Creer, esperar, tener fe, son palabras que se dicen sencillas y con mucha facilidad, pero cuesta mucho tenerlas cuando se pasa por momentos verdaderamente difíciles, cuando todo lo vemos desde la perspectiva más complicada y dolorosa. Muchos decimos que creemos, pero cuando se nos presenta una situación difícil nos damos cuenta que la medida de fe que decíamos tener, es mucho menor de lo que creíamos.
Quizá cansado de tanto esperar has dejado de creer, o ha pasado tanto tiempo que piensas que ya no vale la pena seguir esperando algo que no sabes si llegará, o puedes pensar que tu tiempo de espera está llegando a su limite, pero seguramente has escuchado o leído antes: DIOS TIENE EL CONTROL DE TODO, no hay nada que se le escape, ni siquiera el más mínimo detalle. Aunque ahora no lo estés viendo, Él está haciendo su parte, está obrando, pero no puedes dejar de hacer la tuya, y esa es NO DEJAR DE CREER.
A veces estamos muy cerca de lograr llegar al fin de nuestra situación anhelada, pero como ya ha pasado tanto tiempo y tantas cosas, nos sentimos cansados de creer, nos desesperamos y creemos todo lo que nuestros pensamientos nos dicen. También escuchamos las opiniones de los demás, vemos lo que les ha sucedido a otras personas en nuestra misma situación, o simplemente vemos que las cosas no mejoran y terminamos por creer todo menos lo más importante, LO QUE DIOS ESTÁ HACIENDO.
No dudes más, olvídate de todo lo que has escuchado o visto que sucede con personas en tu situación porque tú no eres como los demás. El hecho de que alguien más vivió una situación como la tuya y no acabó bien, no quiere decir que te sucederá lo mismo y te irá igual o peor; si tú crees que Dios puede hacer algo nuevo y diferente contigo, ¡adelante! Que nada te detenga, que tu fe no dependa de lo que ves, sino de lo que sabes que Dios hará en tu vida.
A veces es muy fácil creer las cosas negativas, tanto que acaban con tu confianza, porque en las dificultades y en la tristeza somos presa fácil de ellas, pero Dios siempre estará presente para que también sepas que nunca va dejarte, que si ha pasado tiempo es porque aún está trabajando en tu petición. Hoy sientes cansancio, desánimo y has estado a punto de dejar de creer, pero Dios todavía tiene algo que mostrarte, y el momento perfecto para entregártelo en tus manos.
Quizá cansado de tanto esperar has dejado de creer, o ha pasado tanto tiempo que piensas que ya no vale la pena seguir esperando algo que no sabes si llegará, o puedes pensar que tu tiempo de espera está llegando a su limite, pero seguramente has escuchado o leído antes: DIOS TIENE EL CONTROL DE TODO, no hay nada que se le escape, ni siquiera el más mínimo detalle. Aunque ahora no lo estés viendo, Él está haciendo su parte, está obrando, pero no puedes dejar de hacer la tuya, y esa es NO DEJAR DE CREER.
A veces estamos muy cerca de lograr llegar al fin de nuestra situación anhelada, pero como ya ha pasado tanto tiempo y tantas cosas, nos sentimos cansados de creer, nos desesperamos y creemos todo lo que nuestros pensamientos nos dicen. También escuchamos las opiniones de los demás, vemos lo que les ha sucedido a otras personas en nuestra misma situación, o simplemente vemos que las cosas no mejoran y terminamos por creer todo menos lo más importante, LO QUE DIOS ESTÁ HACIENDO.
No dudes más, olvídate de todo lo que has escuchado o visto que sucede con personas en tu situación porque tú no eres como los demás. El hecho de que alguien más vivió una situación como la tuya y no acabó bien, no quiere decir que te sucederá lo mismo y te irá igual o peor; si tú crees que Dios puede hacer algo nuevo y diferente contigo, ¡adelante! Que nada te detenga, que tu fe no dependa de lo que ves, sino de lo que sabes que Dios hará en tu vida.
A veces es muy fácil creer las cosas negativas, tanto que acaban con tu confianza, porque en las dificultades y en la tristeza somos presa fácil de ellas, pero Dios siempre estará presente para que también sepas que nunca va dejarte, que si ha pasado tiempo es porque aún está trabajando en tu petición. Hoy sientes cansancio, desánimo y has estado a punto de dejar de creer, pero Dios todavía tiene algo que mostrarte, y el momento perfecto para entregártelo en tus manos.
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