Es triste y lamentable que alguien al que considerabas tu amigo te decepciona de la peor manera. ¡Qué sorpresa tan grande es descubrir que lo que pensabas que era esa persona, era solo un espejismo! Y hoy, que lo ves tal cual es, sin máscaras ni maquillaje, solo puedes sentir un dolor profundo causado por la traición y la desilusión.
Aunque Jesús sabía que Judas lo traicionaría, eso no evitó que en su corazón Él sintiera angustia, dolor y pesar. De la misma manera debió sentirse cuando Pedro lo negó en tres ocasiones, o ante la incredulidad de Tomás cuando no creyó ante Él que había resucitado. Habían caminado y estado con Jesús, y sin embargo no lo conocían plenamente. En momentos en que la amistad no había sido suficiente, sintieron temor o incredulidad y se dejaron llevar por ellos.
A veces tenemos en nuestra lista, a supuestos amigos que si no ven, no creen. Que prometen que estarán contigo, pero cuando llega el momento critico, se esconden, abandonan, huyen o desaparecen. Olvidan sus promesas, faltan a su integridad. Esos dolores son parte de la vida. En el mundo siempre habrá gente así. Más no los odies, mejor eleva una plegaria a Dios por ellos y, aunque sea difícil, deséales lo mejor. Porque si decides desear lo peor para ellos, solamente lograrás atraer a tu vida la negatividad y los sentimientos que destruyen el alma. Ya ves que la vida es un boomerang, lo que sembrares un día recogerás.
Deja que el tiempo cicatrice las heridas que esas personas te han producido, y no te estanques en las preguntas y lamentos, sigue marchando hacia adelante. Mira que por cada ser humano que traiciona, deben existir 20 personas mejores, y la vida me dará la hermosa oportunidad de tropezar o coincidir con alguno de ellos.A veces tenemos en nuestra lista, a supuestos amigos que si no ven, no creen. Que prometen que estarán contigo, pero cuando llega el momento critico, se esconden, abandonan, huyen o desaparecen. Olvidan sus promesas, faltan a su integridad. Esos dolores son parte de la vida. En el mundo siempre habrá gente así. Más no los odies, mejor eleva una plegaria a Dios por ellos y, aunque sea difícil, deséales lo mejor. Porque si decides desear lo peor para ellos, solamente lograrás atraer a tu vida la negatividad y los sentimientos que destruyen el alma. Ya ves que la vida es un boomerang, lo que sembrares un día recogerás.
Aunque muchos te fallen, puedes recordar con humildad que Dios sigue siendo tu mejor amigo. Nunca te fallará, ni te abandonará. El solo pensar eso debe reconfortar tu alma.
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