Si alguno es oidor de la palabra de Dios pero no hacedor de ella, es semejante al hombre que considera su rostro, natural en un espejo; él se considera a sí mismo como natural y se va, y pronto olvida cómo era. Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:23-25
La vida cristiana no es un evento sino una evolución continua, un proceso. Vemos que en ella hay tres niveles de crecimiento cristiano. Se va avanzando en ellos según el grado de implicación del cristiano mismo. Vemos, a modo de demostración, en Lucas 5, que Inicialmente, el Señor ministró a orillas del lago de Genesaret.
-1º nivel: Todos comenzamos en la orilla y le conocemos a Jesús. Es en la orilla donde Dios toca nuestra vida. Pero Dios no quiere que sigamos siempre en la orilla. Las cosas importantes suceden más allá de la misma.
-2º nivel:
-3º nivel: El tercer nivel es el más importante. Y personalizando, le dijo a Pedro: hemos estado en el primer nivel, en la orilla. Está bien que hayamos estado también en el 2º nivel, pero ahora vamos mar adentro. Le ordenó ir mar adentro.En este momento suceden cosas muy importantes:
1ª cosa: Acción. Dios nos pide, ahora, acción. Dios nos pide ejecutar, caminar. “Practica en profundidad lo que te dije”. Acción es la clave de este nivel.
2ª: Desafío. Dios es desafiador, retador. El Señor desafió a Pedro porque éste dijo que habían estado pescando toda la noche sin conseguir nada, y el desafío era ir mar adentro, donde hay pesca abundante. Dios siempre nos desafía en el área en que hemos fallado, como en la familia, en los negocios, en el dinero, etc. Pero Dios sólo nos desafía en el tercer nivel. Ya fuimos preparados en los niveles anteriores.
3ª-: Mandamiento. Le dice a Pedro: “echad la red”. En este nivel Dios nos confronta con sus mandamientos. Y nos damos cuenta de que hay cosas que necesitamos hacer. No es si las quiero hacer, no es si las siento, no; las tenemos que hacer: lectura diaria, si se puede, de
4ª Palabra específica. Pedro le dijo a Jesús: Señor, estuvimos pescando toda la noche y no hemos logrado nada, o sea, las circunstancias me dicen que no, pero, siguiendo tu instrucción, lo hago otra vez. Por tu “palabra” lo hago de nuevo. Esa "palabra" específica nos confirma que, aunque el médico diga “no”, Dios dice “sí”; cuando las finanzas dicen que “no”, Dios dice que “sí”; cuando el asesor familiar dice “no”, Dios dice “sí”. Esto es así porque recibimos “palabra específica”. No recibimos esa “palabra” en el 1º y 2º nivel, pero sí en el tercero. Es entonces cuando puedo caminar por fe. Esa palabra específica es la “Palabra de Dios”, en quien deposito toda mi confianza.
5º Obediencia.
6º Compartir el fruto. Es para que compartamos lo que Dios nos da. Dios nunca nos bendice para nosotros mismos, sino que nos bendice para que lo compartamos con otros. Y todas las barcas estarán llenas.
Cuando Pedro regresó a la orilla con su gran pesca, bajó de la barca, pero no lo hizo sonriente. En ese momento miró a Jesús y ya no le interesaba la pesca. Cambió de enfoque. Ya no le interesaba el milagro que Dios había hecho. Pedro estaba impresionado por Jesús, por su gran Amor, por su Poder, por su Santidad, y dijo: no me importa la pesca, Señor, ¡Tú eres lo que me importa! ¡Señor, apártate de mí, dijo, que soy un hombre pecador! Y entonces, vemos que ya no nos importa lo que con tanta ansia, con tanto afán, buscamos; nos importa Él. Él es grande. Si lo tengo a Él lo tengo todo; si no lo tengo a Él no tengo nada. Dios nos quiere llevar a ese nivel. Y el temor de Dios, el gran respeto hacia Él, se apodera de todos nosotros. Es cuando comenzamos a ver a Dios como nunca antes lo hemos visto. Ya no queremos hacer nada de lo que antes hacíamos. Ahora queremos caminar con Él; ahora queremos estar con Dios.
Y entonces Dios cambió la dirección de la vida de Pedro. Le dijo: Pedro, ya no serás más pescador, desde hoy serás pescador de hombres. Ahora estás graduado, porque tú has entendido este principio. Y Pedro lo dejó todo y empezó a caminar con Jesús. Eso es lo que Dios quiere que hagamos. Dios toca nuestra vida. ¡Sigámosle! Todo va a cambiar en nuestra vida a mejor.
¿En qué nivel o grado estamos?
M.G.L.
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