No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Lucas 5:32
El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10
El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10
Un indio de la casta más alta de la sociedad hindú, cada día leía en alta voz pasajes del Bhágavad-guitá, texto religioso muy conocido en la India. Lo que leía sobre el dios Krishna le fascinaba. Cierto día, una frase del cuarto capítulo de ese libro lo turbó: «Krishna vino para salvar al justo y para condenar al pecador».
Volvió a leer esta frase y, desesperado, cerró el libro. Le pareció que su destino era ineludible. Krishna condenaba al pecador. Yo soy un pecador, se dijo. Por lo tanto no hay salvación posible para mí.
Poco tiempo después escuchó a un misionero hablar de Jesucristo, quien vino al mundo para salvar a los pecadores. Esto despertó mucho su interés, tanto que se puso a leer la Biblia y empezó a dudar de sus convicciones. Durante algunos meses, tuvo luchas espirituales muy intensas.
Mas un día, leyendo la Biblia, halló el siguiente versículo: “Nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:12). ¡Entonces lo comprendió todo!
–¡Éstas son las palabras de un Dios que me ama, que puede perdonar mis pecados porque Jesucristo vino a la tierra a morir por mí!
Como este indio, vayamos al Dios de gracia y aceptemos con fe la salvación y al Salvador. Así, la incertidumbre desaparecerá y la paz llenará el corazón.
“Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro” (Deuteronomio 4:39).
“Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro” (Deuteronomio 4:39).
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