viernes, 2 de febrero de 2018

El Verbo divino

En el evangelio del apóstol Juan se lee una introducción teológica sobre el verbo, En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Juan 1:1. Es una expresión que hace alusión directa a la palabra de Dios, que genera vida y su materialización en Jesucristo, hijo de Dios hecho hombre.
Resultado de imagen de el verbo divinoEste concepto de verbo divino es, sin duda, una de las más profundas descripciones de la naturaleza inherente a Dios, en tanto palabra, en lo que pasó a ser (el Dios viviente) y lo que significó (sus enseñanzas). 
1. “En el principio era el verbo…”
a). El verbo, desde un punto de vista meramente lingüístico, se constituye en el valor intrínseco e inherente de cualquier enunciado. Sin él ninguna oración tendría un significado total. Podemos ver en este primer verso teológico de Juan, la importancia de establecer que el verbo se constituyó en el ser y/o estado espiritual en el cual las cosas fueron hechas.
b). El verbo es la parte más importante del lenguaje porque expresa acciones y estados: Así es como se puede justificar que la palabra haya existido desde el origen y principio de los tiempos. Por ella Dios ordenó a las cosas que existiesen, y por ella Él se manifestó ante sus hijos.
2. El verbo hecho carne
a. El verbo tiene el poder divino, manifestado a través de su corporeidad física y espiritual en Jesús: Esta palabra de Dios, profetizada por tantos hombres creyentes, se hizo realidad en Jesucristo, el hijo de Dios, en la forma humana.
b. “Jesucristo, imagen de Dios invisible” (Colosenses 1:15): Así el verbo se hizo carne y por lo tanto, la promesa se hizo realidad, como fiel reflejo del poder de la palabra de Dios.
3. La palabra de vida
a. Por el verbo Dios dio vida: la luz fue dada a la humanidad a través de cada una de las cosas creadas, y con énfasis en el cumplimiento de la palabra divina en Jesucristo.
b. La luz está fuertemente relacionada al renacimiento espiritual
  i. La palabra de vida en Jesús nos abre las puertas a un nuevo nacimiento espiritual. Es Jesús quien nace en nuestros corazones.
  • ii. Dar a luz es una expresión cabal y precisa en este sentido.
c. Esta luz también está aún presente entre nosotros: Dios a través de Jesucristo, y éste a través de su palabra están presentes entre nosotros.
Conclusión:
El verbo es la palabra divina de Dios. Esta palabra es y está desde siempre entre todas las cosas. Mediante ella fueron creadas todas las cosas y por ella Dios se manifestó a sus hijos.
Y por el amor infinito de Dios, su palabra de salvación se tornó en Jesucristo, quien a su vez, cumplió y transmitió la palabra de su padre. Esta comunión espiritual hace del verbo un concepto transcendental en nuestro entendimiento como cristianos y creyentes del Dios todopoderoso.

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