sábado, 21 de mayo de 2016

Cuando te Sientas Estresado

Hace algunos años fui al doctor porque estaba constantemente enferma. Me dijo que los síntomas eran consecuencia de estar estresada. Estaba durmiendo mal, alimentándome inadecuadamente y exigiéndome más y más, eso sí, todo en nombre del servicio al Señor.
La palabra estrés era originalmente, un término de ingeniería usado para referirse a la cantidad de fuerza que un balancín u otro soporte físico, podía soportar bajo presión sin colapsar.
En nuestro tiempo el término estrés ha sido ampliado e incluye la presión mental y emocional.
El estrés es algo normal en la vida de todos. Dios nos ha creado con la capacidad de sobrellevar una cierta cantidad de presión y tensión. El problema estriba en cuando nos esforzamos más allá de nuestras limitaciones, lo que nos puede llegar a ocasionar un daño permanente.
Por otra parte, la paz está destinada a ser la condición natural de todo creyente en Jesucristo. Él es el Príncipe de Paz, y en Jesús encontramos, como coherederos, nuestra herencia de paz.
Es un fruto del Espíritu Santo que Éste nos da cuando vivimos en obediencia a su Palabra.
La paz que Dios da se manifiesta en tiempos buenos o malos, cuando hay abundancia o escasez. Su paz opera en medio de la tormenta.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

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