El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. Proverbios 13:4.
Un día los visitaron unos parientes para que fueran en familia al zoológico. A la mañana siguiente, todos se levantaron muy temprano para prepararse y salir a buena hora.
—¡Levántate, Gabriel, es hora de irnos!, llamó la mamá. Pero como de costumbre, Gabriel no hizo caso y se confió.
Todos se distribuyeron en los diferentes coches y se fueron. Veinte minutos después, Gabriel despertó, y al levantarse, se dio cuenta de que nadie más estaba en casa. ¡Se habían ido! ¡Lo habían dejado solo!
Su mamá estaba muy preocupada, pero el papá señaló:
—¡Déjalo! Se ha perdido la diversión. Tiene que aprender la lección.
Todos se distribuyeron en los diferentes coches y se fueron. Veinte minutos después, Gabriel despertó, y al levantarse, se dio cuenta de que nadie más estaba en casa. ¡Se habían ido! ¡Lo habían dejado solo!
Su mamá estaba muy preocupada, pero el papá señaló:
—¡Déjalo! Se ha perdido la diversión. Tiene que aprender la lección.
A partir de ese día, ¿quién crees que era el que se levantaba primero en casa de Gabriel? ¡Pues sí, él mismo!
¿Tú también tienes problemas para madrugar y hacer las cosas a su hora? Pues es recomendable que uses una alarma (véase el reloj o el dispositivo que tenga la alarma), para que te recuerde la hora exacta de levantarte o hacer tus deberes.
¿Tú también tienes problemas para madrugar y hacer las cosas a su hora? Pues es recomendable que uses una alarma (véase el reloj o el dispositivo que tenga la alarma), para que te recuerde la hora exacta de levantarte o hacer tus deberes.
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