer tus deberes.


HABLA CON JESÚS:

Querido Jesús, deseo ser responsable. Ayúdame a cumplir con lo que me toca, amén.

domingo, 26 de marzo de 2017

Por el valle de sombra

Nuestro caminar por este mundo es temporal y pasajero. Si las fuerzas nos ayudan, podemos vivir setenta años, incluso llegar a los ochenta; pero no tiene sentido que vivamos tanto tiempo: esta vida de angustias y problemas pasa pronto, lo mismo que nosotros. Salmo 90:10 (TLA)
Algunas veces sentimos que vamos cuesta arriba y otras hacia abajo. Si nos dieran a escoger, elegiríamos el ir hacia abajo pues nos costaría menos esfuerzo el poder avanzar. Sin embargo, no siempre las cosas suceden como uno desea y tendremos que bregar cuesta arriba muchas veces en el camino de la vida.
valle de sombrasA veces nuestros días son placenteros, soleados y hermosos; todo lo que nos proponemos se logra, no hay enfermedades, y si las hay no son graves; nuestra economía es estable, las relaciones familiares son casi sonrisa y fiesta; nuestros hijos son buenos, y brillantes en la escuela, tienen buenas amistades, casi todo suena a melodía hermosa con violines y cuerdas, aroma a flores, pájaros cantando su trinar, ...
Pero de repente, ese día claro y soleado se convierte en un día nublado y frío, otras veces desértico y seco, o con fuertes vientos que azotan nuestra vida; sin esperarlo nos quedamos sin empleo, comenzamos a carecer de cosas que antes teníamos, hay enfermedades graves con personas queridas en el hospital, incluso llega la muerte a rondar a nuestro alrededor, nos llueve sobre mojado, y parece que nunca pasará la tormenta.
En la Biblia hay un episodio en el que unos pescadores experimentados estaban cruzando ya de noche el mar, y de repente les llegó la tormenta. Aunque su barca ya comenzaba a inundarse, era de esperar que ellos, con tanta pericia que tenían, pudieran sacar adelante la situación controlando el bote, pues toda su vida habían lidiado con ello; sabían coger el timón y esquivar las olas, manejar las amarras, izar las velas y cosas de esas; bueno, el caso es que junto a ellos en la misma barca iba el Maestro dormido.
Llega un momento en el que ellos, en su desesperación, solo se atreven a gritarle a Jesús….. ¿No te importa que nos ahoguemos? ¡Sálvanos, que perecemos! Entonces Jesús toma su autoridad y manda calmar la tormenta, y ellos se quedaron atónitos. —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Nunca dejes de soñar

Una frase popular dice que “quien dejó de soñar renunció a vivir”. En ella hay algo rescatable. Tener esperanza y expectativas de lo que va a pasar con lo que hacemos nos mantiene vivos. Dios nos creó para que, entre otras cosas, seamos creadores. Él nos dio la capacidad creadora, creativa. ¡Así que no hay excusas para no seguir soñando seguir inventando!
Resultado de imagen de Nunca dejes de soñarSabemos que algunos de los proyectos que iniciamos no se alcanzarán a ver terminados en una sola generación, pero es tan importante quien termina un proyecto como quien lo comienza.
La meta que tenemos es trabajar fuertemente por alcanzar aquello que Dios ha sembrado en nuestras vidas, que es finalmente nuestro propósito existencial. Mas hay muchas distracciones que nos pueden impedir que avancemos, pero si tenemos dominio propio y la mente enfocada en nuestro propósito, 
lo vamos a lograr.
Cuando no avanzamos hacia lo que debemos hacer, se acaba la pasión, la vida carece de sentido, es como si se apagara el fuego del espíritu en nuestro interior, y así se deja de ser trascendente para convertirse en una persona infeliz y mediocre.
Aprovechemos el tiempo, seamos sabios y entendidos para no estancarnos.

Tú tienes todo, Dios ya puso la semilla, también te ha mostrado en sueños lo que puedes lograr, la pregunta que surge es ¿Qué vas a hacer?
Pues empieza a caminar, recuerda que lo pequeño tiene la capacidad de hacerse grande en las manos de Dios.
Deja la comodidad, la inactividad y comienza dando el primer paso poniendo toda tu confianza en Jesús. Recuerda que “todo lo puedes en Cristo que te fortalece”.

“Señor, quiero soñar y avanzar hasta el día en que me llames a tu presencia. Quiero ser útil y cumplir el propósito de mi existencia, aquel que has puesto en mí desde antes que yo naciera. Te pido que me des más revelaciones y que me fortalezcas para avanzar, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”.

“Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil”. Isaías 40:29 (NVI)


Seguridad de Salvación

Leamos 1 Juan 5:12 y 13; Romanos 8:15 al 17; y 2 Corintios 5:5. Una vez que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, ¿por qué tenemos la seguridad de la vida eterna? ¿Cuál es la base de esta seguridad?
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El Espíritu Santo es el que guía a los pecadores a Jesús. La muerte sustitutiva de Jesús nos reconcilia con Dios. El perdón de Jesús nos libera para vivir una nueva vida como hijos adoptivos de Dios. Ya no somos enemigos de Dios (Romanos 5:10), sino que caminamos según el Espíritu (Romanos 8:4) y ponemos nuestros pensamientos en las cosas del Espíritu (verso 5). Si no tuviéramos al Espíritu de Cristo, no seríamos sus hijos y no perteneceríamos a Él (verso 9). Pero ahora tenemos el testimonio interno del Espíritu Santo, que mora en nosotros. Él nos testifica que pertenecemos a Jesús, y que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo (verso 17). La misma vida poderosa que levantó a Jesús de entre los muertos está ahora activa en nosotros y, aunque antes estábamos muertos espiritualmente, ahora tenemos esa vida (verso 10). Más aún, el Espíritu Santo también sella en nuestro corazón la seguridad de que, verdaderamente, pertenecemos a Dios. Habiendo oído y creído el evangelio de nuestra salvación, fuimos sellados en Jesús con el Espíritu Santo, que es otorgado como “garantía de nuestra herencia” (Efesios 1:13, 14; BA). Cada creyente puede tener esta seguridad (1 Juan 5:12, 13).
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Efesios 1:13 y 14. 
¿Qué significa estar sellados con el Espíritu? 

¿Por qué cosas te conocen?

Moisés tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Hebreos 11:26
En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar como maestro en Tianjin. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a hacer todo lo posible para el mejoramiento de la humanidad».
Para muchos, el mayor logro de Eric fue en la esfera deportiva, pero también se lo recuerda por su contribución a la juventud de Tianjin, en China, país en donde nació y al que amaba. Vivió y sirvió por fe.
¿Por qué cosas se acordarán de nosotros? Nuestros logros académicos, posición laboral o éxito financiero quizá nos concedan el reconocimiento de los demás, pero lo que perdurará después de que hayamos partido es el trabajo silencioso que hayamos hecho en la vida de otras personas.
Hebreos 11, el capítulo de la fe en la Biblia, recuerda a Moisés como alguien que prefirió ponerse del lado de los israelitas en vez de disfrutar de los tesoros de Egipto (verso 26). Guió y sirvió por fe al pueblo de Dios.

Señor, muéstrame hoy cómo puedo marcar la diferencia en la vida de los demás.
El éxito verdadero es la fidelidad a Dios.

sábado, 25 de marzo de 2017

¿Una vez salvo, siempre salvo?

¿Una vez que una persona es salva, es siempre salva? Cuando alguien llega a conocer a Cristo como su Salvador, es inducido a una relación con Dios que garantiza una salvación eternamente segura. Numerosos pasajes de la Escritura declaran este hecho:

Resultado de imagen de ¿Una vez salvo, siempre salvo?(a) Romanos 8:30 declara, “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. Este versículo nos dice que desde el momento en que Dios nos escogió, es como si fuéramos glorificados, porque Dios ya lo tiene propuesto en el cielo. No hay nada que impida al creyente ser glorificado un día, porque Dios ya lo ha propuesto en el cielo. Una vez que una persona es justificada, su salvación está garantizada – está tan seguro como si ya estuviera glorificado en el cielo.
(b) En Romanos 8:33-34, Pablo hace dos preguntas cruciales, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. ¿Quién va a presentar cargos contra los elegidos de Dios? Nadie, porque Cristo es nuestro abogado. ¿Quién va a condenarnos? Nadie, porque Cristo, Aquel que murió por nosotros, es el que condena. Tenemos como nuestro Salvador al abogado y al juez.

Discernimiento: El bisturí que necesitamos

Frente a la multitud de opciones que ofrece la vida en estos tiempos, requerimos de una visión clínica para tomar sabias decisiones.
Imagen relacionadaEl discernimiento es la habilidad de distinguir entre las versiones verdaderas y falsas de la realidad.
Poseer discernimiento es tener una clara percepción, buen juicio, y visión incisiva.
¡Verdaderamente, necesitamos líderes espirituales incisivos! Dicha palabra «incisivo» es muy interesante; la raíz de la misma significa «que corta» o «que penetra» (proviene del latín incidere: incidir). Es precisamente la idea que contiene el término griego del Nuevo Testamento, «discernimiento» (diakrino), que significa separación o distinción. Un líder con discernimiento examina los desafíos y las oportunidades con un bisturí espiritual y mental. Discrimina, sin ser discriminatorio. Juzga, sin ser sentencioso. Separa, sin dividir. 


Ejercer discernimiento es un trabajo delicado. Un líder con discernimiento observa la situación y no se apresura para juzgar, pero es suficientemente audaz como para separar, a la hora de evaluar, la realidad de la percepción. Un buen líder entiende que las percepciones son importantes, y que debe utilizarlas, pero sabe que lo que en realidad pesa es la verdad. Resulta tentador pensar que el liderazgo espiritual es algo subjetivo, en especial cuando hoy en día percibimos que existen distintas «verdades» de una situación dada (hasta «verdades» aparentemente contradictorias). No obstante, un cirujano en la sala de operaciones debe cortar con absoluta precisión el tejido correcto; un piloto que vuela por un valle debe distinguir con exactitud el terreno de ese valle; un ingeniero debe escoger el material indicado, que posea la rigidez y flexibilidad precisa para construir un edificio estable... Si el discernimiento incisivo es necesario para cuestiones físicas, cuánto más lo será para cuestiones espirituales.

¿Qué o c
uánto margen de error puede haber en el discernimiento espiritual? Seguramente cometeremos errores, pero nunca deberíamos cometerlos por ser demasiado apresurados u holgazanes a la hora de realizar el trabajo de discernir; trabajo que implica examinar, probar, comparar, consultar y orar. 

Quien confia en el Señor estará protegido

PROVERBIOS 29:25 “El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido.”
Millones de personas en la actualidad viven bajo las garras del miedo, del temor. Existen tres clases de miedos o temores: (1) Aquel que es natural y al mismo tiempo, nos preserva del peligro; (2) El temor de Dios, que es bueno y nos ayuda a reverenciar al Señor y (3) El temor destructivo, que nos paraliza y hace daño. Esta última clase de temor es el que no proviene de Dios y nos hace daño.

Los temores destructivos pueden ser causados por malas experiencias del pasado o circunstancias extremas. Es como si la persona quedara “marcada” y afectada para siempre. Nuestra sociedad es una sociedad temerosa, y a menos que vivamos del lado de Cristo, no podremos vivir libres de semejante atadura espiritual.
El versículo del principio nos muestra las dos caras de la verdad; los dos caminos que una persona puede tomar son: a) Por un lado, dejarse llevar por sus miedos o temores y vivir atado a ellos, siendo presa de los mismos. Esta persona caminará frustrada e impedida de disfrutar la vida. Por otro lado, b) Aquél que confía en el Señor, le entrega sus temores, y es protegido por Dios.
La única manera de vencer los temores es confiando en el Señor. La fe en Él es el mejor “anti-temor” que existe, pues nos da tranquilidad, paz y seguridad para enfrentar las circunstancias difíciles, y nos ayuda a ser MÁS que victoriosos. Confiar en el Señor nos hace vivir confiados aún en medio de las más severas tormentas de la vida. Ahora bien, temer o confiar es una decisión propia. ¿Tú ya has decidido de qué lado vas a vivir?
VIVO SIN TEMORES EN LA VIDA, PUES ESTOY DEL LADO DE CRISTO
¡Gracias, porque sólo en ti hay verdadera libertad de mis temores! En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.