Así que, los que
recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil
personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
La vida de los primeros
cristianos
Sobrevino temor
a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los
apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en
común todas las cosas: vendían sus propiedades y sus bienes y lo
repartían a todos según la necesidad de cada uno. Perseveraban
unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos
con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que
habían de ser salvos. (Hechos 2;41:47)
Cuando hablamos de iglesia, nos referimos
al plan divino según el cual, Dios mismo la usaría para llevar a cabo Sus
planes en todos los tiempos. Hoy en día, podemos ver muchos grupos llamados
iglesias, hay tantos... dice la letra de una canción.
Pero, ¿cuál de todos ellos son en verdad la iglesia de Cristo?
¿Qué mueve a una iglesia? ¿Cuál es su
propósito?:
1. Una iglesia movida por la tradición: es aquella iglesia cuyo eslogan
es: siempre lo hemos hecho de esta manera.
2. Una iglesia movida por las finanzas: ¿cuánto costará? En
este tipo de iglesias lo más importante son las finanzas y quizá no las
personas. Pero la iglesia no está para producir finanzas. Lo importante no es
cuánto tenemos en el banco sino más bien a cuántos hemos librado del infierno.
3. La iglesia movida por los edificios: pagar y mantener el edificio lo más
hermoso posible es la meta de esta iglesia. Muchas de estas iglesias no crecen
debido a que la prioridad es el edificio. Quizá el mismo sea pequeño y la
congregación no crece en número...
¿Pero realmente, qué debe mover tu iglesia? El mejor modelo a buscar lo
encontramos en el libro de los Hechos. Lucas, su escritor, en el pasaje arriba
indicado, nos describe una iglesia centrada en prioridades espirituales que
tristemente, hemos olvidado hoy día. A la luz de la Palabra, la Biblia,
que debe ser nuestra norma de fe, conducta y autoridad final en nuestra vida,
encontramos propuestas que toda iglesia sana debe obedecer y seguir:
Primero, enseñanza bíblica (Perseveraban en la doctrina de los apóstoles….Hechos 2:42). Perseverar significa, constancia, dedicarse asiduamente, lo que apunta al fervor y dedicación de los primeros discípulos del cristianismo. Pero cuando la enseñanza es suplantada por otras cosas, nos hacemos una iglesia débil. El crecimiento cristiano debe ir marcado por el deseo intenso de saborear la palabra de Dios. Desead como niños la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación (1 Pedro 2:2). La iglesia no está para entretener sino para edificar y la mejor manera para hacerlo, es por medio de una sana enseñanza.
Segundo, un ministerio de servicio (Mateo 20:25-28).
Sin duda alguna, ese debe ser un distingo de la iglesia. Servir fue el
modelo que vemos en Jesús, y sus seguidores debemos imitarlo. Tristemente,
vemos como a personas que están al frente de ministerios, no se ve en ellos el
llamado a servir. Pero toda iglesia de Dios, es llamada a servir a todo aquel que se
acerca a ella. El pasaje de Mateo 20, es interesantísimo por el llamado de
atención de Jesús a sus discípulos, como también por la reacción de enojo de
diez de ellos. Se notaba un espíritu de competencia entre ellos y ninguno
estaba dispuesto a ceder los primeros lugares. La exhortación de Jesús les tomó
por sorpresa ...el que quiera hacerse grande entre vosotros, será
vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro
siervo. ¿Serían palabras olvidadas? Quizá sí, muchos han
seguido el espíritu de Diótrefes, al cual le gusta tener el primer
lugar entre ellos…. (3 Juan 1;9). Alejemos de nuestras
iglesias a personas tipo Diótrefes, que buscan los primeros lugares pero no el
servir. Ambas situaciones no son similares.
Tercero, una adoración genuina (Juan 4:24). Toda
iglesia sana debe promover una adoración sana. De cierta modo, hemos entrado
en una crisis por la calidad de los adoradores. Hoy en día el ministerio de
música se ha comercializado y lo que no vemos es adoración genuina. Sin
discutir que debemos sostener los ministerios musicales, estos se han extremado
con muchos requerimientos antes de aceptar una invitación. O sea, los costes para
promover un cantante agregado a la adoración misma, el deber de cumplir sus
expectativas, como ser una ofrenda con cierta cantidad de fieles; asegurar un
número determinado de asistentes a sus presentaciones y su música para vender,
entre otros. Pero lo menos que vemos en ello, es el llamado que Jesús hace a la
mujer samaritana en Juan 4:23-24. Adorar en espíritu y en
verdad. Con espíritu es con el uso de nuestros sentimientos. Lo
interno de nuestra vida, y que sea genuino (no apariencias). Que sea verdadero,
adorar siguiendo las normas bíblicas (Apocalipsis 4:10-11, 5:9-14). Dios
ve nuestro corazón en el momento de adorarlo. Como iglesia, ¿estamos cumpliendo
las cualidades de una iglesia sana? Recordemos, sana enseñanza,
ministerio de servicio y una adoración genuina son, entre otras, algunas
cualidades de una iglesia sana. Bendiciones a todos.
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