Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 ya que es persona de doble ánimo e inconstante en todos sus caminos. Santiago 1:5-8
El apóstol Santiago, habla aquí en este versículo, de una persona identificada como un hombre de doble ánimo. Esta persona está en todos los extractos sociales, en la política, en la economía, en la educación y hasta en la Iglesia; encaja con el dicho popular “En la viña del Señor hay de todo”.
Veamos con detenimiento qué tiene que decirnos el Espíritu Santo a través de esta epístola del apóstol Santiago.
- Es inconstante en todos sus caminos.
- Es una persona inestable por naturaleza, no puede agradar a Dios.
- Es una persona que sufre una dicotomía por dos direcciones opuestas.
- Es una persona con la mente y voluntad dividida y opuestas.
- Es una persona cuya lealtad está dividida por su falta de sinceridad, y vacila entre la fe, la duda y la incredulidad (verso 6).
- El hombre de doble ánimo, es semejante al concepto que le da la Psicología moderna, o sea, una persona que sufre del trastorno de bipolaridad; que tiene doble personalidad.
2) Los efectos del hombre de doble ánimo (verso 8b)
- El hombre de doble ánimo, está involucrado con el viejo hombre, está dominado por él (Efesios 4:22).
- Pablo identifica al hombre de doble ánimo como el cristiano niño en Cristo (1 Corintios 3:1), es decir, es la persona que sigue primero las normas de este mundo (Romanos 12:2).
- El hombre de doble ánimo sirve a dos señores (Mateo 6:24).
- El hombre de doble ánimo está divorciado de Dios y casado con el mundo (Santiago 4:4).
- El hombre de doble ánimo es un oidor olvidadizo (Santiago 1:22-24).
3) Ejemplo del hombre de doble ánimo (verso 8c)
Juan Marcos reúne el perfil del hombre de doble ánimo. Fue sobrino del apóstol Pedro y de Bernabé, (Colosenses 4:10). Este joven quería ser misionero e implicarse en las misiones, y acompañó a Pablo y a Bernabé en el primer viaje misionero, (Hechos 12:25; 13:4-5) para recorrer los lugares en la obra misionera.
Pero Juan Marcos vio la cosa dura y difícil de continuar, tiró la toalla y desertó del equipo de ministerio del apóstol Pablo. Bernabé consultó con Pablo para darle otra oportunidad a Juan Marcos, cosa que Pablo no aceptó, lo cual fue motivo de un gran desacuerdo entre Pablo y Bernabé; tal fue así que se separaron. Pablo tomó a Silas como compañero y Bernabé tomó a Juan Marcos, y fueron a lugares diferentes. (Hechos 15:36-41).
Pasaron 12 años después de este incidente. Juan Marcos maduró y cambió notablemente, dejó de ser hombre de doble ánimo hasta el punto que Pablo cambió de parecer (Colosenses 4:10), verso en el que Pablo habla de él positivamente y lo trata de compañero fiel. (Filemón 1;24).
Posteriormente pasaron otros 5 años más de un total de 17 años en total, para la transformación de Juan Marcos (2 Timoteo 4:11). Pablo le decía a Juan Marcos que él era de gran utilidad y buen provecho para su ministerio.
Juan Marcos se convirtió en un líder extraordinario que superó su doble ánimo, muy influenciado por Bernabé, Pablo y Pedro; porque Juan Marcos sirvió de relator del primer evangelio, que lleva su nombre y dicho o relatado por Pedro. Al mismo tiempo, su evangelio sirvió de base para el médico Lucas, y para que Mateo escribiera el resto del evangelio en forma sinóptica.
Conclusión:
¿Cómo está su comunión con Dios y con Cristo? ¿Se identifica con este mensaje? Es posible que si estás luchando con el viejo hombre, seas ése hombre de doble ánimo que hay que vencer con el poder del Espíritu Santo.
Si te caes es para levantarte, si te levantas es para seguir, y si sigues es para llegar a la meta; y si llegas es con la fortaleza que Dios te da.
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