martes, 1 de marzo de 2016

Adicción

¿Cómo llegó aquí? ¿Cuándo acabará? La adicción es algo poderoso. Te consume y te hace sentir que no tienes el control de nada. Puede presentarse en forma de alcohol, otras drogas duras, apuestas, pornografía, desórdenes alimenticios o cualquier otro comportamiento enfermizo. Y te afecta de una manera física, emocional, social y espiritual.
Pero para cualquier cosa a la que estés atado, existe ayuda. No tienes por qué sentirte avergonzado, destrozado o vacío. Dios nos promete en la Biblia, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Él desea liberarte y darte una nueva vida en Su Hijo, Jesucristo. En tu debilidad, Él es fuerte, y ofrece una esperanza real y duradera.
Cristo también fue tentado y sabe por lo que estás pasando. Cuando pones tu confianza en Él, puedes estar seguro de que Él te ayudará a romper las cadenas que te están atando. 
He aquí algunos pasos que te permitirán liberarte de tu adicción:
- Si nunca habías pensado que encontrarías satisfacción y propósito en una relación con Jesucristo, hazlo ahora. Y si ya diste tu vida a Cristo, hazlo a Él tu máxima prioridad.

– Admite tu responsabilidad. Sin importar tu situación, en algún punto atrás decidiste tomar alcohol, drogas, ver pornografía, etc. Tú eres responsable de tus decisiones.


– Rompe lazos con amigos y lugares que te conecten a tu adicción. Esto ayudará a reducir la tentación y hará más fácil la recuperación. La Biblia dice: “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios saldrá mal parado” (Proverbios 13:20).


– Pide a Dios fuerza para ayudarte a vencer tu adicción. Todo mundo lucha con la tentación, pero como dice 1 Corintios 10:13, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.


– No te sorprenda que tu familia o amigos dude
n de tu recuperación. Si la adicción ha dominado tu vida, seguramente ellos han tenido que lidiar con tus promesas rotas y con una constante desilusión. Dale tiempo a ellos para ver tu nueva persona.
– Recuerda que ser cristiano no implica ser perfecto. Posiblemente recaerás en tus viejas costumbres, pero tan pronto como lo hagas, pide perdón a Dios y que te limpie de tu adicción. 1 Juan 1:9 dice; “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
– Lee y estudia la Palabra de Dios, la Biblia. Involúcrate en una iglesia fundamentada en la Biblia y establece relaciones de amistad sanas. La Biblia dice, “que si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiastés 4:10). 
– Muy a menudo es necesario lidiar con las causas que originaron la adicción para poder vencerla. Busca una mayor orientación de un pastor, de un consejero cristiano o de alguna clínica local.

– Nadie puede prometer que la recuperación será fácil, pero Cristo estará a tu lado ofreciéndote el fundamento necesario para mantenerte de pie. Recuerda, “porque nada hay imposible para Dios”. (Lucas 1:37).

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