¡Un hecho sin precedentes está a punto de ocurrir! La Palabra de Dios, que nos revela las grandes líneas de los acontecimientos futuros, nos da a conocer la promesa que nuestro Salvador hizo a sus discípulos y a todos los suyos: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3).
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo” (Juan 17:24).
Las cartas del Nuevo Testamento nos hablan sobre este acontecimiento: “Todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos… los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51-52). En Apocalipsis hallamos cuatro veces la promesa de Jesús: “Yo vengo pronto” (Apocalipsis 3:11; 22:7, 12, 20). Cada creyente, cada hijo de Dios que se ha beneficiado de la obra de Jesús mediante la fe en Él, formará parte del cortejo de redimidos que primeramente serán llevados a la casa del Padre, y luego aparecerán con el Señor Jesús el día de su triunfo real.
“Y el Espíritu y la Esposa (la Iglesia) dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven” (Apocalipsis 22:17). ¿Puede usted decir esto con todos los que aceptaron la gracia de Dios?
¿Está esperando usted ese próximo evento?
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