miércoles, 22 de febrero de 2017

El faro

A ordenar que a los afligidos de Sión se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Serán llamados “Árboles de justicia”, “Plantío de Jehová”, para gloria suya. Isaías 61:3
La existencia de un único centro misionero evangélico en Ruanda, llamado «Faro», representa la redención allí. Está ubicado en un terreno donde el presidente del país tenía una casa espléndida durante el genocidio de 1994. Sin embargo, resulta paradójico que esta estructura fue construida por cristianos, para ser un faro de luz y esperanza. Alberga un instituto bíblico, donde se prepara a una nueva generación de líderes cristianos, un hotel, un restaurante y otros servicios para la comunidad. De las cenizas, ha surgido vida nueva. Los que construyeron el Faro se inspiran en Jesús como su fuente de esperanza y redención.
Cuando Jesús fue a la sinagoga de Nazaret en el día de reposo, leyó del libro de Isaías y anunció que Él era el Ungido que proclamaba el favor del Señor (ver Lucas 4:16-21); el que había venido a sanar a los quebrantados y ofrecer redención y perdón. Jesús es la belleza que surge de las cenizas (Isaías 61:3).
Al descubrir las atrocidades que se cometieron durante el genocidio en Ruanda que se cobró más de medio millón de vidas, no sabemos qué decir, pero sí sabemos que el Señor puede redimir las atrocidades… aquí o en el cielo. Aquel que concede óleo de gozo en lugar de luto, da esperanza en medio de las situaciones más sombrías.

Señor, muestra tu misericordia a los que sufren.
Jesús vino a traernos esperanza en medio de las circunstancias más oscuras.

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