domingo, 22 de mayo de 2016

Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación

EFESIOS 1:17-19  “Pido que DIOS les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que DIOS da al pueblo santo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes.”
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Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre honorable fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad, el auténtico asesino era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró buscar un chivo expiatorio para encubrir al verdadero culpable. Así que el hombre honesto e inocente fue llevado a juicio, sabiendo de antemano que tendría escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto: ¡la horca!
El juez cuidó, no obstante, de dar al juicio todo el aspecto de justicia, y por ello le dijo al acusado: -“Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del SEÑOR, vamos a dejar en manos de ÉL tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable o inocente. Tú escogerás una y será la mano de DIOS la que decida tu destino”-.
Por supuesto, los manejos corruptos habían escrito en los dos papeles la palabra ‘CULPABLE’, y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. El hombre respiró profundamente, quedó en silencio por unos segundos, con los ojos cerrados, y se dirigió a DIOS en oración. Cuando la sala comenzaba a impacientarse, abrió los ojos, y con una extraña sonrisa hizo su elección. Tomó uno de los papeles y, llevándolo a su boca, rápidamente se lo tragó.
Sorprendidos e indignados, los presentes protestaron airadamente: –“¿Pero qué hizo? Y ahora, ¿cómo vamos a saber el veredicto?”
“Es muy sencillo”-, respondió el hombre. –“Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que yo elegí”.
Refunfuñados y con enojos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.
“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Albert Einstein
¡Oh DIOS!, te ruego que cuando esté en momentos de crisis me ayudes a recurrir a ti, para que me des el Espíritu de sabiduría y de revelación, y así pueda obtener la solución a mis problemas, y reciba esa paz y tranquilidad que solo Tú la puedes dar. Por Cristo Jesús, amén.

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