jueves, 10 de septiembre de 2015

No me pidas que te deje

Rut 1:15-22.
RUT, UNA CHICA DETERMINADA 
Ella decide permanecer con su suegra. Tienes que estar muy determinada para quedarte con tu suegra.

Noemí insiste para que ella vuelva, no quiere que Rut desperdicie su joven vida quedándose con una vieja como ella. Sin embargo, Rut le da una respuesta que la deja "de piedra" y le rompe en mil pedazos todos sus argumentos. ¡Fin de la discusión!
16 Rut respondió:
—No me ruegues que te deje
y me aparte de ti,
porque a dondequiera que tú vayas, iré yo,
y dondequiera que vivas, viviré.
Tu pueblo será mi pueblo
y tu Dios, mi Dios.
17 Donde tú mueras, moriré yo
y allí seré sepultada.
Traiga Jehová sobre mí
el peor de los castigos,
si no es sólo la muerte lo que hará separación entre nosotras dos.
La respuesta de Rut nos ayuda a pensar en varias cosas importantes:
-Volver atrás no es una opción.
-¿Volver a donde estuve antes? ¡No!
-¿Volver al pasado, a lo que me lastimó y traicionó? ¡No!
-¿Volver al recuerdo del dolor, de la pérdida, del sufrimiento? ¡No!

-¿Volver a las discusiones, las peleas y los gritos? ¡No!
-¿Volver al lugar donde no fui amada, ni cuidada ni respetada? ¡No!
-¿Volver a abortar y sufrir por mi error? ¡No!
-¿Volver a las drogas, al porno, a acostarme con cualquiera? ¡No!
-¿Volver a sentirme “invisible” para todos, ignorado y rechazado? ¡No!
-¿Volver con chicos y chicas que no me ayudan a ser mejor? ¡No!
-Volver no es una opción. ¡Yo no vuelvo a mi pasado!
Somos un equipo. De dos en dos es mejor.
Rut había descubierto en Noemí a una mujer de bendición. No era solo su suegra, era también su mamá espiritual, su amiga, su confidente. Juntas podrán lograr lo que solas no pueden. ¡Ni loca te dejo y me aparto de ti!
¿A quiénes sigues? ¿Con quiénes te asocias? ¿Con quiénes te relacionas? ¿A quién le abres tu corazón y le cuentas tus cosas más íntimas? ¿De quiénes aprendes? ¿A quiénes les pides consejos?
Necesitas una persona con el espíritu de Noemí que te acepte, que te enseñe, que te guíe, y cuando la encuentres “pégate” a ella y aprende todo lo que tenga para enseñarte. No pienses que ya las sabes todas y que no necesitas de nadie. Sé humilde y aprende de la gente de bendición. No tengas miedo de expresar tus dudas y de preguntar lo que no entiendes.
Lealtad hasta el fin compartiendo todas las cosas (versos 16-17).
Tu destino, tu parentela, tu pueblo, tu Dios, ¡y hasta tu lugar de muerte!, también serán los míos. Rut estaba absolutamente determinada a seguir los pasos de Noemí y a no abandonarla, sin importar lo que sucediera en adelante.
Hay personas que te abandonarán, te rechazarán, te ignorarán y nunca te tendrán en cuenta para nada. Otras no te serán fieles ni leales. Otras ni siquiera te darán una segunda oportunidad. ¡Perdónalas y déjalas ir!
Sécate las lágrimas, deshecha el dolor, ponte de pie nuevamente, enfócate en tus sueños ¡y abre tus ojos!, porque ahí están los que Dios trae para bendecirte, acompañarte, cuidarte, valorarte, y amarte hasta el fin, y para que tú, al mismo tiempo, seas de bendición para cada uno de ellos.

18 Al ver Noemí que Rut estaba tan resuelta a ir con ella, no insistió.
¡Claro! La escuchó. No la ignoró ni la sermoneó, no le dio 25 razones por las cuales tenía que dejarla y volver con su familia, ¡no! Noemí la escuchó tratando de entender el corazón de Rut. ¡Qué hermoso es que alguien te escucha de verdad y trata de entenderte! Todos necesitamos ser escuchados. La escucha nos da estima, nos sentimos parte de un grupo, la escucha nos da pertenencia.
Rut se sentía parte de Noemí, y Noemí con su actitud de escuchar, confirmó esa sensación de pertenencia en el corazón de Rut.
VOLVER A LA “CASA DE PAN”
19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta llegar a Belén.
Cuando entraron en Belén, toda la ciudad se conmovió por su causa, y exclamaban:
—¿No es esta Noemí?
Imagínate que después de 10 años vuelven a tu barrio esos vecinos con los que solías hablar o jugar al fútbol, ¡gran y grata sorpresa! Algo así sucedió con los vecinos de Belén cuando vieron regresar a Noemí… y no venía sola.
20 Pero ella les respondía:
—¡No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura!
21 Me fui llena,
con las manos vacías me devuelve Jehová.
¿Por qué aún me llamáis Noemí,
si ya Jehová ha dado testimonio contra mí
y el Todopoderoso me ha afligido?
Ella se siente ¡amargada! (ese es el significado de “Mara”: amargura). Ella siente que Dios se llevó todo lo que una vez tuvo y que ya no le queda nada más. Se siente tan triste que su propia identidad entra en crisis.
¿Alguna vez te sentiste “amargada” por algo o por alguien?
¿Te sientes con tanta angustia que solo puedes llorar y llorar y llorar?
Vuelve a la presencia de tu Papá celestial y desahógate en Él. Y cree que si tu dolor de hoy es grande, tu bendición de mañana será mayor. Confía.

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