sábado, 21 de mayo de 2016

¿No es justo?

Este fin de semana la palabra JUSTICIA apareció en más de una ocasión en la conversación que mantuve con una amiga. Analizábamos ciertas circunstancias de su vida y las contrastábamos con otras vividas por mí, y en más de una ocasión salió de su boca la aseveración “no es justo”. En un primer momento estuve plenamente de acuerdo con su afirmación, pero después de un par más de charlas de nuestra conversación, ya no estaba tan segura. Ahora lo estoy mucho menos.
Creo que si juzgáramos nuestra vida bajo este concepto sentiríamos que ha habido muchas cosas “poco justas” en ella. Tal vez alguien en quien confiábamos nos falló, o dedicamos demasiado tiempo en un proyecto que finalmente no prosperó, etc. Estos “fracasos” pueden hacernos pensar que la vida ha sido poco justa con nosotros, y que no ha retribuido como querríamos nuestra entrega tan abnegada. Aún así me incomoda tratar el tema de “justicia” con mucha ligereza. Y no porque crea o no en ella, sino porque me cuesta creer que mi naturaleza humana pueda definir qué es lo justo y qué no.
Si pienso en la condición de miles de niños sin padres, producto de las guerras en los países del medio oriente, me parece que es injusto, porque ellos no tuvieron la posibilidad de escoger dónde nacer; pero si ese mismo concepto lo aplico para pensar en si el sueldo que gano es justo o no con respecto a mi trabajo, no sé si es aplicable o tiene la misma fuerza.
Quizás me estoy metiendo donde no me llaman, pero creo que la única forma de evaluar qué es lo justo y qué no lo es, es a partir de un ideal de justicia, de un modelo de ésta. Cuando busco a alguien con estas características, la única persona que se aparece en mi mente es Jesús. Él fue ejemplo de justicia en la tierra. Cuando iban a apedrear a la mujer adúltera, porque era “justo” hacerlo según la ley judía, Él increpó a los hombres solo con la declaración “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Él no hizo un análisis filosófico del concepto de justicia, o si la ley decía o no que esta mujer debía morir. A Él le pareció que NO ERA JUSTO que otros hombres, pecadores como ella si podemos llamarlos así, decidieran QUÉ ERA LO JUSTO en ese momento.
Realmente Jesús me revuelve el sentido, pues es tan extraordinario lo que Él hace en ése, no perdón, en cada momento, que trastorna y modifica plenamente lo que entendíamos por justicia. Pero eso no es todo, cuando la ley decía que era JUSTO que tú y yo muriéramos a causa de nuestros pecados, ÉL DECIDIÓ HACER JUSTICIA A TRAVÉS DE SU MUERTE. Si esto no nos logra impresionar, ¿qué podría hacerlo? Porque quien encarna la justicia realizó el acto menos justo de todos: morir por algo que no le correspondía.

¿Es justo o no lo que estás viviendo?

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