Últimamente he comprobado que mucha gente está teniendo problemas porque no han podido olvidar su pasado, siempre lo están recordando, como si cada día sacaran el baúl de los recuerdos y buscaran el álbum de su pasado para no olvidar lo bueno o malo que fue su vida hace años.
Bien es cierto que para el ser humano, es más fácil recordar el pasado que ponerse a pensar en el futuro. De hecho, nos cuesta mucho proyectarnos hacia el futuro porque empezamos a ver nuestro pasado y presente, y no creemos que nuestra vida pueda cambiar, o creemos que puede cambiar pero que eso llegará... cuando Dios quiera.
Bien es cierto que para el ser humano, es más fácil recordar el pasado que ponerse a pensar en el futuro. De hecho, nos cuesta mucho proyectarnos hacia el futuro porque empezamos a ver nuestro pasado y presente, y no creemos que nuestra vida pueda cambiar, o creemos que puede cambiar pero que eso llegará... cuando Dios quiera.
Pero ten en cuenta, primero, que tú eres una nueva creación, como vemos en 2 Corintios 5:17: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (NVI), y segundo, es que Dios es galardonador de aquellos que lo buscan, como dice Hebreos 11:6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (NVI), o sea, de aquellos que creen y ponen en práctica su Palabra. Así que hoy tú puedes cambiar tu presente y construir tu futuro. Dios quiere siempre lo mejor para ti.
Puede que, a día de hoy, estés enfrentando un desengaño en tu relación matrimonial, o tengas problemas con tu hija o hijo, atravesando un problema financiero o de enfermedad, un problema laboral, y sientes que el mundo se acaba y no sabes qué hacer. Lo has intentado muchas veces y de muchas maneras pero nada que se resuelve, piensas y te cuestionas: voy a la iglesia, oro, ayuno, ofrendo y diezmo, pero no veo a Dios actuando en mi vida.
Nos perdemos gran parte de la vida porque no vemos nuestro futuro, y estamos tan ocupados con nuestros pensamientos del pasado que no disfrutamos el presente. Si es así, son los ojos del pasado los que están guiando tu presente, es el razonamiento o cuestionamiento de aquello lo que te impide muchas veces alcanzar la tierra prometida. No dejes que el pasado robe tu futuro. Sé quien debes ser ahora, sé tú mismo ya.
Nos perdemos gran parte de la vida porque no vemos nuestro futuro, y estamos tan ocupados con nuestros pensamientos del pasado que no disfrutamos el presente. Si es así, son los ojos del pasado los que están guiando tu presente, es el razonamiento o cuestionamiento de aquello lo que te impide muchas veces alcanzar la tierra prometida. No dejes que el pasado robe tu futuro. Sé quien debes ser ahora, sé tú mismo ya.
Hay un cuento que dice:
“Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca.
Y el rey le preguntó: ¿cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
La flor contestó: quizá sea porque siempre supuse que cuando me plantaste querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado.
En aquel momento me dije:
Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda, y heme aquí... el más hermoso y bello clavel de tu jardín.”
En aquel momento me dije:
Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda, y heme aquí... el más hermoso y bello clavel de tu jardín.”
Pues así llega a pasar en nuestras vidas, que podemos estar marchitándonos en nuestras propias insatisfacciones, en nuestras quejas, en las absurdas comparaciones con los demás; o en la búsqueda del culpable de todas mis desgracias…”Si yo fuera”, “si yo tuviera”, “si mi vida fuera”, “si mi esposo o tal persona cambiara”, “si hubiera hecho tal cosa” o “si no hubiera hecho aquello…”, “si esa persona” …
Deja de vivir un futuro incierto, y comienza a vivir lo que Dios diseñó para ti.
Mientras pruebas, haz el siguiente ejercicio:
¿Cómo ves el 2011? ¿Y el 2015? ¿Y el 2019? ¿Qué hay que hacer para que “eso” que deseas se convierta en realidad? ¿Qué emociones manifestarías si lograses cada una de las cosas que te propusiste? Tu futuro comienza a partir de hoy y no mañana.
¿Cómo ves el 2011? ¿Y el 2015? ¿Y el 2019? ¿Qué hay que hacer para que “eso” que deseas se convierta en realidad? ¿Qué emociones manifestarías si lograses cada una de las cosas que te propusiste? Tu futuro comienza a partir de hoy y no mañana.
Recuerda que el pasado es historia que tiene valor únicamente como fuente de enseñanza, para apoyarnos en los valores positivos y aprender de los errores para no tener que repetirlos. Porque Dios, en su sabiduría, no nos permite volver al pasado y mucho menos modificarlo. El pasado no es para que lo revivas, porque cada vez que lo haces te alejas de tu futuro.
“Dios nos concedió algo de su poder creador al darnos primero, la capacidad de imaginar cómo serían las cosas y, después, la capacidad de trabajo para convertir en realidad lo que somos capaces de imaginar”.
Elige hoy cambiar tu presente y construir tu futuro.
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