Vida cristiana en 3D

La batalla espiritual no es una lucha de poder a poder entre el bien y el mal como lo presentan las películas. Si bien Satanás es un enemigo real, no batallamos con él directamente, sino que lo reprendemos, porque la Biblia dice que él ya fue derrotado en la cruz. Eso sí, nos induce al mal, pero la batalla espiritual se desarrolla en nuestra mente y los enemigos a vencer son nuestra carne y el mundo.
Todas las costumbres, manías y mañas que adquirimos como forma de vida, pero que en nuestra vida en Cristo no forman parte de ella, son las que afectan a nuestro crecimiento espiritual. Veamos ahora como obtener la victoria en este campo.

Primero DETECTARLO. (Gálatas 5;16) Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”.
Reconocer el problema. Todo lo que Dios dice en su Palabra acerca de ese problema o área que debemos cambiar. Ejemplo, lea: Levítico 19:16

Debo comprobar si lo que hago es respaldado por la verdad de Dios. Muchos hábitos y costumbres pecaminosas están tan arraigados en nuestra vida que pensamos que son normales, o que ya nosotros somos así y no hay otra opción. Esposas o esposos que dicen “así me conoció, pues que me aguante”, “o personas que dicen “el que me quiera que me acepte así”, haciendo referencia a que los demás estamos obligados a soportar su mal comportamiento. Sí es cierto que Jesús nos acepta tal como somos, pero su interés es que no sigamos igual.

Segundo RECONOCERLO (verso 16) “…Andad en el Espíritu…

No justificar nuestras acciones. No debemos acomodar la palabra a nuestro criterio para sacar provecho de nuestra forma errónea de vivir. Debemos morir a nosotros mismos.

Es vergonzoso escuchar que muchos lideres justifican sus acciones tergiversando la Palabra. O personas que ven la Palabra como un juego.

Asumir que “Dios quiso decir eso”, es un riesgo y un error que muchas veces cometemos.

Ejemplos:

• Adán se justificó y trajo condenación a su vida. (Génesis 3:10-12)
• Jesús glorificó al Padre por medio de su obediencia. (Juan 12:23-25)
• No debemos amar al mundo ni las ideologías del mundo. (Romanos 12:2) No conformarnos a este siglo.

Tercero DESNUTRIRLO (verso 16) …no satisfagáis los deseos de la carne…”

Alejarnos de lo que nos corrompe, no alimentarlos de forma que ellos nos dominen. Muchas veces jugamos con el pecado.

Caminamos al borde del precipicio pensando que no nos caeremos o que Dios está obligado a salvarnos del desastre. Parecemos el niño al que papá le dice “no metas el dedo en la toma de corriente”. Debemos cuidar nuestra mente y alma.

¿Qué dejamos que entre en nuestra cabeza?

• - No deben reinar en nosotros. (Romanos 6:12)
• - No acariciar la posibilidad de pecar. (Santiago 1:14)

Conclusión:

ES NUESTRA RESPONSABILIDAD andar en el espíritu. Dios ya hizo todo a través de Jesucristo. Nos queda a nosotros nuestra parte.
Así como dijo Jesús:  “…ve y haz tú lo mismo…” Lucas 10:37