Es triste y lamentable que alguien al que considerabas tu amigo te decepciona de la peor manera. ¡Qué sorpresa tan grande es descubrir que lo que pensabas que era esa persona, era solo un espejismo! Y hoy, que lo ves tal cual es, sin máscaras ni maquillaje, solo puedes sentir un dolor profundo causado por la traición y la desilusión.
A veces tenemos en nuestra lista, a supuestos amigos que si no ven, no creen. Que prometen que estarán contigo, pero cuando llega el momento critico, se esconden, abandonan, huyen o desaparecen. Olvidan sus promesas, faltan a su integridad. Esos dolores son parte de la vida. En el mundo siempre habrá gente así. Más no los odies, mejor eleva una plegaria a Dios por ellos y, aunque sea difícil, deséales lo mejor. Porque si decides desear lo peor para ellos, solamente lograrás atraer a tu vida la negatividad y los sentimientos que destruyen el alma. Ya ves que la vida es un boomerang, lo que sembrares un día recogerás.
Aunque muchos te fallen, puedes recordar con humildad que Dios sigue siendo tu mejor amigo. Nunca te fallará, ni te abandonará. El solo pensar eso debe reconfortar tu alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario