Él había obsequiado a ella un hermoso anillo como muestra de su amor y unión, al iniciar una relación bajo la dirección de Dios, emprendiendo un noviazgo donde el temor a Dios era lo que primaba. Agradarlo y servirlo era un motivo y un deleite mutuo, tanto que el anillo simbolizaba eso. En la parte superior de éste, había dos corazones frente a frente y en medio de ellos una preciosa piedra de diamante; cada corazón representaba a cada uno de ellos, y la radiante piedra representaba a Dios, el cual era quien los unía y era el centro de todo.
Hasta que poco a poco, fueron menguando en las cosas de Dios, ya no oraban como antes, asistían a la iglesia con poca frecuencia, servían ocasionalmente, porque era más la atención de uno al otro que la atención que sentían por Dios. Descuidaron todo lo que Dios les había dado, el liderazgo juvenil, la evangelización, el servicio, solo porque sentían que era más importante pasar tiempo con esa persona que con Dios.
Ella ya no lucía su anillo con tanta frecuencia, el diamante se iba aflojando,... pero un día se lo volvió a poner, y estando en una reunión de la iglesia, al mirar su mano, la hermosa piedra ya no estaba en su lugar, se había desprendido, el anillo ya no se veía hermoso.
Hasta que poco a poco, fueron menguando en las cosas de Dios, ya no oraban como antes, asistían a la iglesia con poca frecuencia, servían ocasionalmente, porque era más la atención de uno al otro que la atención que sentían por Dios. Descuidaron todo lo que Dios les había dado, el liderazgo juvenil, la evangelización, el servicio, solo porque sentían que era más importante pasar tiempo con esa persona que con Dios.
Ella ya no lucía su anillo con tanta frecuencia, el diamante se iba aflojando,... pero un día se lo volvió a poner, y estando en una reunión de la iglesia, al mirar su mano, la hermosa piedra ya no estaba en su lugar, se había desprendido, el anillo ya no se veía hermoso.
Al ver esto, ambos sintieron un vacío en su corazón y una enorme tristeza solo de pensar que se había extraviado la piedra, pero más tristeza les causó reflexionar y ver que Dios ya no ocupaba ese primer lugar en su relación. Comenzaron a buscarda, y en medio de la búsqueda muchos pensamientos llegaron a sus mentes; era el Espíritu Santo redarguyéndolos por esa situación.
Los jóvenes lograron reaccionar a tiempo, volvieron a Dios, y las cosas cambiaron para bien, y mucho mejor que antes, y como muestra de ello, encontraron la piedra que se había perdido, la cual volvió a su lugar.
Es importante reflexionar en cuál es el lugar que Dios ocupa en nuestra vida, porque nada ni nadie debe ser más importante que Él. Es Nuestro Padre quien nos ha dado todo, y las bendiciones que nos da no son para que nos alejemos de Él, sino para que seamos agradecidos y Él sea glorificado.Los jóvenes lograron reaccionar a tiempo, volvieron a Dios, y las cosas cambiaron para bien, y mucho mejor que antes, y como muestra de ello, encontraron la piedra que se había perdido, la cual volvió a su lugar.
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
Isaías 55:6-9 (RVR1960)
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